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Informe de actividad 2011: un año de crisis complejas e imprevisibles

25-06-2012 Comunicado de prensa

Ginebra (CICR) – La confluencia entre las grandes crisis que estallaron en 2011 en Oriente Próximo y África, y los conflictos armados y otras situaciones de violencia que siguieron asolando el mundo, provocó un enorme sufrimiento a millones de personas, que se prolongó hasta bien entrado 2012, y ha hecho a esas personas sumamente dependientes de la asistencia. Por otra parte, la creciente demanda de alimentos en diversas regiones del mundo exacerbó el descontento y los conflictos, a lo que hubo que sumar las consecuencias de las sequías y las inundaciones. La crisis económica mundial no hizo sino agravar los males que aquejan a muchas personas.

"La rapidez y la magnitud de los acontecimientos de 2011, así como las ingentes necesidades humanitarias que generaron, pusieron a prueba la eficacia y celeridad de nuestras intervenciones", declaró el señor Jakob Kellenberger, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, durante la rueda de prensa que se celebró en Ginebra para presentar el informe de actividad de la organización.

En muchos lugares no han cejado los ataques contra el personal y las instalaciones de salud, lo que ha hecho más inseguro el acceso a la asistencia sanitaria, y ha puesto en evidencia la gravedad de este problema humanitario que, a menudo, ha pasado desapercibido. "En 2011, el CICR redobló sus esfuerzos para proporcionar atención médica y sanitaria a los heridos y enfermos, labor de la que se beneficiaron unos 6,8 millones de personas en todo el mundo, especialmente en Afganistán, Somalia, Siria y Libia", señaló el señor Kellenberger.

"Nuestra amplias actividades en las zonas de conflicto y nuestra proximidad a las personas más necesitadas nos permitieron responder con eficacia a algunas de las crisis que afloraron en 2011, entre ellas varios conflictos inesperados", destacó el presidente del CICR. "En Siria, junto con la Media Luna Roja Árabe Siria, seguimos siendo, aún hoy, la única organización que trabaja sobre el terreno en relación con el conflicto" añadió. En muchos otros contextos, ofreció una ayuda crucial y proporcionó a la gente, lo que también es muy importante, las herramientas necesarias para que pudieran valerse por sí mismos, sin ayuda externa.

Los gastos del CICR en 2011 ascendieron a más de mil millones de francos suizos (unos 1.200 millones de dólares EE.UU., u 861 millones de euros). En Somalia, donde la inseguridad alimentaria se agravó notablemente en las zonas castigadas por el conflicto, su presupuesto inicial se incrementó en más del doble, debido al deterioro de la situación y al aumento exponencial de las necesidades, lo que la convirtió en la operación de mayor envergadura en lo que al gasto se refiere, con más de 92 millones de francos suizos (unos 105 millones de dólares, o 75 millones de euros). Las intervenciones llevadas a cabo en Afganistán, Irak, Sudán, Pakistán, Colombia, República Democrática del Congo, Israel y los territorios ocupados, y Yemen, situaciones de violencia arraigadas en el tiempo, fueron también operaciones de gran envergadura en 2011, junto con la de Libia.

"Se puso de manifiesto la necesidad de organizar una intervención flexible, rápida y oportuna en situaciones muy diversas y complejas a lo largo del año. Cuando estalló la crisis de Libia, nuestros colaboradores acudieron a la zona en cuestión de días", dijo el señor Kellenberger. Para aliviar el sufrimiento de los hombres, mujeres y niños atrapados en el conflicto, era necesario poder acceder a ellos sin trabas, y colaborar con ellos", añadió. En algunos lugares, las asociaciones entabladas con Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja permitieron ampliar el espectro de actividades que el CICR pudo emprender.

"A lo largo de 2011, el se puso a prueba la validez de nuestro enfoque imparcial, neutral e independiente. Sin embargo, mantengo la convicción de que nuestro enfoque basado en principios y la oportunidad de nuestras actividades humanitarias siguen siendo elementos indispensables para lograr el acceso a las personas que necesitan más ayuda", dijo el señor Kellenberger.

