El primer Premio Nobel de la paz (1901) - Las candidaturas de Henry Dunant, de Gustave Moynier y del Comité Internacional de la Cruz Roja.

30-06-2001 Artículo, Revista Internacional de la Cruz Roja, por André Durand

  Resumen: El primer Premio Nobel de la Paz se concedió hace un siglo a Henry Dunant y Frédéric Passy, con lo que se honraban dos aspectos diferentes de la lucha contra la guerra: el esfuerzo por limitar el sufrimiento de las víctimas de la guerra mediante la acción humanitaria, en particular con la creación de la Cruz Roja; y el combate contra la guerra misma, o pacifismo. El artículo hace un seguimiento de la historia de la candidatura de Dunant y de la incomodidad que ésta suscitó en Ginebra. En efecto, aunque reconocía los méritos de Henry Dunant por promover la idea de lo que ulteriormente se convertiría en el Movimiento de la Cruz Roja, el CICR, con Gustave Moynier como su Presidente, consideraba que el Comité Internacional mismo debería ser el candidato para el Premio de la Paz. El intento de postular a la institución (y no a la persona de Henry Dunant) no tuvo éxito, como tampoco lo tuvo la candidatura de Moynier al año siguiente. Con todo, el CICR recibió el Premio Nobel de la Paz en 1917, en 1944 y, junto con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en 1963 (el año del centenario de la Cruz Roja).  

     

Hace cien años, el Premio Nobel de la paz fue otorgado conjuntamente a Henry Dunant y a Frédéric Passy, rindiendo así homenaje a dos aspectos conjugados de la lucha contra la guerra, la atenuación de sus efectos mediante la institución del Movimiento de la Cruz Roja y la abolición de sus causas mediante la propagación de ideas pacifistas. Era la primera vez que se otorgaba esta pres tigiosa distinción. La segunda mitad del siglo XIX fue testigo del desarrollo de sociedades para la paz y de organizaciones humanitarias. Podemos imaginar el aprieto en que se vio el comité del Parlamento noruego ( Storting ), encargado de otorgar el premio, ante la cantidad y la calidad de los candidatos, que por distintas razones, habrían merecido ser galardonados. El Comité Internacional de la Cruz Roja también se presentó, a título colectivo, el mismo año que Henry Dunant; mientras que Gustave Moynier presentó a su vez su candidatura durante los años siguientes. Examinaremos aquí las circunstancias que rodearon estas distintas presentaciones.
 
En la sesión del 13 de febrero de 1901, tras ser de conocimiento del CICR, por los medios de prensa, que Henry Dunant era candidato al Premio Nobel de la paz, el CICR se preguntó si era conveniente presentar la candidatura de Gustave Moynier o la del Comité Internacional. El Comité se inclinó por esta última proposición y decidió proponer al profesor Alfred Martin, decano de la facultad de derecho de la Universidad de Ginebra, que emprenda la tarea de hacer los trámites necesarios ante el Comité Nobel del parlamento de Noruega, y encomendó a Paul Des Gouttes, secretario general del CICR, entrevistarse a ese respecto con Alphonse Dunant, secretario adjunto del Departamento de Política Federal en Berna [1 ] .
 
Alfred Nobel falleció el 10 de diciembre de 1896 en San Remo, a la edad de 63 años. Lo estipulado en su testamento, fechado el 27 de noviembre de 1895, se difundió rápidamente. Concretamente, el gran industrial sueco dedicaba los réditos de su fortuna a la fundación de cinco premios internacionales, destinados a recompensar los trabajos más útiles para la humanidad en los ámbitos de la física, de la química, de la fisiología o de la medicina y de la literatura; en quinto lugar, había de galardonarse a “la personalidad que habría contribuido más o mejor a la unión de los pueblos , a la supresión o a la reducción de los ejércitos permanentes, a la reunión y a la propagación de congresos para la paz”. Estas últimas disposiciones constituían el Premio Nobel de la paz [2 ] .
 
