La otra Colombia: ¿camino del olvido?

18-04-2012

Editorial del Informe de actividades Colombia 2011, por el jefe de esa delegación del CICR, Jordi Raich.

Hay una Colombia que apenas figura en los titulares de prensa, donde solo se puede llegar en canoa, a lomo de mula, a pie o por carreteras que parecen ríos secos.  Una Colombia donde es difícil acceder a los servicios de salud, obtener agua potable, dar una educación a los hijos. Esa Colombia también está más cerca de lo que pensamos, en muchos barrios alejados de las grandes ciudades. Es la Colombia que padece las peores consecuencias del conflicto armado y la violencia, cada vez más lejanas, cada vez más periféricas, pero muy reales y aún en Colombia.

Esa otra Colombia se expresa por antítesis a la primera: la del crecimiento económico, el desarrollo, el consumo, la sofisticación.  Ambos países son dos caras de una misma moneda, conviven en un mismo territorio como expresión de una gran contradicción y contraste: hay dos Colombias que a veces no se ven, que apenas se miran, que a menudo no se reconocen entre sí.

Para ilustrar esta contradicción bastan algunas cifras sobre desigualdad y crecimiento económico. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Colombia es el segundo país con la peor distribución del ingreso.  Por otro lado, en 2011 el crecimiento económico del país superó el 5 por ciento, uno de los más altos de la región.

A diferencia de años anteriores, las consecuencias del conflicto armado hoy no se sienten tanto en las grandes ciudades, donde las preocupaciones sobre la seguridad cedieron el paso a debates acerca del crecimiento económico, políticas de empleo o sobre qué sistema de transporte masivo adoptar.  En contraste, en la otra Colombia, el país en el que el CICR concentra su labor humanitaria, la guerra se siente a menudo, ya sea por las confrontaciones directas o por la presencia de grupos armados que controlan territorios. Allí las preocupaciones siguen siendo qué comer, cómo aliviar al niño si se enferma, si llegará o no la profesora para dar clases y cómo mantenerse neutrales frente una guerra que tiene lugar a las puertas de las casas. La protagonista de este informe es esa otra Colombia.

Como testigos directos de muchos problemas humanitarios en diversas zonas del país, queremos mostrar y recordar que el conflicto armado y su coexistencia con otras formas de violencia siguen cobrando día a día nuevas víctimas y que urge respetar las normas humanitarias.

Queremos compartir nuestra inquietud por una población y una situación que van camino del olvido. Un olvido creciente que genera dos preocupaciones concretas: el recorte de los recursos de cooperación internacional para atender a estas víctimas y la ausencia de esa otra realidad en el debate público nacional.  El CICR valora el esfuerzo del Gobierno por impulsar la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras que deberá traer alivio a miles de familias. Pensamos que es un primer paso para evitar el olvido y seguimos su aplicación con interés y con la firme voluntad de contribuir, desde nuestras posibilidades, para que sus beneficios lleguen a los afectados.  Creemos también que es importante lograr que la otra Colombia participe más en la búsqueda y la elaboración de propuestas para poner fin a décadas de violencia, algunas de las cuales comienzan a esbozarse en la arena pública. Sin incorporar esa realidad de contrastes en toda su magnitud, será muy difícil darle el reconocimiento debido a las víctimas del conflicto y plantear soluciones de largo alcance.

Les invitamos a leer el presente informe con serenidad, a sumergirse en los testimonios de las víctimas de esa otra Colombia, en las cifras sobre el impacto de los distintos problemas humanitarios y la acción y las respuestas del CICR para mitigar el sufrimiento humano.

Jordi Raich
Jefe de delegación del CICR en Colombia

Fotos

Jordi Raich, jefe de la delegación del CICR en Colombia. 

Jordi Raich, jefe de la delegación del CICR en Colombia.
© CICR / B.Heger

Durante 2011, la aceptación de la acción humanitaria del CICR le permitió llevar a cabo sus actividades en las zonas de Colombia afectadas por el conflicto armado y otras situaciones de violencia. 

Durante 2011, la aceptación de la acción humanitaria del CICR le permitió llevar a cabo sus actividades en las zonas de Colombia afectadas por el conflicto armado y otras situaciones de violencia.
© CICR / B. Heger

Las peores consecuencias del conflicto armado ocurren en las zonas más alejadas de Colombia donde el CICR tiene presencia. 

Las peores consecuencias del conflicto armado ocurren en las zonas más alejadas de Colombia donde el CICR tiene presencia.
© CICR / B. Heger

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