Página archivada:puede contener información desactualizada

Siria: Boda en el Golán

12-07-2002 Comunicado de prensa 02/28

Para Souheir, de 21 años, y su novio Wissam, de 28, el jueves 4 de julio de 2002 fue un día mágico. La pareja se conoció hace siete años cuando él se marchó de su pueblo sito en el Golán para ir a estudiar a la universidad de Damasco, y Souheir vivía con su familia en Siria. Con el tiempo, se enamoraron y decidieron casarse.

Dicen que el verdadero amor no siempre es un lecho de rosas. Este dicho se confirma una vez más cuando se trata de parejas que viven de una y otra parte de la línea de demarcación que separa Siria y la meseta del Golán, ocupada por Israel desde 1967. Wissam y Souheir sabían que podían transcurrir años antes de que pudieran celebrar la boda, y que la organización de la misma sería difícil. Asimismo, la novia tendría que dejar a su familia, quizá para siempre, porque una vez atravesada la línea de demarcación y reunida con su futuro marido en la parte ocupada por Israel, sería casi imposible regresar.

Al término de sus estudios, Wissam volvió a su casa, y ambos solicitaron la autorización oficial a las autoridades israelíes y sirias para casarse. Cuando la obtuvieron, pidieron ayuda al CICR para los aspectos prácticos de la boda. Este es un servicio que las delegaciones del CICR en Damasco y Tel Aviv ofrecen a menudo a los futuros matrimonios que viven de una y otra parte de la línea de demarcación. Con la ayuda del Organismo de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua (ONUVT) y de la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (FNUOS), que vigila la zona de separación en los ventosos Altos del Golán, el CICR hace lo necesario para que ambas familias puedan reunirse en la estrecha y árida franja de tierra que hay entre los puestos de control i sraelí y sirio y compartir bendiciones, lágrimas y alegría.

El jueves pasado, los novios, acompañados por diez de sus familiares más allegados, algunos de los cuales se veían por primera vez y, quizá, por última. Compartieron uvas, melocotones y pastelillos de pistacho. Conversaciones de toda una vida tuvieron que caber en una hora. Las matriarcas de ambas familias, ataviadas con sus tradicionales vestidos negros y pañuelos blancos, impartieron toda clase de bendiciones a la pareja.

" Estoy contento y triste a la vez " , dijo Wissam, que se hallaba al lado de su esposa. " Feliz por nosotros y nuestra nueva vida juntos, pero triste por nuestros seres queridos que nunca volveremos a ver " . " Yo también estoy contenta " , dijo Souheir, resplandeciente con un vestido de boda blanco cubierto de lentejuelas y joyas de oro, y una pequeña sombrilla en la mano. " Llevamos un año esperando este momento; soy feliz por la nueva vida que está a punto de comenzar " .

Las lágrimas de despedida y el final de la breve celebración fueron más conmovedoras que los primeros besos y abrazos. Las manos en alto se agitaban frenéticas para decir adios a la novia quien junto a su marido ascendía lentamente hacia el puesto de control israelí dejando tras de sí su antigua vida, dispuesta a iniciar una nueva.

En virtud del IV Convenio de Ginebra, el CICR vela por la protección de los civiles que viven en territorios ocupados. Cada año desde 1978, las delegaciones del CICR en Damasco y Tel Aviv han hecho posible que cientos de estudiantes viajen a través de la línea de demarcación para estudiar en universidades sirias. Asimismo, una vez al año, el CICR hace lo necesario para que los peregrinos drusos puedan visitar lugares santos en Siria. La primera boda entre contrayentes de una y otra parte de la línea de demarcación facilitada por el CICR tuvo lugar en 1983. Durante los años noventa, se celeb raron 54 bodas de este tipo. Este año, ya son cuatro las bodas que se han celebrado en los Altos del Golán bajo los auspicios del CICR.



Secciones relacionadas