La crisis del Sahel

Los conflictos armados, la criminalidad y los riesgos climáticos han desencadenado una crisis humanitaria enorme en el Sahel, región compuesta por cinco países: Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso y Chad. La crisis alimentaria ha puesto a la región al borde de la hambruna.

Región de Tillabéry, Kabefo, Níger. Beneficiarios reunidos en un punto de distribución de asistencia humanitaria. CC BY-NC-ND / CICR / M. Abdourahamane

Región de Tillabéry, Kabefo, Níger. Beneficiarios reunidos en un punto de distribución de asistencia humanitaria. CC BY-NC-ND / CICR / M. Abdourahamane

La precariedad de las condiciones de seguridad en la región del Sahel, en África, eclipsa una profunda crisis humanitaria que afecta a 12 millones de personas en cinco países.

Los conflictos armados, la criminalidad transnacional y los riesgos climáticos causan un enorme sufrimiento humano y han desencadenado un fuerte aumento en la cantidad de habitantes que se desplazan hacia otras regiones de África o que migran hacia Europa desde los cinco países en cuestión – Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso y Chad.

La crisis alimentaria ha extendido el hambre en el Sahel, llevando a la región al borde de la hambruna.

Los conflictos actuales en la región de Lago Chad y en Malí, combinados con las actividades transfronterizas de los grupos armados, causan un serio perjuicio a los vecinos Mauritania y Burkina Faso. Las dificultades de la región se ven exacerbadas por el cambio climático, la pobreza y la escasez de alimentos. Tres cuartas partes de los 80 millones de habitantes de la región tienen menos de 35 años de edad; las oportunidades laborales ya son escasas, cuando se prevé que la población se duplicará de aquí a 30 años.

Los Estados deben actuar ahora, con el apoyo de la comunidad internacional, para abordar las causas profundas de los problemas y ayudar a fortalecer la resiliencia de las poblaciones locales

Patrick Youssef, director regional adjunto para África en el CICR

La acción del CICR en la crisis del Sahel

El CICR presta asistencia a más de un millón y medio de personas en los cinco países, mediante la distribución de semillas mejoradas, herramientas y fertilizantes, así como también la provisión de forraje y la vacunación del ganado. A pesar de las necesidades acuciantes, la región es una de las que reciben menos financiación entre las regiones donde el CICR lleva a cabo su labor.