 

Hechos y cifras destacados

En 2011, el CICR realizó programas de asistencia en 80 países. La mayor parte de las actividades fueron desplegadas en Afganistán, Côte d’Ivoire, Filipinas, Libia, Malí, Níger, Pakistán, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur, Tailandia, Túnez y Yemen. En el mundo, el CICR distribuyó víveres a más de 4,9 millones de personas durante el año. Unas 3,8 millones de personas recibieron apoyo para su subsistencia mediante la realización de programas de producción sostenible de alimentos, o de iniciativas microeconómicas. El CICR prestó ayuda en los ámbitos del agua, el saneamiento y la construcción a unos 22 millones de personas –el doble de beneficiarios respecto a 2010–, de las cuales más de los dos tercios eran mujeres y niños.

Se proporcionaron servicios médicos y de salud a más de 6,8 millones de personas, cifra sin precedente; la amplia mayoría de los beneficiarios fueron mujeres y niños.

En 2011, el CICR también visitó en 1.869 lugares de detención de 75 países y en cinco tribunales internacionales a más de 540.000 detenidos, y siguió de cerca y por separado el caso de 28.900 de ellos. Una de las finalidades de las visitas es velar por el respeto de la dignidad de los detenidos y prevenir la tortura o cualquier otro tipo de malos tratos o abusos. Otro objetivo es velar por que las condiciones de detención sean decentes y por que los detenidos tengan la posibilidad de intercambiar mensajes con los respectivos familiares, según lo dispuesto en el derecho internacional humanitario.

El CICR ayudó también a restablecer el contacto entre personas separadas por la violencia armada o los desastres. Dio con el paradero de más de 7.000 personas respecto a las cuales había recibido solicitudes de búsqueda de los respectivos parientes, y reunió a unas 1.500 personas con sus familias. Organizó la repatriación o el traslado de más de 6.000 personas, entre las cuales detenidos que habían sido liberados.

En 2011, la operación más grande del CICR en gastos fue Somalia, seguida de las de Afganistán e Irak.

En promedio, el personal del CICR en 2011 estaba integrado por 12.500 personas.

 

Para más información:
Dorothea Krimitsas, CICR, Ginebra, tel.: +41 22 730 25 90 ó +41 79 251 93 18
Carla Haddad Mardini, CICR, Ginebra, tel.: +41 22 730 24 05 ó +41 79 217 32 26

Fotos

Sirte, Libia, hospital de Ibn Sina. El CICR y la Medialuna Roja Árabe Siria evacuan a un paciente. 

Sirte, Libia, hospital de Ibn Sina. El CICR y la Medialuna Roja Árabe Siria evacuan a un paciente.
© CICR / v-p-ly-e-00274

Distrito de Jacobabad, Aliabad, Pakistán. Distribución de alimentos del CICR entre personas afectadas por las inundaciones. 

Distrito de Jacobabad, Aliabad, Pakistán. Distribución de alimentos del CICR entre personas afectadas por las inundaciones.
© CICR / O. Matthys / v-p-pk-e-01255

Kandahar, Afganistán, hospital regional Mirwais. Una enfermera examina a un bebé en una incubadora; el infante es uno de los varios recién nacidos en la guardia pediátrica. 

Kandahar, Afganistán, hospital regional Mirwais. Una enfermera examina a un bebé en una incubadora; el infante es uno de los varios recién nacidos en la guardia pediátrica.
© CICR / J. Barry / v-p-af-e-01803

Región de Gedo, Somalia. Tras la distribución de alimentos, los beneficiarios transportan los víveres en carros tirados por burros. 

Región de Gedo, Somalia. Tras la distribución de alimentos, los beneficiarios transportan los víveres en carros tirados por burros.
© CICR / M. Omar Ali / v-p-so-e-00625