Colombia: “Llenar el vacío es solidarizarse con las familias de las personas desaparecidas”

 

Nathalie Antolin, asesora de Protección del CICR en Colombia.
© CICR / A. Cortés

¿Qué tan grave es el problema de la desaparición de personas en Colombia?

Hasta hoy, la base de datos oficial de personas reportadas alguna vez como desaparecidas en Colombia alcanza los 97.000 registros. De éstas, más de 71.000 siguen desaparecidas, sin certeza de si están vivas o muertas. Sin embargo, muchos casos siguen sin conocerse. Por ejemplo, un día entrevistamos a una familia sobre la desaparición de un ser querido y a lo largo de la entrevista encontramos que tenían más familiares desaparecidos, pero que por diversos factores, como el miedo, no había reportes sobre ellos. Algunas familias tienen hasta cinco integrantes desaparecidos.

¿Qué hace el CICR para contribuir a solucionar este problema?

El CICR interviene ante todos los implicados en el problema de la desaparición: desde los presuntos responsables hasta las instituciones públicas a cargo del tema. A la vez, acompaña a familiares de personas desaparecidas. Por un lado, intenta prevenir la desaparición tanto de personas como de restos humanos promoviendo el respeto a las personas protegidas por las normas humanitarias y, por el otro, apoya a las familias en la búsqueda y a las instituciones les ayuda a fortalecer su respuesta. Actividades como la evaluación de las necesidades de las familias y la campaña “Llena el vacío” forman parte de esos esfuerzos para mejorar la situación de las familias.

 

San José del Guaviare, Colombia.
Una entrevista de Nathalie Antolin con la madre de dos personas desaparecidas.
© CICR / E. Alfonso

Durante año y medio de entrevistas y grupos focales con familiares de desaparecidos, ¿qué fue lo que más le impactó?

Algo que me dolió profundamente es que a veces no estamos solo ante casos de desaparición de personas sino también ante sevicia, tortura y tratos crueles y degradantes. En algunos lugares, los familiares no solo sufren por la incertidumbre de no saber, sino porque les dejan partes del cuerpo de su familiar en la calle para que no se atrevan a hablar del tema. Algunas mujeres que inician la búsqueda de sus seres queridos son violentadas sexualmente para acallar sus voces.

¿Cuál es la principal conclusión de la evaluación de las necesidades de las familias?

Que la gran mayoría de las personas están muy solas y muy perdidas, que no saben qué hacer, a quién acudir o cuáles son sus derechos. No hay claridad ni por parte de los familiares –ni de los funcionarios en algunas regiones– sobre los procedimientos relativos a la búsqueda y tipos de apoyo que pueden recibir las familias, incluyendo reparación, atención psicosocial y apoyo económico. Asimismo, las condiciones de vida de estas familias son, por lo general, muy precarias: a la pobreza histórica en que viven se suma la pérdida de quien solía ser el principal proveedor y los gastos en que tienen que incurrir para buscar a su ser querido.

El CICR acaba de iniciar una campaña titulada “Llena el vacío”. ¿A qué se refieren con llenar el vacío?

Es una invitación atrevida, porque la primera reacción de un familiar podría ser que el vacío de la ausencia de su ser querido no se llena, que el vacío va a estar ahí hasta que vuelva. Es, sin embargo, una invitación a los ciudadanos y a las personas e instituciones que pueden mejorar la situación de las familias, a solidarizarse con lo que sienten ellas y, en lo posible, a actuar y cambiar las cosas. Hay un vacío de respuestas del Estado y de solidaridad de la sociedad, que todos podemos contribuir a llenar.
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