La publicación de las cláusulas del testamento tuvieron un gran impacto en los medios pacifistas, los cuales lo percibieron como un apoyo moral y material a su acción. El       Almanaque de la paz de 1898, órgano de la Asociación de la Paz para el Derecho (impreso en 1897), anunciaba la noticia en grandes titulares:

  Un millonario digno de su fortuna  

 
En el artículo se enunciaba la cuantía del premio, calculada en 300.000 francos y presentaba inmediatamente una lista de candidatos, en este orden: “ El       Almanaque de la paz hace votos para que el primer beneficiario de tal premio sea Frédéric Passy, quien, indiscutiblemente, ha desempeñado, a nivel mundial, un mejor papel por lo que respecta al desarrollo del espíritu de la paz. ¡Cuántos candidatos más podrán pretender el Premio en los años venideros: Élie Ducommun, Hodgon Pratt, Evans Darby, Frédéric Bajer, Moneta, Miss P. H. Peckover, la baronesa von Stuttner! etc., etc» [3 ] .
 
En aquel entonces, sólo se conocían las directivas generales del legado Nobel. Hubo que esperar aun algunos años para que ciertos problemas de sucesión se solucionasen y que se estableciesen los distintos organismos encargados de asegurar la gestión y el funcionamiento de las fundaciones creadas con esa finalidad. En 1900, se conocieron las modalidades del Premio, puesto que los estatutos comunes a l as cinco fundaciones y los reglamentos particulares fueron promulgados mediante decreto real del 20 de junio de ese mismo año.
 
El CICR había examinado la posibilidad de buscar para su candidatura el apoyo del Presidente de la Confederación Suiza y del Instituto de derecho internacional. Sin embargo, el Consejo Federal estimó que no podía manifestar su preferencia por tal o cual candidato, sin perjudicar eventualmente a los demás [4 ] ; en cuanto al Instituto de derecho internacional, que consideraba presentarse él mismo como candidato, estimó que no podía brindar su apoyo a otra candidatura.
 
Cabe señalar que si la candidatura de Dunant tenía el apoyo de ciertos círculos pacifistas, había otros que la objetaban. Estos últimos consideraban que la Cruz Roja no había contribuido, retomando los términos del testamento de Nobel, “a la supresión o a la reducción de los ejércitos permanentes, a la reunión y a la propagación de los congresos para la paz”. En cuanto a la acción pacifista de Henry Dunant, ésta les parecía demasiado reciente o demasiado limitada comparada con el trabajo realizado por los pioneros del Movimiento, o de sus principales artífices. Así pues, el pacifista Alfred Hermann Fried, editor de Die Friedens-Warte, realizaba una campaña en esta revista en contra de la candidatura de Henry Dunant [5 ] .
 
Asimismo, la baronesa de Suttner [6 ] , cuya influencia había determinado a Alfred Nobel cuando redactó su testamento y que, después de 1895, prodigaba a Henry Dunant el testimonio de su admiración y su reconfortante amistad, ella prefería, al menos en lo que respecta a esta primera nominación, al veterano de la lucha pacifista, Frédéric Passy. A pesar de ello, escribió a Dunant, cuando se enteró de que él vivía retirado en Heiden, para felicitarlo y enrolarlo en el campo de los amigos de la paz: “Me embarga una profunda alegría haberme enterado, mediante su carta y el artículo de la Rothe Kreuz de Berna, que usted es uno de los nuestros, es decir un pacifista, un enemigo de la guerra y del militarismo. Usted, que había puesto su inmensa caridad al servicio de la humanidad con el fin de mitigar y prevenir los males que la guerra inflige a ésta, usted sería aun mil veces más feliz si esos males le son evitados para siempre. Pero, es solamente por ahí que podremos comenzar – su movimiento ha sido precursor del nuestro. Eso es lo que percibió Monseñor Freppel” [7 ] . Y Dunant, ¿a caso no le respondió mediante su carta del 10 de octubre de 1895?: “Es, en efecto, el horror de la guerra el que me ha inspirado la Obra de la cual me ha sido otorgado ser el fundador” [8 ] . En cuanto a la institución de la Cruz Roja, según su divisa, la caridad durante el combate, esforzándose por limitar los efectos de la violencia mediante la acción conjugada de la moral y del derecho, ésta abrió el camino al internacionalismo pacífico, y trabajada según el deseo de Alfred Nobel, “por la obra de la fraternidad de los pueblos” [9 ] . Sin duda, Dunant no era el único, pero su anterioridad, su compromiso incondicional en favor de un humanitarismo activo, lo calificaban en el más alto grado para el primer Premio de la paz.
 
