• © CICR / B. Schaeffer / BA-E-00031

    La Comisión Internacional de Personas Desaparecidas (ICMP, por la sigla en inglés) se creó en 1996 tras la cumbre del G-7 en Francia. Entre sus tareas, la ICMP se ocupa de apoyar los esfuerzos de las autoridades para localizar y excavar sitios de enterramiento. Ha aportado conocimientos en materia forense a fin de reunir, casi literalmente, los restos humanos exhumados y de tratar de establecer su identidad. Uno de los factores que complica la tarea es que, por lo general, en las fosas se hallan mezclados los restos de varias personas.

    (Vea el sitio web de la Comisión Internacional de Personas Desparecidas)

    • © CICR / B. Schaeffer / BA-E-00030

    Cuando se hallan restos humanos, huesos o muestras de dientes, se envían a la división de Coordinación de Identificación de la ICMP en Tuzla. Se fotografía la muestra, se la incluye en un catálogo y se le asigna un código de barras para garantizar la precisión y la confidencialidad. Luego, se la remite a un laboratorio regional de análisis de ADN, donde se efectúa un perfil de ADN. Posteriormente, la prueba se almacena en una base de datos centralizada en Tuzla, hasta tanto se realice la comparación de ADN.

  • Para hacer una comparación, se toman cientos de muestras de sangre de familiares por mes. El proceso es voluntario, y se asigna un código a cada muestra, que sólo puede leerse en las computadoras de la ICMP. Este programa pionero en identificación de ADN se está ejecutando a una escala nunca antes alcanzada; la primera comparación de ADN fue efectuada por la ICMP en noviembre de 2001 y, desde entonces, se han hallado más de 7.700.

  • Miles de bolsas con cadáveres y partes de cadáveres en el centro de identificación Podrinje de la ICMP, en Tuzla, son el testigo silencioso de las dificultades que conllevan las identificaciones, así como de la angustia que pesa sobre los familiares.

  • Ramo Muhic tenía sólo 18 años cuando debió huir, junto a su padre y su tío, a las colinas cerca de Srebrenica para poder escapar de la muerte. Se separaron, creyendo que de ese modo aumentarían sus posibilidades de sobrevivir. Al final, sólo él logró escapar. Tiene algunos restos de su padre, pero quiere postergar el entierro hasta conseguir más, el cráneo completo, por lo menos. Como otras miles de personas, en todas las comunidades de Bosnia, Ramo tal vez deba afrontar una larga espera.


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