Aceh: reunidos después de un mes

02-02-2005

Tratar de que las personas separadas a raíz del desastre provocado por el seísmo submarino y el tsunami en Asia puedan restablecer el contacto con sus familiares ha sido un aspecto importante de la acción de socorro que el CICR está desplegando en la provincia indonesia de Aceh. Un delegado del CICR, Bernt Appeland, se reunió con una familia cuyos miembros lograron volver a reunirse.

" ¡No llores, mamá! ¡Estoy aquí! " , dice Wulan, de catorce años.

Abraza fuertemente a su madre, Zuriah, ante de saludar de la misma manera a su hermano y a su hermana. La familia puede volver a reunirse después de treinta y dos días.

Ese momento de felicidad entre tanto dolor tiene lugar en una carpa azul, en un campamento para personas desplazadas ubicado en el poblado de Lampoh Lhok Darma, en las afueras de Banda Aceh.

A pesar de las súplicas de Wulan, su madre y su hermana se deshacen en lágrimas. Luego, una sonrisa comienza a dibujarse en el rostro de Zuriah, y ésta dice a su hija cuán feliz está de verla con vida.

Wulan estaba en casa de unas amigas la noche anterior al tsunami. Las niñas estaban solas cuando llegó la gran ola. Se las arreglaron para escapar del agua, viajaron tierra dentro y hallaron refugio en un campamento para personas desplazadas. Después de tres días, el padre de una de las amigas de Wulan las encontró y comenzó a buscar a la familia de ésta.

Descubrió que la casa de la familia en Banda Aceh había sido completamente destruida. Sin lograr saber lo que había sucedido a la madre, el hermano y la hermana de Wulan, decidió llevarla a Sigli, con sus hijas.

El 20 de enero, un equipo conjunto del CICR y la Cruz Roja Indonesia visitó Sigli y registró los datos de Wulan como menor no acompañada. El nombre de Wulan, al igual que el de otras personas, fue ingresado en la base de datos que administra la delegación del CICR en Yakarta.

Gracias a esa base de datos, los delegados pudieron relacionar los datos de Wulan con los de su madre, que había completado un formulario del CICR en el que indicaba que estaba buscando a su hija. El 24 de enero, se pudo anunciar a Wulan que su familia estaba sana y salva.

Ahora están todos juntos otra vez.

Cuando me voy de la casa de la familia, Wulan corre detrás de mí. Toma mi mano, se la lleva hasta la frente y me regala su más espléndida sonrisa.

Nunca olvidaré ese momento.