Proteger a los niños cuyos padres están en detención
05-10-2011 Entrevista
Mary Murphy, asesora del CICR que presta apoyo a las actividades de la Institución en el ámbito de la detención, habla acerca de los riesgos que afrontan los niños cuando ellos o sus padres están en detención, las responsabilidades de las autoridades detenedoras y las actividades que lleva adelante el CICR para ayudar a mejorar la situación.
¿Qué tipo de riesgos afrontan los hijos de las personas detenidas?
Es bien sabido que los detenidos son vulnerables a los abusos, sobre todo durante conflictos armados o cuando se producen actos de violencia en relación con situaciones de disturbios internos y de inestabilidad política. En estas circunstancias, aumentan las probabilidades de que se produzcan abusos de todo tipo. Las inadecuadas condiciones de detención, la insuficiencia o la mala calidad de los alimentos y del agua, la falta de acceso a la atención de salud y la falta de contacto con el mundo exterior pueden tener graves consecuencias mentales y físicas para los reclusos.
Sin embargo, hay otras consecuencias de la detención, que no están a la vista pero que van más allá de la persona que se encuentra tras las rejas. La detención afecta a familias o incluso a comunidades enteras, entre ellos los niños, que obviamente son los más vulnerables. Sea que se encuentren junto a sus padres detenidos, como es habitual en algunos países, se hallen retenidos en instituciones o estén con otros tipos de cuidadores, su seguridad y su bienestar están en peligro. Y, pese a que tienen derecho a recibir cuidados y protección especiales, el hecho de que su difícil situación no se tenga en cuenta implica que a menudo están expuestos al abandono y a riesgos de abuso.
¿Qué hacen ustedes para mejorar la situación de los hijos de personas detenidas?
En primer lugar, quisiera subrayar que la responsabilidad de garantizar que las personas detenidas gocen de condiciones dignas y reciban un trato humano incumbe principalmente a las autoridades detenedoras. Las decisiones siempre deberían basarse en el interés de los niños. Sin embargo, los responsables de adoptar decisiones a menudo ni siquiera son conscientes de que la suerte de los niños depende de las decisiones que toman en relación con los adultos. En el caso de los tribunales, puede suceder que el fiscal o el juez que dicta sentencia no tomen en cuenta ni siquiera la existencia de los niños. Es posible que la autoridad detenedora se entere de su existencia recién cuando la madre llega a las puertas de la cárcel con uno o más niños, que tienen que ingresar con ella porque no tienen adónde ir. En los países que atraviesan dificultades económicas, es improbable que el lugar de detención reciba los recursos que necesita para responder a las necesidades que se plantean.
En el CICR venimos observando desde hace tiempo el impacto que tiene la detención en los niños. Tenemos una larga experiencia en visitas a detenidos, en particular los menores. Nuestras actividades relacionadas con la detención se realizan tanto dentro como fuera de los lugares de detención y en ellas participan personas que desempeñan funciones muy diferentes.
Dentro de los lugares de detención, nuestras visitas tienen por objeto asegurar que todos los detenidos reciban un trato humano y digno. Evaluamos las condiciones de detención y prestamos especial atención a los casos en que hay menores recluidos junto con sus familiares, a fin de garantizar que las condiciones sean seguras y que dispongan de suficiente espacio, luz y acceso al aire libre.
Los niños de corta edad que se hallan en la cárcel con sus madres son motivo de especial preocupación. Las necesidades de esos niños requieren atención especial. Cuando es necesario, ofrecemos asistencia. En Yemen, un proyecto de la Media Luna Roja de Yemen apoyado por el CICR ha permitido que las madres detenidas con sus bebés participen en cursos de costura, alfabetización y otros temas. El mayor nivel de actividad, los estímulos mentales y el contacto con voluntarios del mundo exterior mejoran el ambiente para todos. En las cárceles donde hay mayor número de niños, la Media Luna Roja de Yemen les ofrece la oportunidad de jugar y de recibir una educación básica. Cuando los niños están abocados a estas ocupaciones, es más fácil para las madres participar en las actividades educativas.
Fuera de los lugares de detención, nos mantenemos en estrecho contacto con las familias a fin de comprender mejor las circunstancias de la detención y responder a las necesidades de esas familias, que, en ocasiones, pueden ser tan urgentes como las de los propios detenidos. Por ejemplo, cuando la persona detenida es el jefe de familia, la situación repercute en todos los miembros de la familia. En Irak, la mujer que queda sin un familiar varón carece de protección y de apoyo económico, físico y social. Mediante iniciativas microeconómicas y por otros medios, el CICR ayuda a las mujeres cabeza de familia a alimentar y cuidar a sus hijos.
¿Puede citar algunas de las actividades del CICR para ayudar a las personas detenidas y a sus hijos a mantener el contacto?
Independientemente de que la persona detenida sea el hijo o uno de los padres (o ambos), el contacto es fundamental para el bienestar psicológico. Cualquiera sea el lugar donde se encuentren los detenidos, sus hijos deben poder mantener contactos periódicos con ellos mediante visitas personales, conversaciones telefónicas, videoconferencias y mensajes escritos. Pero, nada puede reemplazar las visitas personales.
Cuando Khaled, un afgano de 13 años, fue detenido en Irak a la edad de 11 años, sus padres estaban detenidos en otra cárcel en Irak. Gracias a la intervención del CICR, las autoridades permitieron que Khaled visitara a su madre.
