República Centroafricana: "Nos apasiona la labor humanitaria que desempeñamos"

22-04-2014 Entrevista

Durante largos meses, la Cruz Roja Centroafricana ha hecho todo lo posible para ayudar a las víctimas del conflicto y de otras formas de violencia extrema que afectan el país. El trabajo es arduo y peligroso, y para llevarlo adelante hace falta mucho coraje, explica el Sr. Antoine Mbao-Bogo, presidente de la Cruz Roja Centroafricana.

Voluntarios de la Cruz Roja Centroafricana y colaboradores del CICR recogen cadáveres de las calles de Bangui. © CICR / Annibale Greco

¿Cómo consigue trabajar en medio de tanta tensión y polarización?

Antoine Mbao-Bogo, Presidente de la Cruz Roja Centroafricana  

Antoine Mbao-Bogo, Presidente de la Cruz Roja Centroafricana
© Cruz Roja Centroafricana

Desafortunadamente, esta no es la primera vez que hemos tenido que trabajar en medio de una difícil situación en materia de seguridad, con tiroteos en las calles, por ejemplo. Esa es nuestra misión: aliviar el sufrimiento, en la medida de lo posible, de las personas que menos pueden valerse por sí mismas. Nos apasiona la labor humanitaria que desempeñamos y contamos con gran experiencia en este tipo de situaciones. El 24 de marzo y el 5 de diciembre del año pasado, fuimos la primera y única organización con presencia en las calles; no había ninguna otra institución nacional ni internacional, ni personal de ningún gobierno o ministerio. Estábamos solos en las calles con las personas que habían tomado el poder en ese momento. Nuestros 250 voluntarios atendieron a los heridos y los evacuaron, al tiempo que recogieron los cadáveres y los llevaron a la morgue para luego proceder a sepultarlos.

En solo dos días, el 11 y 12 de diciembre de 2013, recogimos y enterramos 470 cadáveres. Conseguimos llevar a cabo esa tarea con la ayuda brindada por las autoridades pero también, y sobre todo, gracias a nuestra cooperación y asociación con el CICR.

Nuestro país sufre una tragedia, y la Cruz Roja Centroafricana necesita contar con la confianza y el apoyo de todos, inclusive de las autoridades, para llevar a cabo sus tareas. Seguimos adelante con nuestro trabajo en lo que atañe a la gestión de situaciones de emergencia y de catástrofes y con las actividades en materia de suministro de agua, alimentos, obras de saneamiento, atención de la salud de las comunidades y prevención del VIH/SIDA; también proseguimos con las tareas relativas a la seguridad alimentaria, que benefician a miles de personas desplazadas y a otros habitantes del país.

¿Qué medidas se deben adoptar para garantizar la neutralidad y la imparcialidad?

Lo importante es la previsión. Es imprescindible que adoptemos una posición más activa, vale decir, no debemos esperar a que surja una situación de emergencia para luego tratar de prepararnos para lidiar con ella. Trabajamos en beneficio de todas las víctimas, sin discriminación alguna por motivos de raza, religión, sexo ni opiniones políticas.

A su vez, tanto  el personal como los miembros de nuestra organización deben ser apolíticos; de lo contrario, ello afectaría nuestra neutralidad. En el ámbito de nuestra organización confluyen voluntarios y miembros del comité ejecutivo provenientes de todas partes del país y de todos los credos, y nos las arreglamos para trabajar juntos. Nuestra fortaleza siempre ha radicado en la idea que inspiró a Henry Dunant, nuestro fundador, cuando se encontró en el campo de batalla de Solferino, Italia, hace más de 150 años.

Los principios fundamentales de la Cruz Roja - humanidad, voluntariado, neutralidad, unidad, universalidad, imparcialidad y, sobre todo, independencia – sirven de directrices para la labor que desempeña la Cruz Roja Centroafricana. Así, dimos sepultura a todos los cadáveres, sin ningún tipo de discriminación. Es cierto que al principio de la crisis, la Cruz Roja Centroafricana fue objeto de provocaciones, calumnias y difamaciones. Pero hemos trabajado arduamente para explicar a la población que la institución no pertenece a ningún grupo en particular y que la labor que desempeña es para beneficio de todos. Creo que las personas que nos vilipendiaron finalmente entendieron la situación, y hasta el presente, nos han dejado trabajar libremente.

¿Cuál es la situación de las filiales de la Cruz Roja en el resto del país?

A pesar de la inseguridad, las filiales siguen funcionando y llevando a cabo su labor en las provincias. Cabe señalar que componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (el CICR y la Federación Internacional, en particular), así como todo el personal de la Cruz Roja Centroafricana, se encuentran desempeñando tareas en Bangui. Por ello, las cosas son más fáciles allí. En las provincias, la situación es un poco más difícil, pero así y todo, los voluntarios todavía se las arreglan para brindar ayuda a las personas que más lo necesitan.

Por ejemplo, el 8 de abril hubo enfrentamientos en Dékoa, al norte de Bangui. Los miembros de la filial de ese lugar enterraron rápidamente los cadáveres, a pesar de la difícil situación que se estaba viviendo. Los comités locales de M'baiki, Boda, Batangafo, Bozoum y Amadagaza, por mencionar solo algunos, han estado desempeñando una labor destacada en las provincias. Nunca bajan la guardia; siempre acuden en ayuda de los heridos. En ningún caso han interrumpido sus tareas.

Hay algo que no acabo de entender: es casi como si el nombre de "Cruz Roja" llevase consigo un estimulante que hace que la gente salga a llevar adelante sus tareas a pesar de la inseguridad. Sin embargo, las condiciones son realmente extremas. Un día, cuando transportábamos a un herido en una camioneta, nuestro vehículo fue detenido y el paciente fue ultimado a puñaladas allí mismo. Ese tipo de cosas son completamente inaceptables. Tanto los pacientes como los socorristas deben contar con protección absoluta.

Lo que hemos logrado hasta ahora y que seguimos haciendo todos los días, con pocos recursos y en circunstancias de inseguridad, representa un logro casi milagroso. Si no hubiéramos podido recoger y enterrar los cadáveres dispersos en la ciudad de Bangui, no se podría haber preservado la dignidad de las personas fallecidas, y habríamos tenido que enfrentar consecuencias aun más graves para la salud pública.

Voluntarios de la Cruz Roja Centroafricana y colaboradores del CICR recogen cadáveres de las calles de Bangui. © CICR / Annibale Greco