Federación de Rusia: el director general del CICR concluye las reuniones de alto nivel

03-11-2011 Entrevista

Yves Daccord, director general del CICR, acaba de finalizar su visita oficial en la Federación de Rusia. En esta entrevista, habla acerca de su primera visita a Moscú y sobre las actividades que el CICR despliega en el Cáucaso septentrional.

¿Cuáles eran los objetivos de su visita a Moscú?

Los objetivos eran dos. El primero era profundizar nuestra relación de larga data con la Federación de Rusia, un país muy importante. El CICR otorga gran importancia a sus relaciones con Rusia.

Mi segundo objetivo era participar en una mesa redonda de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Para el CICR, el OTSC es una organización clave, que se ocupa de la seguridad en la región. La mesa redonda ofreció al CICR la oportunidad de entablar un debate acerca de los marcos jurídicos y el derecho internacional humanitario, pero también sobre otra cuestión de gran importancia: la preparación para situaciones de emergencia. Durante mi visita, tuve ocasión de reunirme con el secretario general de del OTSC, Nicolay Bordyuzha, a fin de examinar cuestiones de interés para ambas organizaciones.

¿Puede darnos más detalles acerca de la mesa redonda y los resultados que el CICR y el OTSC esperan obtener?

Hay que situar la mesa redonda en el contexto de la relación entre el CICR y el OTSC, que se inició hace cuatro años. Se trató de una reunión de alto nivel y constituyó un paso estratégico muy concreto, que convocó a los siete países del OTSC y al CICR. La mesa redonda ofreció la oportunidad de examinar los desafíos humanitarios actuales y futuros, los marcos jurídicos aplicables y la obligación de respetar esos marcos en situaciones de conflicto y de violencia.

Es importante que el OTSC y el CICR puedan examinar conjuntamente algunas de las cuestiones y coincidir en que las crisis, incluidas las humanitarias, no están formadas por un solo elemento, sino que son multidimensionales y requieren la aplicación de diferentes perspectivas.

Usted se reunió con representantes de alto nivel del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia. ¿Cuáles fueron los principales temas de debate? Más generalmente, qué tipo de cooperación desea establecer el CICR con las autoridades rusas?

Tuve la oportunidad de reunirme con Andrey Denisov, primer viceministro de asuntos exteriores.

El principal tema de la reunión se centró en el papel y la responsabilidad de la Federación de Rusia en diferentes ámbitos. Rusia es una de las potencias mundiales. Tiene derecho de veto en el Consejo de Seguridad, lo cual es una responsabilidad importante. Deseábamos compartir con las autoridades rusas nuestras opiniones acerca de la situación en lugares como Libia y Siria, pero también Afganistán y Asia Central, y conocer sus pareceres. El mundo está cambiando con rapidez y es importante que el CICR tenga una idea del punto de vista de las autoridades rusas.

Otra cuestión importante tiene que ver con la responsabilidad de Rusia en cuanto a promover e implementar el derecho internacional humanitario. Asimismo, era importante reconocer la buena relación de trabajo entre el CICR y las autoridades rusas y examinar algunos temas puntuales, como su apoyo a las actividades del CICR en la región, particularmente en el Cáucaso septentrional.

Por último, hablé con las autoridades rusas acerca de su apoyo, tanto diplomático como financiero, a las actividades del CICR en el mundo

¿Cuál es su evaluación de la situación en el Cáucaso septentrional? ¿Qué actividades lleva adelante el CICR en esa región?

El CICR realiza importantes actividades humanitarias en el Cáucaso septentrional desde 1992. Por ello, tiene amplios conocimientos de lo que allí sucede. Como sabemos, la región ha sido afectada por la violencia y ha atravesado períodos muy difíciles. Incluso ahora hay numerosas cuestiones que preocupan al CICR, por ejemplo en Daguestán. Pienso que es importante que el CICR mantenga su presencia allí, cerca de la población, para poder responder a sus necesidades.  

Los conflictos del pasado han dejado consecuencias duraderas para las personas en el Cáucaso septentrional. Aunque la situación esté mejorando, hay muchas personas que siguen sufriendo. Me refiero, por ejemplo, a los familiares de las personas desaparecidas. En el Cáucaso septentrional han desaparecido unas 3.000 personas, y hará falta mucho trabajo para averiguar lo que les sucedió. Ocuparse de esta cuestión es responsabilidad de las autoridades, en la medida de sus posibilidades, para que los familiares puedan saber lo que pasó con sus seres queridos desaparecidos. También nos preocupan las personas desplazadas desde otras regiones. Se encuentran en una situación difícil y debemos poder ayudarlas.

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ICRC Director-General Yves Daccord
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