Sudán: un presente especial para la fiesta de Eid

17-11-2009 Reportaje

El joven Yusuf Mohamed no pudo ver a su madre durante once años. Huyó del conflicto en Darfur y cruzó la frontera hacia Chad, pero ella se quedó en Sudán. Gracias a la gran determinación de Yusuf, y a la ayuda del CICR, madre e hijo se reencontraron.

 
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El joven Yusuf Mohamed en la delegación del CICR en Jartum, Sudán. 
       
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Delegación del CICR en Jartum. Yusuf con su madre y su pequeño primo. 
       
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Jartum. Yusuf (segundo a la derecha) con su madre y el personal del CICR que les ayudó a reunirse. 
       

Para Yusuf Mohamed, que estuvo separado de su madre durante once años, el momento en que se produjo el reencuentro no podía ser mejor. Fue al término del Ramadán, el mes santo musulmán, apenas unos días antes de las fiestas de Eid, que celebran el final de los 30 días de ayuno.

 

Yusuf, de 17 años, está sobrepasado por el giro que ha dado su vida en los últimos días. Tras una multitud de llamadas telefónicas y de procedimientos administrativos, finalmente tomó un avión del CICR de Alfasher, al norte de Darfur, para dirigirse a Jartum donde se reunió con su madre después de tanto tiempo.

 

Pasaron once años desde que madre e hijo quedaron separados. Desde su divorcio del padre de Yusuf, en 1988, la madre ha vivido en Al Jazira, en el norte de Sudán, con uno de sus hijos. Yusuf, su padre y un hermano menor, se quedaron en Darfur. Cuando el conflicto estalló en Darfur en 2003, Yusuf, que tenía diez años en ese entonces, cruzó la frontera hacia Chad con su padre y su hermano para unirse a otras personas procedentes de Darfur en un campamento de refugiados instalado en Abeche, en la frontera entre Sudán y Chad.

 

  Una larga búsqueda  

 

El joven estaba " obsesionado con la idea de volver a ver a su madre " , según cuenta Anne Chassaing, delegada del CICR en Alfasher, que siguió el caso del adolescente con la intención de ayudarle a terminar con esa pesadilla. El hecho de que el padre del joven decidiera volver a casarse tal vez apresuró la decisión de Yusuf de salir del campamento de refugiados para volver a Sudán y buscar a su madre.

 

Cuando el padre supo sobre los planes de Yusuf, le preocupó que se arriesgara tanto, pero no pudo detenerlo. En octubre de 2008, Yusuf emprendió solo el viaje de vuelta a Sudán; recorrió a pie algunos tramos, otras veces logró que lo llevaran en algún coche. Llegó a Nyala, en el sur de Darfur, a finales de octubre, y decidió seguir viaje hacia el norte.

 

En el poblado de Shangil Tobaya, se puso en contacto con la Operación Conjunta de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur. Allí lo derivaron a Mohamed Isa, un voluntario del CICR que le dio alojamiento por unas semanas en su propia casa antes de llevarlo a la subdelegación del CICR en Alfasher a finales de julio de 2009, para que registraran sus datos como persona que estaba buscando a un familiar.

 

En Alfasher, Yusuf dio al equipo del CICR la última dirección conocida de su madre, para que trataran de localizarla. " Viajé a la localidad de Al Manaqil en el estado de Al Jazira, más de 300 kilómetros al sudoeste de Jartum, para encontrar a la madre de Yusuf " , dice Abd al Farraj Mohmaed, responsable de búsquedas del CICR en Jartum. " Inmediatamente le escribió un mensaje de Cruz Roja a su hijo y firmó un acuerdo de reunión para recuperarlo. "

 

" Luego se inició un intercambio de mensajes de Cruz Roja entre madre e hijo " , dice Jalid Hasan, otro encargado de búsquedas del CICR que trabajó en el caso.

 

Mientras tanto, el equipo del CICR elaboraba un plan aun mejor. Le dieron a Yusuf la buena noticia: no sólo habían podido localizar a su madre y a uno de sus primos, sino que también habían organizado un viaje para los tres a Jartum, donde se reencontrarían.

 

Desde entonces, todo sucedió tan rápidamente que parecía que alguna divinidad estaba interviniendo para ofrecer a Yusuf un presente para la fiesta de Eid: su madre, en persona.

 

“El joven atravesó muchas dificultades " , dice Taisser Hasson, responsable de búsquedas del CICR en Alfasher. " Pero también conoció la gran solidaridad de los sudaneses. Vivió en Darfur sin dinero, pero siempre tuvo comida y alojamiento. Cada día recibió muestras de solidaridad de personas que ni siquiera lo conocían. "

 

Anne Chassaing dice que Yusuf pudo hablar por teléfono con su madre por primera vez el 2 de septiembre, cuando fue a la oficina del CICR en Alfasher para firmar el acuerdo de reunión familiar. " Desde entonces no ha dejado de llamarme para saber cuando viajaría a reencontrarse con su madre " , dice. Cuando lo dejamos en el avión del CICR, Yusuf parecía sobrepasado, conmocionado, por la idea de que finalmente volvería a ver a su madre. "

 

  Finalmente, madre e hijo se reencuentran  

 

La reunión entre Yusuf, su madre y su primo tuvo lugar el 17 de septiembre en la delegación del CICR en Jartum. Se vivió una mezcla de emociones: felicidad, gratitud, tristeza y alegría. El equipo del CICR se sintió satisfecho. La semana anterior, se habían ocupado de todos los detalles para que la familia pudiera celebrar junta la fiesta de Eid. Yusuf todavía no puede creer lo que está viviendo.

 

La madre es toda sonrisas y felicidad. " No lo he visto por once años " , dice. " Demasiado tiempo para una madre. Ahora estoy muy feliz. " .

 

El joven supo utilizar el tiempo que pasó en el campamento de refugiados. " Fui a la escuela y terminé el séptimo grado " , dice mientras espera a su madre en la oficina del CICR en Jartum. " Espero terminar la escuela y estudiar inglés en una universidad de Jartum o de Juba. " Como su padre trabajaba con una organización de ayuda en el campamento, Yusuf aprovechó para aprender inglés, que ahora habla con fluidez.

 

El CICR ayuda a los familiares que han sido separados por el conflicto a restablecer el contacto. Por lo general lo hace a través de mensajes de Cruz Roja que contienen noticias de tipo familiar y que se distribuyen en todo el país mediante la red de voluntarios de la Media Luna Roja Sudanesa. Además, el CICR se esfuerza por localizar a los familiares desaparecidos y, cuando es posible, reúne a los niños y a otras personas vulnerables, como los ancianos y los discapacitados, con los parientes de los que han quedado separados.



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