República Democrática del Congo: para los desplazados en Opienge, la esperanza viaja en bicicleta

06-08-2010 Reportaje

En la zona cercana a Tshopo (Provincia Oriental de la República Democrática del Congo), el conflicto armado afecta la vida de decenas de miles de civiles. El CICR y la Cruz Roja de la RDC distribuyen semillas y artículos domésticos en bicicleta. Informe de Inah Kaloga.

 
©CICR/A. Togola 
   
Ciclistas y sus cargas, en un camino cerca de Bafwasende (Provincia Oriental). 
           


   
©CICR/A. Togola 
   
Sólo estos ciclistas profesionales –conocidos como “tolekists” (del lingala "toleka", que significa "pasar") son capaces de orientarse en el laberinto de carreteras intransitables. 
           

Simón está bañado en sudor. Se detiene para beber un trago de agua y ve que otros ciclistas lo aventajan. Uno de ellos grita: " ¡Tufagne ngufu! " - " ¡Continúa! " , en swahili. Simon les mira sonriente y parte tras ellos, no tan rápido como querría, ya que los desniveles del camino y la carga que transporta aminoran su marcha. Aún así, está empeñado en no ser el último en llegar al punto de reunión esa tarde.

Pese a las apariencias, Simon y sus amigos no están participando en una carrera de bicicletas. Integran un extraordinario equipo de mil ciclistas que van y vienen por el distrito de Tshopo como parte de una operación de asistencia llevada a cabo por el CICR y la Cruz Roja de la República Democrática del Congo (RDC) para ayudar a los habitantes de Opienge.

  Terreno escabroso  

     

La Provincia Oriental (en el norte de la RDC), escenario de esa inverosímil cabalgata de bicicletas, es conocida por su entorno natural exuberante y por la belleza del paisaje. Sin embargo, Simon y las decenas de miles de personas que tuvieron que abandonar sus hogares en estos últimos años no tienen tiempo para detenerse a observar la imponente belleza que los rodea.

" Sin duda es hermoso, pero mire este camino. Si quiere evitar accidentes y llegar entero, debe mantener la vista fija en él y no admirar el paisaje como un turista " , opinó Simon.

La insuficiencia y el deterioro de la infraestructura y de las vías de comunicación son sólo algunos de los muchos problemas que enfrentan los pobladores de la zona. El transporte de artículos diarios de primera necesidad, alimentos o medicamentos puede demorar días, o incluso semanas. Sólo estos ciclistas profesionales -conocidos como " tolekists " (del lingala " toleka " , que significa " pasar " )- son capaces de orientarse en el laberinto de carreteras intransitables.

Este desafío diario se suma a la inestabilidad crónica de la región. A través de los años, el bosque cercano se ha convertido en el hogar de varias familias atemorizadas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares a raíz de la violencia y el conflicto armado entre las fuerzas armadas nacionales y varios grupos armados del lugar.

Se estima que este conflicto, del que prácticamente no se habla, afecta a más de 50.000 personas. Algunas tuvieron que dejar sus aldeas, y las que permanecen allí no están en mejores condiciones. Aldeas saqueadas y destruidas, cosechas perdidas, un panorama tan desolador e incierto como ese camino de tierra: ésta es la situación que enfrentan numerosos hombres y mujeres en Tshopo. Si bien muchas de esas personas (casi el 70%) ya han regresado y reanudado las tareas agrícolas, aún comparten sus recursos con más de 15.000 desplazados de pueblos lejanos que todavía no se atreven a volver a su hogar.

  Un arduo problema logístico  

     

Simon pedalea en su bicicleta por estas personas. Aunque el camino que conduce a Opienge y a Balobe -dos de las zonas más golpeadas por el conflicto- es de vital importancia, está intransitable. En cuanto a la pista de aterrizaje, se necesita bastante trabajo para repararla.

Ese fue el desafío logístico que los equipos del C ICR y de la Cruz Roja de la RDC identificaron en el momento de evaluar las diferentes formas de transportar ayuda a las personas desplazadas, residentes y personas que regresan a su lugar de origen, que viven en Opienge y sus alrededores.

" De Kisangani a Bafwasende no hay problemas " explica Elias Wieland, quien dirige la oficina de la Institución en Kisangani. Pero… ¿cómo podemos llevar casi 72 toneladas de semillas y 4.000 juegos de herramientas de Bafwasende a Opienge? ¡Ésa es la cuestión! "

Los pobladores de la zona resolvieron ese problema hace tiempo, gracias a los ciclistas profesionales -los " tolekists " - que se han convertido en una fuerza de abastecimiento imprescindible. La bicicleta, liviana y de bajo mantenimiento, es muy apta para el terreno local y se ha convertido rápidamente en el elemento clave de esa innovadora operación de asistencia. " He trabajado en el país durante los últimos dos años. He tenido que organizar caravanas de camiones, hacer que los camilleros transportaran las vacunas sobre sus espaldas, gestionar el movimiento de aviones, organizar la operación de carga de una barcaza y encontrar motociclistas que le hicieran frente al difícil terreno. Pero un equipo de mil ciclistas, ¡eso sí que no tiene precedentes! " exclamó Jean-Marie Falzone, el coordinador de logística, quien probablemente ha llevado la inventiva del CICR en la RDC a su máxima expresión.

  Semillas de esperanza  

     

Tres días después, llega Simon, agotado pero feliz. " Fue difícil, por supuesto, pero estamos acostumbrados al terreno. Para mí, no es sólo un reto físico como el Tour de France. Es mi trabajo, pero en esta ocasión, es también una oportunidad de hacer algo útil " , explicó Simon mientras descargaba de su bicicleta la bolsa de semillas de 45 kg.

Aunque el suelo es fértil, los sucesivos conflictos impidieron que los habitantes se dedicaran a la agricultura. Fébronie, una madre de 30 años, dijo: " La vida se ha vuelto difícil. Antes, cultivábamos nuestra tierra y Opienge alimentaba a toda la zona de Bafwasende, pero, ¿cómo podemos hacerlo en medio de esta tensión? Antes del conflicto, una taza de arroz costaba 100 francos congoleños; hoy cuesta 300 " .

Simon recurrió a su bicicleta para ayudar a familias como la de Fébronie. En julio y agosto se distribuirán 20 kg de semillas de arroz y 18 kg de artículos domésticos, en beneficio de 4.000 familias desplazadas y familias que regresaron a Opienge y sus alrededores.

Los " tolekists " permanecen sentados mientras observan a Fébronie llevarse las bolsas que se le asignaron. Podrá comenzar a cosechar su arroz en cinco meses, justo a tiempo para Navidad.

Simon sonríe. " Pensé que transportaba semillas. Ahora entiendo por qué la carga era tan pesada: estaba llena de las esperanzas de todas esas madres. En Navidad, esas semillas traerán alegría. En muchos lugares, Santa Claus viaja en trineo; aquí, ha enviado mil bicicletas de esperanza " .