Colombia: "Les tengo una buena noticia: su hijo está a salvo y les escribió esta carta"

18-04-2012 Reportaje

Este texto forma parte de la publicación "Situación humanitaria: Informe de actividades Colombia 2011".

Seis jóvenes de edades entre los 13 y 17 años fueron recibidos por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) tras haber sido reclutados por un grupo armado. El ICBF le pidió al CICR que tratara de contactar a los familiares de los jóvenes, en una zona rural alejada de la selva Pacífica.

Delegados del CICR entrevistaron a los menores en Bogotá con el fin de determinar su zona de origen. La tarea no fue fácil pues los menores nunca habían salido de los alrededores de su vereda. Ayudados por dibujos que varios niños prepararon –con colores y detalles de casas, ríos, quebradas, árboles, fincas, cultivos– los delegados lograron finalmente precisar el lugar de origen de los menores, que coincidió con una zona en la que el CICR trabajaba regularmente. Como todos venían del mismo pueblo, se agilizó mucho el proceso. Los menores escribieron cartas para que los delegados del CICR que tenían como misión encontrar a sus padres, se las entregaran.

Un delegado se dirigió a la vereda donde estarían las familias de los menores. En una de sus visitas escuchó el relato del padre de un menor de edad que buscaba a su hijo desde hacía meses sin ninguna respuesta: “Señor, no sé por dónde empezar. He perdido todo contacto con mi hijo. La guerra lo alejó de nosotros. La mamá y yo nos preguntábamos si la Cruz Roja podría ayudarnos”.

El delegado preguntó por el nombre de su hijo y lo buscó en la carpeta en la que tenía la información de los casos de los menores. En uno de los papeles, encontró el nombre de su hijo. “Le tengo dos buenas noticias, señor. La primera es que su hijo está vivo y está bien. La segunda es que tengo aquí conmigo una carta que él mismo les ha escrito”.

El padre se quedó sin palabras. Salió corriendo de la casa a buscar a su esposa, la madre del menor. Le devolvió la carta al delegado: “¿Podría, por favor, leernos el mensaje?”

A la luz de una vela, el delegado leyó las palabras escritas por el hijo. Durante los dos días siguientes, el equipo pudo localizar cuatro familias más para entregarles los mensajes de la Cruz Roja. Buenas noticias después de tantos meses de incertidumbre y sufrimiento.

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