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Chad: adaptar la ayuda a las necesidades específicas de los desplazados en la región oriental

10-04-2008 Entrevista

Tras el fracaso de la ofensiva contra Yamena, capital de Chad, a principios de febrero, se multiplican los enfrentamientos entre los grupos de oposición armada y el ejército, que se suman a frecuentes hechos de violencia localizada entre diferentes comunidades. De regreso de una visita a Chad, el señor Dominik Stillhart, director adjunto de Actividades Operacionales del CICR, describe la actual situación humanitaria y las particularidades de la actividad de asistencia que despliega el CICR en Chad oriental.

  ¿Cómo describiría usted la actual situación en Chad?  

Parece continuar la tendencia, que se observó a finales del año pasado, de una mayor frecuencia de escaramuzas entre grupos de oposición armados y el ejército. A principios de febrero, hubo una ofensiva fallida contra Yamena, la capital chadiana, y a comienzos de abril, se libraron combates en los alrededores de la ciudad de Adé, en el este del país.

Sin embargo, el conflicto armado no internacional entre el Gobierno y grupos de oposición armados tiene menores efectos para los civiles que la violencia intercomunitaria que, con regularidad, estalla de manera muy circunscrita en la región oriental; por ejemplo, en Dar Sila y en partes del norte de Assungha. A menudo, no hay una presencia de las fuerzas de seguridad nacionales en estas regiones, y las peligrosas condiciones limitan el acceso a las organizaciones humanitarias. Así, es difícil garantizar que la asistencia humanitaria adecuada es asequible para las personas afectadas por los combates.

     

  Usted acaba de regresar de una visita en Chad, incluida la región en el este. ¿Cuál es la situación por lo que respecta a la seguridad?  

Aún es muy inestable la seguridad en el este. Sin embargo, algunas personas han optado por regresar al lugar de origen, sea temporalmente, las personas van y vienen de los emplazamientos para desplazados a sus poblados de origen, sea permanentemente. Sin embargo, no cabe duda de que muchos desplazados no quieren regre sar a sus hogares, o no pueden hacerlo, principalmente por el riesgo que implica. Las personas desplazadas que no podrán regresar a sus hogares pronto tendrán que dar con los medios para asentarse en sus nuevas comunidades y poder satisfacer sus necesidades sin depender de la ayuda humanitaria.

En la región de Dar Sila, por ejemplo, la mayoría de las personas tuvieron que abandonar sus poblados a causa de combates entre comunidades rivales. Probablemente, las familias desplazadas procedentes de esta región son las menos dispuestas a regresar a sus hogares. En cambio, en el norte de Assungha, sigue habiendo tensiones y son cada vez mayores las necesidades de la población, pero la situación no ha inducido a los civiles a huir de su lugar de origen.

  ¿Qué está haciendo el CICR para ayudar a la población afectada por el conflicto?  

El CICR intenta adecuar sus actividades de asistencia y protección a la situación sobre el terreno. Aunque es cierto que en algunas regiones como Assungha, la población ha comenzado a regresar a sus poblados, esto no significa que toda la población desplazada puede regresar a su hogar.

Equipos del CICR en el este de Chad están preparándose para distribuir semillas y víveres con que atender a las necesidades de comunidades agrícolas durante los tres meses anteriores a las cosechas de octubre o noviembre. Prestaremos asistencia a las familias desplazadas en Assungha y en Dar Sila, y a unas 3.000 familias que han regresado a la región de Borota, así como a otras 1.400 que regresaron a Kawa, en el norte de Assunga. En total, unas 57.000 personas recibirán semillas, aperos para la agricultura, cereales, alubias, aceite, azúcar y sal.

     

  ¿Cuál es la particularidad en el modo de prestar asistencia del CICR en el este de Chad?  

En primer lugar, cuando es posible, el CICR intenta prevenir el desplazamiento mediante la asistencia a la población en sus poblados de origen. Cuando ya ha ocurrido el desplazamiento, trabajamos cerca de los poblados de origen de la población desplazada para que le sea posible reanudar la labor en el campo y pueda abastecerse por su cuenta. No queremos que nuestra asistencia prolongue o aliente el desplazamiento.

En segundo lugar, siempre que la situación reúna las condiciones de seguridad, el CICR presta apoyo para el regreso voluntario de las personas desplazadas, mediante la realización de programas trazados especialmente para satisfacer sus necesidades específicas. Por ejemplo, proyectos agrícolas y ayuda para mejorar los sistemas de irrigación.

En tercer lugar, el CICR considera a las víctimas de manera independiente y neutral. Como una de las pocas organizaciones humanitarias que puede tener acceso a las regiones rurales, podemos evaluar y satisfacer adecuadamente las necesidades, incluidas las de los residentes, cuando procede. En todas nuestras evaluaciones consideramos si la población ha sufrido violaciones de derecho internacional humanitario y si necesita protección.