Desplazamientos internos: los desafíos humanitarios

El desplazamiento de millones de personas dentro de su propio país, a raíz de conflictos armados o de otras situaciones de violencia, constituye un desafío urgente en numerosas regiones del mundo.

El número de personas forzadas a desplazarse dentro de su propio país, a causa de un conflicto armado o de otra situación de violencia, aumenta constantemente desde principios de siglo y, a fines de 2017, superaba los 40 millones.

Ese fenómeno afecta profundamente la vida cotidiana de comunidades enteras, deteriora el nivel de vida y los procesos de producción agrícola y económica y, en la mayoría de los casos, causa una desestabilización prolongada del país.

El desplazamiento suele ser un mecanismo de supervivencia, cuando la huida es el único medio para evitar un peligro inminente. Las circunstancias de la huida pueden ser tan brutales y repentinas que las personas huyen abandonándolo todo.

Las comunidades de acogida, que en ocasiones también son vulnerables, deben compartir los recursos disponibles con los recién llegados: las tierras agrícolas, el agua y los campos de pastoreo son exigidos por demás. Los servicios esenciales, como la salud y la educación, se ven sobrecargados. Las tensiones entre los residentes y los desplazados, a veces intensas, pueden conducir a enfrentamientos violentos.

 

Las personas internamente desplazadas son arrancadas de su ambiente familiar y privadas del apoyo de su entorno social. A menudo, las familias quedan separadas y algunos de sus miembros mueren o desaparecen en el camino.

La carencia de ingresos, de efectos personales, incluso de documentos de identidad, deja a los desplazados internos en una situación de extrema dificultad para satisfacer sus necesidades básicas de manera sostenida. Factores como el género, la edad o la discapacidad tienen una gran incidencia en la manera en que las personas afrontan el desplazamiento.

 

"Lo que más importa en este momento son mis hijos." Retrato de una madre de ocho hijos en un campo de personas desplazadas en Bagdad. CC BY-NC-ND / CICR / Ibrahim Sherkhan

Las mujeres y las niñas internamente desplazadas suelen correr un riesgo mayor de sufrir explotación o violencia sexual. Los niños son particularmente vulnerables a los reclutamientos forzados, en especial los que viven en campamentos infiltrados por grupos armados.

El CICR ayuda a las personas internamente desplazadas para que sus necesidades específicas sean atendidas, ya sea directamente o mediante la colaboración con las autoridades o con los actores humanitarios locales. Asimismo, intenta atenuar las consecuencias negativas del desplazamiento en las familias y las comunidades de acogida, combinando la ayuda de emergencia con programas de desarrollo a mediano plazo, con el fin de lograr que los esfuerzos de reconstrucción de las comunidades sean duraderos.

Desplazamientos internos: estrategia del CICR para 2016–2019