Ruanda/República Democrática del Congo: ¡dibújame una familia!

12-04-2010 Reportaje

Azaria y Léonie, huérfanos de padre, han perdido el rastro de su madre a causa de la violencia, recurrente en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Gracias a los esfuerzos del CICR y de las Sociedades de la Cruz Roja de esos países, recientemente fueron recibidos por una prima de la familia en Ruanda, de donde son originarios. Pedram Yazdi los acompañó en su camino de regreso.

 
©CICR/P. Yazdi 
   
Léonie y Azaria en compañía de otros niños que también serán reunificados con su familia en Ruanda. En el momento de la partida de Goma (este de la RDC) en dirección a la frontera con Ruanda. 
           
©CICR/P. Yazdi 
   
La llegada a la casa de la prima de su madre. Es la primera vez que los niños y Philomène se ven.  
             
©CICR/P. Yazdi 
   
En la casa de Philomène, con el representante de la Cruz Roja de Ruanda (a la izquierda). Pronto, los miembros de la familia que viven en los alrededores vendrán a desear la bienvenida a los niños. 
           
©CICR/P. Yazdi 
   
En Kabaya, donde de ahora en más Azaria y Léonie vivirán e irán a la escuela. 
           

" Cuando atacaron nuestro pueblo, nos refugiamos en la selva. Desde entonces, no hemos vuelto a ver a nuestra mamá " , cuenta Azaria, sentado con su hermana melliza Léonie en la parte trasera de un vehículo del CICR, en el puesto fronterizo entre la RDC y Ruanda. Del otro lado, un país que no conocen. Sin embargo, Azaria y Léonie son originarios de Ruanda. Gracias a algunos recuerdos alojados en su memoria de niños y a los testimonios de su entorno, el CICR y la Cruz Roja de Ruanda pudieron localizar a una prima de su madre en Kabaya, Ruanda.

" Con la ayuda de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de los países correspondientes y de sus voluntarios, cada año reunimos a cientos de niños con sus padres u otros miembros de su familia en RDC y los países vecinos " , explica Svetlana Yudina, encargada del programa del CICR para el restablecimiento del contacto entre familiares en RDC. " La guerra y la violencia armada obligan a las poblaciones a desplazarse. A veces, en la prisa, padres e hijos terminan separados. Desprovistos de medios de comunicación, les resulta difícil volver a encontrarse. "

Para Léonie y Azaria, el largo proceso de reunión familiar llega a su fin. En el puesto fronterizo, los aduaneros hablan con los representantes de la Cruz Roja y firman los documentos de migración. El vehículo ingresa, entonces, en territorio ruandés. Con los ojos llenos de ansiedad, los mellizos descubren las rutas de un país que fue el de sus padres. En 1994, estos se vieron obligados a huir de Ruanda hacia la RDC, dejando entonces un conflicto por otro. Eso fue antes de que Léonie y Az aria nacieran. Ellos no tienen ningún recuerdo de su padre, que falleció poco después. Y su madre nunca les habló de su vida en Ruanda.

  El momento de los abrazos  

Después de una hora de viaje, el vehículo deja la ruta principal y entra en la pequeña ciudad de Kabaya. Es día de mercado. Cuesta abrirse paso en las estrechas calles de tierra. En medio de la multitud, el representante del CICR finalmente encuentra un lugar donde estacionar el coche. Un miembro de la Cruz Roja de Ruanda los espera, con una gran sonrisa en el rostro. Abre la puerta del coche, se presenta e invita a Azaria y Léonie a descender. Otro recoge su equipaje y, luego, el grupo deja el centro de Kabaya tomando un pequeño camino.

Finalmente, Azaria y Léonie llegan a la casa de Philomène, la prima de su madre. Y llega el momento de los abrazos. Es la primera vez que se ven. Unos meses antes, la Cruz Roja se había acercado a Philomène para saber si quería recibir a los niños. Hoy, ella les abre la puerta de su casa, de sus brazos y de su corazón. " La sangre que corre por las venas de estos niños es la sangre de mi prima y de mi familia " , dice. Philomène ya tiene dos hijos. La integración de los mellizos será entonces más fácil.

Luego, llama por teléfono a unas primas, tías y otros miembros de su familia que viven en los alrededores, para que todos vayan a desear la bienvenida a los niños. Esa noche, habrá fiesta. Léonie y Azaria comienzan a relajarse. Philomène no se cansa de mirarlos.

 

Vea también la película :Los niños perdidos de Goma