El CICR no parece haber hecho grandes esfuerzos para obtener el Premio. Poco hábil en el manejo de la opinión pública, no hizo más que presentar su candidatura a través del profesor Alfred Martin, con un anexo, el envío de 26 volúmenes y folletos (la mayoría de ellos publicaciones de Gustave Moynier) y de un prospecto de tres páginas que daba una imagen resumida y endulzada de su estructura y de su actividad [10 ] . No se realizó una campaña de prensa en apoyo de su presentación. Dunant, al contrario, volvió a encontrar el dinamismo que lo había alentado durante la campaña de promoción en favor de la naciente Cruz Roja en 1863, podía contar con la entrega de sus fieles amigos, de publicistas y de diversos grupos – Rudolf Müller en Alemania, Hans Daae en Noruega –, de sociedades femeninas norueg as, de la Alianza universitaria de las mujeres para la paz, de profesores de las Universidades de Amsterdam y de Bruselas y de los diputados del Parlamento sueco o de la Dieta de Wurtemberg. No dejó de enviar a los miembros del jurado las obras y los folletos dedicados a los orígenes de la Cruz Roja y su propia biografía, en particular los trabajos de Rudolf Müller, de Haje y Simon y de Hans Daae, en los que se daba testimonio acerca del papel que él desempeñó en la fundación de la Cruz Roja.
 
La candidatura del CICR, no obstante haber sido debidamente registrada, no figura en la lista de los trece candidatos que el secretario Christian Lange presentó al jurado del Parlamento de Noruega [11 ] . Sin embargo, la documentación enviada por el CICR contribuyó a apoyar, en definitiva, la candidatura de Dunant. “Finalmente –se lee, en el informe Lange–, también una parte de los documentos entregados por el Comité de la Cruz Roja es importante para Henry Dunant” [12 ] . ¿Podía Dunant esperar mejor apoyo, aunque fuese involuntario? Pero, Frédéric Passy, veterano por su compromiso en las campañas pacifistas, veterano también por su edad, no tenía menos títulos para la elección del Comité Nobel. La solución adoptada, que Dunant había aceptado de antemano, fue que ambos candidatos compartiesen el Premio. Ciertamente, nos puede sorprender que esas rivalidades y esas intrigas se manifiesten para la obtención de un premio de la Paz. Pero, sin duda, es una consecuencia inevitable del sistema de concurso anual instituido por el Premio, y que necesariamente elimina a candidatos que son meritorios. Los hombres que dedicaron su carrera a la realización de una obra científica, literaria o social no son propensos a subestimarla, y pondrán en su defensa tanto entusiasmo como la energía que le dedicaron para construirla. No solamente en el terreno de la paz dió lugar a polémicas la elección del laureado. El primer Premio Nobel de literatura se otorgó a Sully Prudhomme. La designación del poeta –filósofo francés, apo yada vigorosamente por sus colegas de la Academia Francesa, y cuya notoriedad estaba quizás más afirmada en aquella época que en nuestros días–, no era unánime. En un estudio que el escritor Gunnar Ahlström dedicó al primer Premio Nobel de literatura, tras recordar las dudas, las controversias, las dilaciones y las inquietudes inconfesables que habían precedido a la atribución del Premio, cita los comentarios de un gran periódico sueco que deploraba que la Academia sueca no hubiese elegido ni a Tolstoi, ni a Ibsen, ni a Bjornson, ni a Swinburne, ni a Zola, ni a Anatole France, ni a Carducci, ni a Mistral, ni a Huaptmann, ni siquiera a Etchegaray, y que finalmente haya seleccionado a Sully Prudhomme [13 ] .
 
Tal es la agitación que causa la atribución de un premio cuyo prestigio no ha cesado de crecer ¿A partir de entonces, acaso no hemos visto a tal o cual científico, físico o biólogo, protestar arguyendo que los trabajos de uno de sus colegas que el Comité Nobel había distinguido, no eran otra cosa que el resultado de su propia investigación? Por cada Premio Nobel, hay un galardonado y 20 descontentos.
 
