• © CICR / S. Moret / v-p-il-e-01941

    Para los pastores que viven cerca de donde se han instalado los numerosos asentamientos, puede ser prácticamente imposible llevar una vida normal. Este niño de Yanún, cerca de Naplusa, tal vez no pueda seguir los pasos de su padre y llegar a ser pastor. La familia ya ha vendido parte de su rebaño. Y como viven a diario el asedio de los colonos, están considerando vender el resto de los animales y mudarse. Ya no se sienten seguros en esa zona.

    • © CICR / L. Meierhans / v-p-il-e-01944

    El muro de Cisjordania ha creado diversos problemas que afectan gravemente la vida cotidiana en Cisjordania. En muchos lugares, el muro se desvía de la llamada “Línea Verde”, la línea del armisticio de 1949, y literalmente divide Cisjordania. En esos lugares, está imposibilitada la circulación normal entre barrios y poblados palestinos, y no se puede comerciar ni mantener contactos con familiares y amigos. En algunos casos, es difícil llegar a tiempo al hospital más cercano.

  • La aldea de Azzun Atme ha quedado separada del resto de Cisjordania por el muro. Como este puesto de control se cierra por las noches, la mayoría de las mujeres embarazadas se va del poblado varios días o semanas antes de la fecha del parto para asegurarse de llegar a tiempo al hospital para dar a luz.

  • Para los palestinos que viven en zonas urbanas más grandes, la vida ha mejorado un poco, ya que algunos puestos de control han sido levantados o los controles por parte de los soldados israelíes se han vuelto más esporádicos. El comercio y la economía han crecido en algunas zonas. Sin embargo, la vida cotidiana de muchísimos otros palestinos sigue siendo muy difícil.


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