Las minas antipersonales siguen siendo una amenaza constante

02-12-2013 Declaración

Alocución inaugural de la señora Christine Beerli, Vicepresidenta del CICR, 13ª Reunión de los Estados Partes en la Convención sobre la prohibición de las minas antipersonal, Ginebra, 2-5 de diciembre de 2013.

Salih Hasanamidzic vive en Bosnia, en la localidad de Hodzici, rodeado de campos plagados de minas antipersonales. En 2011, mientras recogía frutas con su esposa, pisó una mina. Su esposa murió y él sufrió heridas en sus piernas y espalda. © CICR/Getty images/V. de Viguerie

 

Mihret Hasanamidzic, hermano de Salih. En 1997, sufrió dos accidentes con minas antipersonales mientras cortaba leña en el bosque. En el primero sufrió heridas abdominales y en el segundo perdió su pierna izquierda. 

Mihret Hasanamidzic, hermano de Salih. En 1997, sufrió dos accidentes con minas antipersonales mientras cortaba leña en el bosque. En el primero sufrió heridas abdominales y en el segundo perdió su pierna izquierda.
© CICR/Getty images / V. de Viguerie

Hace unas semanas, el CICR conoció a Salih Hasanamidzic, un hombre de 56 años que vive en Doboj Istok, un pueblo remoto en el norte de Bosnia y Herzegovina. En 2011, Salih sobrevivió a la explosión de una mina antipersonal mientras recolectaba fruta en el bosque cercano a su pueblo, pero resultó gravemente herido y quedó discapacitado para siempre. Su mujer falleció en ese mismo incidente. En 1997, uno de sus hermanos perdió una pierna en un accidente similar con una mina mientras recogía leña y, en 2006, otro de sus hermanos perdió la vida en circunstancias semejantes, también a causa de una mina antipersonal. Antes de la guerra, la familia de Salih solía llevar su rebaño de cabras a pastar fuera del pueblo pero la presencia de minas terrestres les impide seguir haciéndolo, por lo que su situación económica se ha deteriorado drásticamente.

La situación personal de Salih es especialmente dramática, pero él y su familia no son ni mucho menos las únicas víctimas de las minas en Doboj Istok. Todo el pueblo se ha visto perjudicado, ya que el bosque que circunda el pueblo, del que dependen para recoger leña, sigue plagado de minas antipersonales.

El conflicto en Bosnia y Herzegovina finalizó hace 18 años y, sin embargo, como ocurre en muchos otros países, las minas antipersonal siguen arruinando la vida de las personas y planteándoles una amenaza constante. Muchos Estados afectados por las minas, entre ellos Bosnia y Herzegovina, han hecho grandes avances en el cumplimiento de los compromisos de retirada de las minas y de ayuda a las víctimas previstos en la Convención, y muchos de quienes se encuentran aquí presentes les han ayudado en estas labores. No obstante, factores como la escasez de recursos principalmente están frenando estos avances. La movilización sostenida y el aprovechamiento eficaz de los recursos humanos, financieros y técnicos son esenciales para limpiar de minas antipersonales las tierras de las que depende la supervivencia económica de las comunidades y garantizar que la Convención cumple sus promesas para con las víctimas de las minas.

Cementerio de la localidad de Hodzici. Salih y Mihret, ambos sobrevivientes de minas antopersonales, rezan en las tumbas de su hermano, Essef, y la esposa de Salih, ambos muertos por el estallido de minas. 

Cementerio de la localidad de Hodzici. Salih y Mihret, ambos sobrevivientes de minas antopersonales, rezan en las tumbas de su hermano, Essef, y la esposa de Salih, ambos muertos por el estallido de minas.
© CICR/Getty images / V. de Viguerie

 

Casos como el de Salih demuestran por qué el empleo de estas armas es inaceptable. El CICR está consternado ante las denuncias que apuntan al uso de minas antipersonal por un número limitado de Estados Partes, algunas de las cuales siguen sin recibir respuesta. El CICR exhorta a los Estados Partes concernidos a que investiguen inmediatamente estas denuncias, como ya se han comprometido a hacer algunos de ellos, y a que compartan sus conclusiones con los demás Estados Partes. Si las denuncias resultan fundadas, los Estados concernidos deberán adoptar las medidas oportunas contempladas en su legislación nacional, de conformidad con el artículo 9 de la Convención. Los Estados Partes también pueden plantearse acogerse a los procedimientos de facilitación y aclaración del cumplimiento previstos en el artículo 8 de la Convención.

La remoción de las minas antipersonal es uno de los pilares fundamentales de la Convención, y requiere voluntad política, una planificación y gestión eficaces y, obviamente, recursos financieros. Desde la entrada en vigor de la Convención hace casi 15 años, 25 de los 59 Estados Partes afectados por las minas han declarado haber cumplido sus obligaciones en materia de remoción de minas. Estos logros merecen, sin duda, nuestro reconocimiento. Sin embargo, al CICR le preocupa el número de Estados que parecen no haber planificado o controlado debidamente las labores que debían llevar a cabo en el plazo inicial previsto de diez años y han solicitado una prórroga de sus plazos para la retirada de las minas. Instamos a los Estados afectados por las minas y a aquellos que estén en condiciones de ayudarlos a que redoblen sus esfuerzos y estrechen su colaboración para controlar y retirar las minas de un modo rápido y eficaz. Se trata de una labor indispensable, no solo para recuperar las tierras y devolverlas a las comunidades afectadas, como las de Bosnia y Herzegovina, sino también para evitar que las minas se cobren nuevas víctimas.

Instamos a los Estados afectados por las minas y a aquellos que estén en condiciones de ayudarlos a que redoblen sus esfuerzos y estrechen su colaboración para controlar y retirar las minas de un modo rápido y eficaz."

El CICR sabe, por su experiencia en el terreno, que todavía queda mucho por hacer para ayudar a las víctimas de las minas antipersonal y de otras armas. A pesar de los debates mantenidos en los últimos 15 años y de la labor acometida en este período, muchos Estados han hecho avances insuficientes por lo que respecta a la ayuda a las víctimas. Si bien es cierto que la función de los donantes es fundamental, los Estados afectados también deben poner todo su empeño en mejorar la situación de los supervivientes, sus familias y las comunidades afectadas, y adoptar medidas concretas en esta dirección. Una mayor concienciación y voluntad política en el plano nacional pueden contribuir notablemente a mejorar el entorno físico, social, económico y profesional de las personas en las que se centra esta Convención.

 

Con miras a la Tercera Conferencia de Examen, que se celebrará en 2014, instamos a todos los Estados Partes a que enfrenten los retos que tienen por delante con una energía y liderazgo renovados. Podemos congratularnos por los importantes avances conseguidos en los últimos 15 años, como la cantidad de tierras que se han limpiado y devuelto a las comunidades, el número de minas almacenadas que han sido destruidas y el notable descenso del número de víctimas. Pero siguen siendo necesarios la colaboración y el control de los Estados Partes y de las partes interesadas para poner fin al sufrimiento provocado por las minas antipersonal.

Para los habitantes de Doboj Istok y para los miles de personas de comunidades afectadas en todo el mundo, las minas antipersonal no son un recuerdo lejano, sino un arma que sigue condicionando sus vidas y su subsistencia día tras día. De ustedes depende que podamos cambiar esta situación.

 

 

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