Al informar, en el Boletín Internacional , sobre la nominación de Henry Dunant, el CICR no pone en duda los méritos del laureado, ni su calificación para el Premio Nobel, que representa “un homenaje memorable que se rinde a la Cruz Roja” [14 ] . Pero lo que el autor del artículo pone en tela de juicio –se trata seguramente de Gustave Moynier, cuyo estilo y pensamiento reconocemos–, es el título de fundador que le dieron algunos periódicos y que él se atribuía a sí mismo. Sin embargo, Gustave Moynier siempre reconoció que la publicación de Recuerdo de Solferino dio origen al Movimiento de la Cruz Roja, y que la lectura del libro fundamental de Henry Dunant lo había determinado a construir esta obra en común. Pero según él, la fundación de la Cruz Roja es una obra colectiva e impersonal, cuya realización fue confiada por la Sociedad ginebrina de Utilidad Pública al Comité Internacional de Socorro a los Militares Heridos, instituido en Ginebra en 1863. El debate, que no es solamente de orden semántico, continuó hasta nuestros días.
 
A pesar de esas reservas, Gustave Moynier concluye: “Todas las Sociedades de la Cruz Roja estarán ciertamente felices y orgullosas de ver al iniciador de la obra a la cual dedican sus esfuerzos, recompensado por ser uno de los que mejor contribuyó a la fraternidad entre los pueblos”.
 
Gustave Moynier en seguida pensó en presentar nuevamente la candidatura del CICR para 1902. Sin embargo, en la sesión del 4 de enero de 1902, el Comité, tras examinar la cuestión, decidió no presentar nunca más su candidatura al Premio Nobel.
 

Gustave Moynier, estimó entonces que, dado que el CICR no se presentaría, él podía presentar su propia candidatura. Podemos juzgar, a nuestra vez, considerando la totalidad de trabajos llevados a cabo por Gustave Moynier, sus iniciativas en el terreno del derecho humanitario, su papel en el desarrollo de la Cruz Roja, que él se había entregado con perseverancia y lucidez a atenuar los males de la guerra, y que era uno de los que merecían ser designados para un Premio de la paz. A fin de dar curso a su proyecto, Gustave Moynier se dirigió a su colega del Instituto de derecho internacional, Richard Kleen, quien presentó su candidatura para el año 1902 y, nuevamente en 1903 y en 1905 [15 ] .
 
Sin embargo, demasiados pioneros o dirigentes de movimientos pacifistas esperaban también ser reconocidos, para que cupiese una posibilidad de galardonar al presidente del Comité Internacional, tan poco tiempo después de la designación de Henry Dunant. El año 1902 fue testigo de la nominación de Elie Ducommun, uno de los fundadores de la Liga internacional de la paz y de la libertad y secretario general de la Oficina internacional de la paz , y de Charles-Albert Gobat, director de la Oficina central de la Unión Interparlamentaria. En 1903, se designó a William Randal Cremer, fundador y secretario de la Liga internacional de arbitraje . En 1904, se atribuyó el Premio al Instituto de derecho internacional, del cual Gustave Moynier era uno de los once fundadores y el presidente de honor. El año 1905 fue testigo de la nominación de la baronesa Bertha de Suttner, la gran pacifista austro-húngara, cuya candidatura fue apoyada por treintaidós personalidades, entre las cuales, los dos primeros Premios Nobel, Frédéric Passy y Henry Dunant. Sabiamente, Gustave Moynier desistió a ello.
 
Desde esa fecha, y hasta la Primera Guerra Mundial, en el CICR no se habló más del Premio Nobel. En marzo de 1916, en lo más encarnizado del conflicto, Maurice Dunant, sobrino y albacea de Henry Dunant, miembro del Comité Directivo de la Cruz Roja Suiza y presidente de la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública, tomó la iniciativa para presentar la candidatura del CICR, por el papel que había desempeñado en la institución y en el funcionamiento de la Agencia Central de Prisioneros de Guerra. Dado que su solicitud fue transmitida a Christiania después del plazo previsto (1 de febrero de 1916), no pudo ser registrada ese año. No obstante, Maurice Dunant solicitó expresamente que fuese reconsiderada para el Premio de 1917. Entonces, el Consejo Federal había aceptado presentar la candidatura del CICR, que fue apoyada también por el profesor Louis Renault, miembro del Instituto, Premio Nobel de 1907. Esta vez, gracias a la noble intervención del heredero espiritual de Henry Dunant, el Premio Nobel de la paz fue atribuido al CICR [16 ] .
 
