Armas pequeñas ilícitas: el CICR insiste en la necesidad de preocuparse prioritariamente por las consecuencias que tienen en la población civil

24-06-2004 Declaración

Declaración del CICR ante el Grupo de trabajo de composición no limitada encargado de negociar un instrumento internacional para permitir a los Estados identificar y marcar de manera rápida y confiable las armas pequeñas ilícitas, sede de las Naciones Unidas en Nueva York, 14-25 de junio de 2004. El CICR señala que la amenaza que conllevan esas armas suele durar mucho más tiempo que los propios conflictos armados, lo que hace más difícil el retorno a la paz y a la primacía del derecho.

Señor Presidente:

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) agradece la oportunidad que se le ofrece de tomar la palabra en la primera sesión del Grupo de trabajo de composición no limitada. El CICR apoya enérgicamente todas las medidas que pueden contribuir a reducir el sufrimiento humano que resulta de la proliferación no reglamentada de armas portátiles y de armas ligeras. Como muchos de Ustedes saben, la misión del CICR es proteger la vida y la dignidad de las víctimas de la guerra, así como promover y fortalecer el derecho internacional humanitario. Esa tarea se ha vuelto mucho más difícil a causa de los efectos combinados del control ineficaz de las transferencias de armas y del empleo frecuente que de ellas se hace en violación del derecho humanitario, lo que expone a los civiles a mayores riesgos de abusos durante los conflictos armados y después de éstos, y reduce la eficacia de las normas jurídicas destinadas a protegerlos.

Así pues, vemos con beneplácito que los Estados comprendan mejor que el fortalecimiento de los controles destinados a reducir la proliferación no reglamentada de esas armas también es una preocupación de índole humanitaria urgente. En la decisión de la Asamblea General de iniciar negociaciones sobre un nuevo instrumento internacional de identificación y marcado de armas portátiles y armas pequeñas ilícitas, comprobamos una mayor toma de conciencia al respecto entre los Estados y, por supuesto, ello nos complace en grado sumo.

El CICR reconoce que la disponibilidad generalizada y el empleo abusivo de armas es un problema complejo y multifacético que ninguna medida o solución única puede prevenir eficazmente. Ese problema ex igirá un conjunto de medidas que deberán concretarse a través de diversas iniciativas en los planos mundial, regional y nacional. Sin duda sería ingenuo creer que un nuevo instrumento de identificación y marcado de armas portátiles y armas pequeñas ilícitas bastaría para poner fin a su comercio ilícito, pero consideramos que la aplicación de normas comunes que permitan una identificación y un marcado eficaces y confiables será una medida concreta -insuficiente, por cierto, pero absolutamente necesaria- que contribuirá a que se efectúen los controles adecuados en el plano mundial. 

Además, esperamos que con sistemas de marcado confiables y mecanismos de trazado eficaces, los proveedores de armas se responsabilicen en mayor medida. Si bien la responsabilidad principal de respetar el derecho internacional humanitario incumbe a quienes utilizan esas armas, no cabe duda de que los Estados y las empresas que se dedican a la producción y la exportación de armas tienen una responsabilidad política, moral y, en algunos casos, jurídica del empleo que se hará de tales armas.

Ese punto de vista fue subrayado en diciembre de 2003, en ocasión de la última Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en la que participaron los Estados Partes en los Convenios de Ginebra, así como los componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. El Programa de Acción Humanitaria, aprobado por consenso, prevé que a fin de " reducir el sufrimiento humano causado por la disponibilidad no reglamentada y el uso indebido de armas " y " en reconocimiento de la obligación de los Estados de respetar y hacer respetar el derecho internacional humanitario, se mejoren los controles de la disponibilidad de armas, en particular de las armas pequeñas, las armas ligeras y sus municiones, para evitar que las armas terminen en manos de quienes, se pueda prever, las usen para violar el derecho internacional humanitario " .

El CICR insta a los Gobiernos a que aprovechen esta ocasión para establecer normas que efectivamente hagan más difícil la tarea de quienes, sin consideración alguna por el derecho o la vida de las personas, continúan proporcionando armas en regiones afectadas por un conflicto armado y donde las normas fundamentales del derecho humanitario se infringen constantemente.

Ha llegado el momento de garantizar que los efectos de los avances logrados en los últimos años en el plano diplomático también se hagan sentir en el terreno. Las consecuencias graves del comercio ilícito de armas portátiles y armas ligeras para los civiles y las comunidades en todo el mundo fueron subrayadas en los últimos años, particularmente por el CICR. Por ello, puede parecer superfluo repetir la razón por la cual los Estados deberían actuar de manera urgente en ese ámbito. Sin embargo, como las negociaciones avanzan y las cuestiones jurídicas y los detalles técnicos atraen cada vez más la atención, fácilmente puede perderse de vista el objetivo último de este ejercicio. De modo que el CICR solicita al Grupo de trabajo que no olvide a las numerosas personas civiles que, cada día, en los conflictos armados del mundo entero, resultan muertas o heridas, violadas o forzadas a dejar su hogar bajo la amenaza de un arma de fuego, o que viven constantemente con el temor de que eso les suceda a ellas o a sus seres queridos. Esas amenazas suelen durar años después del término de las hostilidades, pues las armas que circulan libremente debilitan la primacía del derecho y mantienen a las personas y las comunidades en una situación de inseguridad. Esa es la realidad que el CICR ha podido comprobar en los numerosos contextos en los que trabaja.

Mientras no hayamos logrado reducir el número de muertos y de heridos, ni aliviar los sufrimientos provocados por armas portátiles y armas ligeras ilícitas, no debemos reflexionar sobre nuestros logros, sino concentrarnos en lo que aún debe hacerse. El CICR insta a los Estados a que recuerden ese objetivo último durante las próximas negociaciones.

El CICR acoge con beneplácito el mandato que le ha conferido el Grupo de trabajo y espera poder apoyar aún más los esfuerzos emprendidos en todo el planeta a fin de fortalecer el control de las transferencias de armas. Alentamos a los Estados a que concluyan sus trabajos lo antes posible mediante la aprobación de nuevas normas jurídicas internacionales estrictas que les permitirán proceder eficazmente al marcado de armas portátiles, armas ligeras ilícitas y sus municiones.

Muchas gracias, señor Presidente.