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La tuberculosis no se limita a matar tras las rejas

22-03-2010 Comunicado de prensa 10/42

Ginebra (CICR) – En opinión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), los intentos por frenar la alarmante propagación de la tuberculosis en el mundo entero serán muy insuficientes a menos que las autoridades de los países afectados redoblen sus esfuerzos para impedir que esta enfermedad mortal siga incubándose en las cárceles.

“La tuberculosis es una asesina silenciosa que no se puede confinar en una celda. Es astuta, persistente y cada día se cobra más vidas " , dijo un colaborador del CICR encargado de la coordinación de salud en los establecimientos penitenciarios, Raed Aburabi, con motivo del Día de la Tuberculosis, el próximo 24 de marzo. “Se ha adaptado a los tratamientos existentes con más rapidez de la que hubiéramos podido imaginar. La consecuencia es un importante incremento de las cepas que han desarrollado una gran resistencia a múltiples medicamentos, y esto constituye una amenaza real. Para detener la tuberculosis es necesario combatirla en las cárceles”.

Una persona de cada tres en el mundo está infectada con los microbios que causan la tuberculosis, es decir 2.000 millones de personas, de las cuales una de cada de diez desarrollará la enfermedad en algún momento de su vida. Erróneamente, mucha gente considera que la tuberculosis es una enfermedad del pasado, pero está rebrotando en todo el mundo y, en promedio, causa la muerte de una persona cada veinte segundos.

El hacinamiento, la nutrición deficiente y la falta de adecuación de los servicios sanitarios en las cárceles favorecen la propagación de la tuberculosis. Su incidencia en las cárceles puede ser de 10 a 40 veces superior a la registrada fuera de ellas. Sin embargo, es tan contagiosa que se transmite fácilmente a los guardias, los empleados, los visitantes, las familias de los detenidos infectados liberados.

El CICR colabora con las autoridades detenedoras de unos doce países, como Azerbaiyán y Georgia, desde hace más de diez años para tratar de controlar la tuberculosis.

“C uando empezamos a visitar las cárceles en Azerbaiyán hace 15 años, nos enteramos de que 300 presos morían cada año a causa de la tuberculosis. Esta enfermedad ha sentenciado a muerte a muchos presos, sin distinción del delito cometido " , dijo Nikoloz Sadradze, que trabaja en la delegación del CICR en Baku. “El año pasado, el número de muertos disminuyó pasando a veinte en el hospital central carcelario para tuberculosos, gracias a medidas preventivas, mejores exámenes y diagnósticos, así como a tratamientos y seguimientos con supervisión médica”.

Se han conseguido resultados similares en Georgia, donde, por lo demás, el CICR traspasará sus actividades relacionadas con la tuberculosis a las autoridades el próximo 24 de marzo.

La experiencia ha mostrado que mejores condiciones de vida –lo que incluye la posibilidad de pasar más tiempo al aire libre y una alimentación sana–, el hecho de saber cómo se propaga la tuberculosis, y una mejor comprensión por los pacientes de los graves efectos secundarios que tienen los medicamentos para tratar la tuberculosis pueden ayudar a mejorar las cosas. El CICR recomienda también a las autoridades que apliquen la estrategia de la Organización Mundial de la Salud relativa al control de la tuberculosis (estrategia DOTS), para cuya implementación se requiere el compromiso de los Gobiernos, un suministro regular de medicamentos y un tratamiento bajo observación.

“Del mismo modo que los tuberculosos deben armarse de valor para someterse durante meses o años a un tratamiento costoso, complicado y doloroso con el fin de sanar, las autoridades de los países afectados por la enfermedad también deben mostrar valor político para abordar de frente el problema y deben perseverar en este empeño durante mucho tiempo, con el fin de salvar vidas " , dijo el señor Aburabi.

Por último, añadió: “el tipo de compromiso, cambio y creatividad que hacen falta para vencer esta enfe rmedad no llegarán de la noche a la mañana. Pero si el progreso que hemos visto en las cárceles de Azerbaiyán y Georgia pudiera conseguirse a más amplia escala, hay muchas posibilidades de tomarle ventaja a esta enfermedad mortal en todo el mundo " .

  Para más información:  

  Maia Kardava, Tiflis, CICR, tel.: +995 91 60 06 85  

  Gulnaz Guliyeva, Baku, CICR, tel.: 994 50 315 45 38  

  Anna Nelson, Ginebra, CICR,   tel: +41 79 217 32 64 ó +41 22 730 20 63  

 

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