El Premio Nobel de la paz se otorgó nuevamente al CICR en 1944, en reconocimiento a la actividad desplegada durante la Segunda Guerra Mundial; después, se otorgó conjuntamente al CICR y a la Liga de Sociedades de la Cruz Roja [17 ] en 1963, como reconocimiento de sus tareas, con ocasión del centenario de la fundación de la Cruz Roja.
 

  Notas  

 
1. Ministerio de Relaciones Exteriores Suizo – Alphone Dunant (1869 – 1944), hijo del Consejero de Estado el Cantón de Ginebra Albert Dunant, era un primo lejano de Henry Dunant.

2. Les Prix Nobel en 1901 , Imprenta nacional, P. A. Norstedt e hijos, Estocolmo, 1994. El premio Nobel de la paz es otorgado por el Comité Nobel del Parlamento noruego ( Storting )

3. Asociación de la paz por el derecho, Almanach de la Paix de 1898, París, 1897

4. Alphonse Dunant a Paul Des Gouttes, 23 de febrero de 1901: “Señor Presidente de la Confederación, luego de consultar al Consejo Federal, esta Autoridad estimó que no le corresponde emitir un juicio en lo que concierne a este asunto y, que por lo tanto, había lugar para que ésta se abstuviera de realizar diligencia alguna en favor de tal o cual candidato. (…) Como usted podrá observar, el Consejo Federal desea mantenerse completamente neutral y dejar al Comité noruego la tarea de apreciar libremente los méritos respectivos de las instituciones y de las personas que se han presentado para obtener el premio en cuestión”. En una carta personal escrita a Paul Des Gouttes y fechada ese mismo día, Alphonse Dunant puntualizaba: “Si el Consejo Federal lo hubiese hecho por usted, no habría razón alguna para rehusar su recomendación a otro candidato suizo.” Archivo del CICR (ACIR), CR 99/0

5. En un primer artículo publicado en el número de Die Friedens-Warte del 28 de octubre de 1901, o sea antes de la proclamación de los resultados, Alfred-Hermann Fried pone en duda las calificaciones de Dunant para el Premio Nobel: “En efecto, durante estos últimos años Henry Dunant se ha hecho conocer en el campo de los pacifistas, no obstante, el alcance de su acción no se sitúa dentro de la esfera del pacifismo, sino más bien en el hecho que él haya creado la obra de la Cruz Roja; si bien existen razones para reconocer que ella significa un inmenso paso adelante en la sociedad, ésta no tiene la más mínima relación con la noción de pacifismo. Al contrario, premiar a Henry Dunant concediéndole el Premio Nobel asestaría un golpe al ideal de la paz; éste quiere hacer cesar el estado de guerra y no se contenta sólo con atenuar, mediante una humanidad siempre tardía, los perjuicios que causa. La obra de Henry Dunant presupone la guerra y es por esa razón que el Premio Nobel no podrá jamás serle otorgado, porque corresponde al “que hubiere contribuido más o mejor a la unión de los pueblos, a la supresión o a la reducción de los ejércitos permanentes, a la reunión y a la propagación de congresos para la paz (…) como se dispone el texto del testamento de Alfred Nobel.” A.-H Fried, Die Friedens.Warte , 3° año, 26 de octubre de 1901, p. 141, Bibl. de la ONU, Ginebra, fondo Suttner-Fried. (Traducción del CICR). Tras la atribución del Premio, Fried, no obstante reconocer que, gracias a la acción de Dunant, “hemos tomado conciencia por vez primera de la solidaridad humana, tras largos siglos de lucha tenebrosa”, reitera su oposición. “El hecho de otorgar el Premio Nobel a Dunant nos parece no solamente una interpretación errónea de los esfuerzos que desplegamos, sino, lo que es más, una aniquilación directa, como si se nos retara” Ibíd ., N° 39/40, 23 de diciembre de 1901, p. 154. – Alfred-Hermann Fried recibió el Premio Nobel de la Paz en 1911, conjuntamente con Tobias Michael Carel Asser.

