Colombia: "Dejamos de sentirnos desprotegidos"

18-04-2012 Reportaje

Este texto forma parte de la publicación "Situación humanitaria: Informe de actividades Colombia 2011".

"Cuando desperté, no sabía dónde estaba y no podía ver, me sentía como en otro mundo. Además, había perdido un brazo, un oído y necesitaba varias cirugías”. Julio no quería vivir, mucho menos tener que hacer trámites para que lo atendieran o recibir ayuda de alguien, pero la insistencia lo convenció de que podía mejorar y reclamar sus derechos.  "Yo soy una persona del campo. Llegué a la ciudad desconfiando, sin saber qué intenciones pudieran tener con uno los que me decían que podía recibir ayuda… Ahora valoro que están brindando apoyo a la gente que lo necesita, son como ángeles".

A principios de 2011, Julio recibió, con la ayuda del CICR, una prótesis y terapia que le han permitido volver a "escribir, barrer, lavar y coger cosas. Cuando no la uso, siento que me hace falta".  También ha recibido cirugías de reconstrucción de oídos y ojos, que ahora le permiten ver. Pronto recibirá una ayuda económica por parte del Gobierno y está realizando trámites para que el Estado lo indemnice por incapacidad permanente.

Ya no se siente solo. Las llamadas telefónicas que han recibido él y su madre, las asesorías, la permanente atención y los consejos que le han dado personas del CICR y de la Cruz Roja Colombiana le han cambiado la actitud. Hoy está motivado y optimista. Dice su madre: "Ha sido un proceso muy brusco dejar el campo para venir a la ciudad, tener que dejar a mi esposo y otro hijo trabajando en las fincas para poder acompañarlo, no saber cómo movernos aquí".  Julio no podrá volver a trabajar en la finca, pero va a estudiar y buscar empleo en la ciudad. "Ahora tengo que tratar de ayudar a las personas para que no pierdan la esperanza, pero para eso tengo que estar bien". Y lo está consiguiendo.

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© CICR / E. Tovar