Sudán del Sur: decenas de miles de personas siguen sufriendo los efectos de la violencia

05-04-2013 Resumen de actividades

A raíz de la violencia, miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en varias zonas alejadas, a lo largo de los últimos meses. El CICR les ha prestado ayuda vital recientemente. En el estado de Jonglei, la Institución entregó aparejos de pesca para 12.000 residentes y desplazados que necesitaban ayuda.

En algunas de las zonas más remotas de Sudán del Sur, como Jonglei, en la parte este del país, en los condados de Malakal, Manyo y Renk en el estado de Alto Nilo, y en Jaac, en el estado de Bahr El Ghazal del Norte, la violencia ha obligado a comunidades enteras a abandonar sus hogares y sus pertenencias, y les ha impedido seguir realizando las actividades que necesitan para sobrevivir.

"Los trastornos que esto causa a las personas desplazadas y a las comunidades que las reciben son enormes”, dijo Melker Mabeck, jefe de la delegación del CICR en Sudán del Sur. “Es sumamente difícil contar con agua potable, alimentos y refugio en lugares donde los recursos básicos ya son muy escasos en tiempos normales.”

En Jonglei, el CICR ha distribuido aparejos de pesca para ayudar a 12.000 residentes y desplazados en Pibor y Gumuruk, las dos localidades principales del condado de Pibor, y sus alrededores. La combinación de intensas inundaciones estacionales y violencia armada ha afectado duramente a estas comunidades, para las cuales la pesca en ríos y estanques es una importante fuente de alimentos. “El acceso a la tierra se ha visto gravemente disminuido y los precios de los alimentos se han disparado; para los pobladores es difícil comprar lo que necesitan para sobrevivir”, explicó el señor Mabeck.

El material de pesca es liviano y portátil, lo que significa que los pobladores pueden trasladarlo con facilidad en caso de que deban desplazarse por su propia seguridad. Numerosas personas se han visto obligadas a hacerlo en los últimos meses.

Los ingenieros deI CICR especializados en abastecimiento de agua han reparado cuatro bombas manuales que estaban averiadas en la localidad de Pibor, donde se instaló un equipo de cirujanos del CICR por más de tres semanas a fin de atender a las personas que resultaron heridas en los enfrentamientos que se produjeron en la zona aledaña.

Escasez de alimentos y de agua en otras zonas

El bajo rendimiento de las cosechas, la escasez de alimentos y la falta de seguridad han afectado duramente la vida de muchas comunidades en otras partes de Sudán del Sur. En la vera occidental de Alto Nilo de Malakal, a la que se puede acceder sobre todo en bote, el CICR está distribuyendo ayuda actualmente para unas 25.000 personas. El apoyo, que varía de familia en familia, incluye alimentos, herramientas agrícolas, semillas, material de pesca y artículos domésticos. “El apoyo que estamos dando a los campesinos llega justo antes de la temporada de lluvias, cuando se siembran los cultivos”, dijo Ana Gerlin Hernández, coordinadora de actividades de socorro del CICR.

Los estallidos esporádicos de violencia armada a lo largo de los últimos doce meses en el condado de Aweil Norte y sus alrededores, en Bahr El-Ghazal del Norte, han obligado a miles de personas a huir de sus hogares en tres movimientos de población sucesivos. El último tuvo lugar en diciembre de 2012. Muchas personas se han instalado en Jaac, también en Aweil Norte, lo que ha exigido al máximo el suministro de agua potable de la ciudad y ha generado cierta tensión entre las personas desplazadas y la comunidad anfitriona. Desde comienzos de 2013, el CICR ha reparado 23 bombas manuales en la ciudad y sus alrededores a fin de aumentar el suministro de agua salubre.

Nueva presencia en el terreno cerca de la frontera norte

El mes pasado, el CICR abrió una nueva subdelegación en la ciudad de Bentiu, cerca de la frontera norte de Sudán del Sur, desde donde responderá a las necesidades de ayuda humanitaria de las comunidades del frágil estado de Unidad. El CICR está reparando bombas manuales en el condado rural de Pariang. “En zonas alejadas, como Pariang, una bomba manual averiada puede significar que los pobladores tengan que caminar una a dos horas diarias más para recoger agua”, dijo Marc Suchet, coordinador de las actividades de Agua y Hábitat, del CICR.

Desde la apertura de la subdelegación, el CICR también ha visitado a personas detenidas en la cárcel de Bentiu. En Sudán del Sur, el CICR visita a personas detenidas en muchos lugares a fin de verificar las condiciones de detención y el trato que reciben, así como de apoyar a las autoridades en sus esfuerzos por alcanzar los estándares internacionales. El CICR entrega insumos a las autoridades detenedoras a fin de ayudarles a implementar las recomendaciones que les ha formulado en forma confidencial.

Para más información:
Helen Lawrence, CICR, Juba, tel.: +211 957 151 890
Marie-Servane Desjonqueres, CICR, Ginebra, tel.: +41 22 730 31 60  o +41 79  536 92 58

Fotos

Mapa de Sudán del Sur 

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