6. Baronesa Bertha de Suttner, fundadora de la Sociedad de la Paz Austríaca, Premio Nobel 1905.

7. Bertha de Suttner a Henry Dunant, 7 de octubre de 1895, BPU, Ginebra, Ms. Fr. 2112, p. 112. Véase A. Dunant, “ La evolución del ideal de la paz en el pensamiento de Henry Dunant”, De l’ utopie à la realité , Actas del Coloquio Henry Dunant (3 –5 de mayo de 1985), Sociedad Henry Dunant, Ginebra, 1988, pp. 353 – 395.

8. Henry Dunant a Bertha de Suttner, 10 de octubre de 1895, ONU, Ginebra, colección Suttner – Fried. Carta esencial para conocer las ideas pacifistas de Henry Dunant.

9. Sobre los informes de la Cruz Roja y de la paz, J. Pictet, “La Croix-Rouge et la paix”, RICR , n° 387, marzo de 1951, pp. 191 – 201, J.G. Lossier, “La Croix-Rouge et la paix”, CICR, Ginebra, 1973, y A. Durand, Le Comité International de la Croix-Rouge , Centro de investigaciones europeas de la Universidad de Lausana, Lausana, 1980, cap. 10, publicado en la RICR , marzo a agosto de 1981; 2a ed.: CICR , 1982. Véase también del mismo autor: “Gustave Moynier y las Sociedades de la Paz”, RICR , n° 821, septiembre – octubre de 1996, p 575 y siguientes.

10. Nota concerniente al Comité Internacional de la Cruz Roja, con sede en Ginebra, ACICR , CR 99/o (2)

11 He aquí la lista de los 13 candidatos presentados por Christian Lange: W. Randal Cremer, Chevalier Descamps, Elie Ducommun, Henry Dunant, doctor Albert Gobat, Fr. De Martens, Marqués Pandolfi, Frédéric Passy, W.T. Stead, León Tolstoi, Oficina internacional de la Paz, Instituto de Derecho Internacional, Unión Interparlamentaria (oficina interparlamentaria). Véase W. Heudtlass, J. Henry Dunant, Gründer des Roten Kreuzes, Urheber der Genfer Konvention , 4a edición, W. Kohlhammer, Stuttgart/Berlin/Köln/mainz, p. 212.

12. Véase la nota concerniente a Henry Dunant presentada al Comité Nobel noruego por el secretario de ese Comité. Nota citada en alemán por Willy Heudtlass, ibíd ., p. 215 y siguientes.

13. Doctor Gunnar Ahlström, “La pequeña historia de la atribución del Premio Nobel a Sully Prudhomme”, en Le Prix Nobel de literature , por el doctor Anders Österling, secretario perpetuo de la Academia Sueca, pp. 23-31. Tolstoi fue candidato al Premio Nobel de la paz.

14. “El Premio Nobel de la Paz”, Boletín internacional de Sociedades de la Cruz Roja , n° 129, enero de 1902, pp. 43 – 44. Un segundo artículo, titulado “El fundador de la Cruz Roja”, se publicó en el n° 130 del boletín, abril de 1902. Véase también J. De Senarclens, Gustave Moynier, el constructor, Slatkine, Ginebra, 2000, pp. 283-296 .  

15. Informaciones comunicadas por cortesía del Instituto Nobel noruego, Oslo. El informe de presentación de la candidatura de Gustave Moynier fue escrito por el profesor Herzberg, uno de los principales consejeros del Comité Nobel, según las notas biográficas suministradas por Richard Kleen.

16. Paul Des Gouttes agradeció, en nombre del Comité, a Maurice Dunant en estos términos: “El Comité internacional me ha encargado de expresarle su reconocimiento por la iniciativa que usted tuvo la amabilidad de tomar en su favor, en su calidad de sobrino y albacea de Jean Henri Dunant, uno de los fundadores de la Cruz Roja. (…) El Comité Internacional se complace en rendir homenaje a la generosidad del sentimiento que lo ha impelido, y no omitirá, en su próxim a sesión, tomar nota de su desinteresada gestión.”, Paul Des Gouttes a Maurice Dunant, 28 de abril de 1916, ACICR, B CR 99-1.

17. Hoy Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.