En Israel y los territorios ocupados, persiste la crisis de esperanza

08 septiembre 2017

Las políticas en torno a la construcción y expansión de asentamientos israelíes son un factor esencial de la mayoría de los desafíos humanitarios que enfrenta a diario el CICR en Cisjordania.

Las consecuencias prolongadas y perjudiciales de estas políticas para los pobladores tanto palestinos como israelíes han sido ampliamente documentadas.

Para ambas partes, la situación es insostenible. Todas las personas deberían poder vivir con dignidad y tener la posibilidad de forjar un mejor futuro para sí y para sus hijos.

Esta semana, Peter Maurer, presidente del CICR, está de visita en Israel y los territorios ocupados.

En un discurso que pronunció el miércoles en Tel Aviv, habló de la profunda "crisis de esperanza" que presenció en ambas partes.

"Muchas personas describieron esta situación antes que yo. Para generaciones enteras que únicamente conocen la vida de la mano de la ocupación, la esperanza en un mejor futuro se evaporó casi por completo."

Las políticas en torno a los asentamientos afectan todos los aspectos de la vida de los palestinos, así como su capacidad de vivir con dignidad, al tiempo que exacerba el clima de temor para la población civil israelí. Esas realidades atentan contra la esperanza de lograr un acuerdo de paz justo y duradero.

El CICR hace un llamamiento al Gobierno de Israel para que considere retomar los principios del derecho humanitario internacional a la hora de abordar los aspectos jurídico y humanitario de las iniciativas relacionadas con los asentamientos. Solo entonces podrá evitarse esta crisis de esperanza.

"Cada decisión política responsable deberá tomarse teniendo en cuenta cómo repercute en la vida de las personas comunes", expresó el presidente Maurer. Para mí, haber regresado después de tres años y haber comprobado que la situación no ha hecho más que empeorar fue una experiencia aleccionadora."