Jumana, una muchacha palestina en Gaza, ha sido menos afortunada. Contó a nuestros colaboradores cómo fue para ella crecer sin su padre, un hombre que ha visto sólo dos veces, la última en 2006 porque las autoridades israelíes suspendieron las visitas familiares hace cuatro años. La suspensión ha privado tanto a los detenidos como a sus familiares (unas 700 familias) de un contacto esencial y ha interrumpido la comunicación de los detenidos con el mundo exterior. (Vea la película: Gaza: broken family ties)
En muchos lugares del mundo, el CICR organiza visitas para niños y otros familiares que, de otro modo, no podrían costearse el transporte. Para que los detenidos en Bagram, Afganistán pudiesen comunicarse con sus familiares, el CICR instaló centros de llamadas por videoconferencia, tanto en la cárcel de Bagram como en las oficinas del CICR en Kabul. (Lea la entrevista: Afganistán: reflexiones sobre otra década de protección en favor de las personas vulnerables).
En la zona sur de Tailandia, afectada por violentos disturbios desde 2004, el CICR ayuda a las familias a hacer el largo viaje a Bangkok para visitar a familiares detenidos en relación con la violencia. Las visitas son emocionales para todos, ya que ofrecen la oportunidad a los detenidos y sus familiares de hablar con libertad y durante mucho más tiempo que en las visitas ordinarias. Para la mayoría de los detenidos, muchos casados y con hijos, estas visitas representan una oportunidad excepcional para ver en qué situación están sus familias. Desde que se iniciaron las visitas en 2005, han viajado 90 familias para visitar a sus parientes detenidos. (Vea la galería de fotos: Families from Thailand's deep south visit jailed relatives in Bangkok)
¿Cómo colabora el CICR con otras organizaciones y con los Estados para introducir mejoras?
Los problemas que afrontan los menores cuando ellos o sus padres están en detención no pueden solucionarse exclusivamente dentro de las cárceles o con las familias. Por esta razón, el CICR también interviene ante diferentes autoridades a fin de mejorar la legislación y la práctica nacionales, por ejemplo, en relación con cuestiones como las sentencias y las posibles alternativas para la aplicación de las sentencias, en los casos que involucran a padres con hijos dependientes.
Además, colaboramos con otras organizaciones a fin de sensibilizar a los Estados y ofrecerles asesoramiento acerca de cómo pueden modificar sus políticas y prácticas para proteger mejor los derechos de los niños cuando sus padres están detenidos. El 29 de septiembre de 2011, participamos en un día especial de debate con miembros del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, otros expertos, Estados y ONG. Los debates se centraron concretamente en los niños afectados por la detención de sus padres en el contexto del sistema de justicia penal (no se trataron otras formas de detención), y en los derechos y necesidades particulares de estos niños.
Los participantes examinaron los efectos en los niños de los procesos que atraviesan los padres a lo largo del procedimiento penal, en particular el arresto, la investigación, las medidas previas al juicio (incluida la prisión preventiva y otras restricciones), el juicio y la sentencia, el encarcelamiento, la liberación y la reinserción de la persona en la familia y la comunidad, así como el posible fallecimiento de un progenitor condenado a muerte. Los participantes ofrecieron ejemplos de buenas prácticas aplicadas en diversos contextos del mundo y formularon recomendaciones sobre cambios.
Sin embargo, es mucho lo que queda por hacer. Sólo los esfuerzos concertados de todas las partes interesadas y la verdadera voluntad política podrán materializar los cambios que garanticen una mejor protección para los niños afectado. Seguiremos trabajando para sensibilizar a las autoridades acerca de sus responsabilidades y les prestaremos asistencia siempre que sea necesario.
¿Qué tipo de medidas deberían adoptar las autoridades para proteger mejor a los niños detenidos y a sus padres?
Cuando los padres están en detención, el CICR, basándose en su experiencia práctica de muchos años, considera que hay varias medidas esenciales para asegurar el bienestar físico y psicológico de los niños, así como el bienestar y la rehabilitación social de toda la familia.
Cuando ingresan nuevos detenidos, las autoridades deberían identificar a aquellos que tienen responsabilidades parentales y registrar los datos de los menores que los acompañan. Ésta es una forma de proteger a los niños, ya que de esta manera se ayuda a impedir que se separen y pierdan el contacto con sus padres. Cuando una madre encarcelada da a luz, corresponde claramente a las autoridades la responsabilidad de registrar el nacimiento.
Las autoridades también deberían ocuparse de que los niños que acompañan a personas detenidas gocen de un acceso adecuado a alimentos, agua, vestimenta, atención médica, educación y actividades recreativas. Además, deben proveer condiciones sanitarias satisfactorias para todos los detenidos, así como alojamientos separados y otras instalaciones adecuadas para mujeres con bebés o niños pequeños.
Cuando los menores que acompañan a padres encarcelados ya no pueden alojarse en el lugar de detención (por ejemplo, al alcanzar la máxima edad permitida), las autoridades tienen la responsabilidad de disponer arreglos alternativos adecuados.
Las autoridades también deben hacer todo lo posible por garantizar que los menores y los familiares detenidos no se separen innecesariamente o durante un período de tiempo innecesariamente prolongado. En particular, deben permitir el acceso a la asistencia jurídica, facilitar las alternativas no privativas de la libertad en todos los casos posibles y velar por que los procedimientos aplicables a las personas en prisión preventiva se desarrollen de manera oportuna.
- Los niños y la guerra: Disposiciones del DIH específicamente aplicables a los niños (en inglés)
- Los niños en la guerra, publicación
- Promoción y protección de los derechos de los niños: declaración del CICR ante las Naciones Unidas (en inglés)