• 1936
      © CICR / Smith, Hylander / HIST-01943

    Las dos partes firmaron el Protocolo de Ginebra de 1925 por el que se prohíbe el empleo de gases tóxicos. Sin embargo, Italia utiliza gas mostaza, con el que logra diezmar a las fuerzas etíopes y causar terribles sufrimientos a los "combatientes de pies desnudos" del emperador.

    • 03/1937
      © CICR / HIST-01847-06

    Tras la victoria italiana en Etiopía, Junod es enviado a España, en agosto de 1936 para coordinar las operaciones del CICR durante la guerra civil. Es un nuevo desafío para él y para la Institución: en esa época, en las guerras civiles, a diferencia de los conflictos internacionales, no se había reconocido norma de derecho alguno para proteger a las víctimas. Los civiles viven en estado de sitio, son privados de los bienes esenciales, tomados como rehenes, separados de sus familiares...

  • Junod y sus colegas negocian con las dos partes para poder visitar a los prisioneros y las persuaden de que éstos puedan comunicarse con sus seres queridos a través de los mensajes de la Cruz Roja. Durante ese conflicto, se intercambian más de cinco millones de mensajes.

  • Cuando comienza la Segunda Guerra Mundial, Junod es enviado por toda Europa para visitar a los prisioneros de guerra de las potencias aliadas y del Eje.

  • El Convenio de Ginebra de 1929 confiere el CICR una base jurídica sólida para visitar a los militares prisioneros de guerra, pero no existe nada similar para los internados civiles.

  • Los prisioneros y sus familiares intercambian millones de mensajes durante esa guerra por intermedio de la Agencia Central de Informaciones del CICR.

  • Tras ocho años en el terreno, Junod hace una pausa. Pasa algún tiempo en la sede del CICR, donde conoce a Eugénie Perret, que trabaja para la Agencia Central de Búsquedas. Se casan en diciembre de 1944. En junio de 1945, con Eugénie encinta de su hijo, Marcel debe partir en misión a Extremo Oriente. Llega a Japón, pasando por El Cairo y Moscú, donde toma el transiberiano.

  • El CICR estaba preocupado sobre todo por la suerte de los prisioneros aliados que se encontraban en poder de Japón, muchos de los cuales estaban totalmente incomunicados desde hacía varios años. Como se había desencadenado la guerra en el Pacífico, la liberación y la repatriación de los prisioneros planteaban problemas logísticos de envergadura, incluso en el mejor de los casos. La autoridad japonesa encargada de los prisioneros de guerra no estaba en condiciones de dar una imagen clara de la situación.

  • Junod debe hacer frente a una ardua tarea apenas llega a Tokio, el 9 de agosto: se comenzaba a hablar de un terrible ataque de Estados Unidos contra Hiroshima, que habría causado daños y pérdidas humanas inimaginables, sin precedentes. Poco después. cuando los japoneses acababan de rendirse, un colega de Junod, Fritz Bilfinger llega a la zona afectada y remite un informe apocalíptico...

  • El cable de Bilfinger (original, formado PDF, 67 kb), más dramático aún por el estilo telegráfico, es aterrador: "Situación desastrosa – ciudad destruida en un 80 por ciento – todos hospitales destruidos o gravemente dañados – visitado dos hospitales de urgencia – condiciones indescriptibles. Misteriosa gravedad efectos bomba – numerosas víctimas en aparente recuperación hicieron recaída fatal por descomposición glóbulos blancos – numerosas muertes".

  • Junod contacta inmediatamente al comando estadounidense y le solicita provisiones médicas de emergencia. Participa en la distribución, cuando unos días más tarde acude a la ciudad devastada. Primer médico extranjero que llegó al lugar, observa: "El centro de la ciudad fue aplastado como la palma de la mano. No ha quedado nada. Es una imagen terrible..."

  • En abril de 1946, Junod vuelve a su casa para finalmente poder tener a su hijo en brazos. Benoît había nacido mientras él estaba en Extremo Oriente. La familia se instala en Lullier, en el campo ginebrino. Junod el delegado se convierte en el doctor Junod. Luego será el primer jefe del Departamento de Anestesia del hospital cantonal de Ginebra.

  • En 1947, escribe la historia de su vida de delegado, bajo el título de El tercer combatiente. Desde entonces, la obra ha sido traducida en unos diez idiomas y distribuida en todo el mundo.

  • Pero la actividad internacional de Junod no ha terminado: en 1948, es designado representante del nuevo Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en China. Su salud lo obliga a dejar el puesto al año siguiente. En 1952, pasa a ser miembro del Comité del CICR, lo que lo llevará a efectuar varias misiones en diversas partes del mundo.

  • Muy respetado por su compromiso humanitario, Marcel Junod muere como vivió: trabajando, intentando despertar a una paciente de una anestesia en el hospital de Ginebra, el 16 de junio de 1961. En 1979, se erigió un monumento en su honor en Hiroshima. Después de la experiencia en Hiroshima, había escrito en su diario: "... no tengo ninguna duda: el mundo hoy se enfrenta a la opción de continuar existiendo o ser aniquilado, si esta bomba vuelve a utilizarse".


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