Côte d'Ivoire: los desplazados internos, tan cerca y a la vez tan lejos de su hogar

11-03-2011 Reportaje

Los enfrentamientos que han tenido lugar en Abiyán en las últimas dos semanas han obligado a miles de personas a huir de su hogar para refugiarse en distritos más seguros, donde el CICR ayuda a muchos de estos desplazados a afrontar su nueva situación.

     
©CICR / S. Brack 
   
Abiyán. El CICR distribuye artícules domésticos esenciales a las personas desplazadas en Anyama. 
               
©CICR / S. Brack 
   
Mariam Sankara con su familia, en la mezquita de Anyama, en Abiyán. 
               
©CICR / S. Brack 
   
Abiyán. El CICR distribuye artícules domésticos esenciales a las personas desplazadas en Anyama. 
           

" Por favor, llévese aunque sea a uno solo de mis hijos. Podría adoptarlo y darle una vida mejor. En esta situación, realmente no puedo ocuparme de mis diez hijos " . 

Ésta era la patética súplica de una de las madres desplazadas que los delegados del CICR visitaron hoy en Anyama. Ilustra la desesperación de algunas de las personas que huyeron de los enfrentamientos que asolaban sus barrios y que desde hace dos semanas viven precariamente, con familiares o en centros comunitarios. 

Éste es el caso del Sr. Laurent Dadie, director de una escuela privada, que actualmente se aloja con los diez miembros de su familia en la iglesia de Notre Dame d'Anyama, en una modesta habitación anteriormente destinada a una sola monja, y que ahora depende de la ayuda que recibe de la iglesia y del CICR.

  Bancos cerrados  

" Nunca olvidaré esa noche; se oían disparos por todos lados. ¡Una explosión hizo un agujero en la pared de mi casa! recuerda el Sr. Dadie. " Al amanecer, cuando cesaron las hostilidades, huimos con mi familia. Finalmente llegamos aquí, a la iglesia de Notre Dame, con sólo la ropa que llevábamos puesta y el dinero que tenía en el bolsillo en el momento de la huida. Como los bancos dejaron de funcionar, no he podido retirar dinero de mi cuenta. Vivimos al día, esperando que esta crisis se solucione de alguna manera " .

  La ayuda trae algo de alivio  

Está feliz de que el CICR haya proporcionado a la iglesia de Notre Dame algunos artículos para satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, como medicamentos, jabón, mantas y baldes pero, si se solucionara la crisis, no necesitaría esa ayuda.

" Soy director de escuela. Nunca antes tuve que depender de la caridad. Es una situación muy difícil para mí, sobre todo cuando mis niños me piden cosas. No creo que realmente comprendan lo que está sucediendo. A veces, yo tampoco lo entiendo " .

En las últimas dos semanas, Notre Dame ha prestado ayuda a más de 2.500 personas desplazadas como el Sr. Dadie. La mayoría de los desplazados sólo se aloja en estos centros transitoriamente, antes de trasladarse a las casas de sus familiares. Hoy, permanecen allí poco más de cien personas. Casi todas se han ido a otros lugares.

En otra parte de la ciudad, la principal mezquita de Anyama ha acogido a no menos de 4.000 personas desplazadas desde el inicio de la crisis. Varios centenares de desplazados siguen viviendo en el hall central de la institución y sus alrededores. Muchas otras, que han encontrado alojamiento en la zona vecina, siguen acudiendo a la mezquita para recibir las comidas diarias. 

  La crisis causa empobrecimiento  

Casi todos los pobladores, que distaban de ser prósperos, se han empobrecido. No pueden ir al banco, no pueden trabajar y no pueden volver a casa. Es el caso de Mariam Sankara, madre de un niño que padece una enfermedad crónica, que no sabe qué hacer consigo misma todo el día.

" Vivimos en una situación de incertidumbre " , se queja Mariam. " La mezquita nos da de comer todos los días, pero eso es todo lo que puede hacer por nosotros. Esto no es vida. No hacemos otra cosa que esperar, esperar y esperar. Es in soportable " .

Sin embargo, se siente contenta de haber encontrado este refugio. Todavía recuerda el terror de la noche en que huyó de Abobo.

" Era como una de esas películas de guerra americanas, con explosiones por todos lados y gente corriendo con ametralladoras. Sólo que eso no pasaba en la televisión, ¡sino en mi propio barrio! "

El CICR ha prestado asistencia a cinco centros comunitarios como Notre Dame y la mezquita de Anyama, no sólo en Abobo sino también en Adjamé, Angré y Yopougon, a fin de ayudarles a afrontar la afluencia de personas que procuraban refugiarse de la violencia que azotó a la ciudad de Abiyán.

Estas personas desplazadas se hallan a tan sólo unos kilómetros de su hogar pero, mientras la violencia y el miedo les impidan regresar, es como si estuviesen en otro país. Están tan cerca y a la vez tan lejos.