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Haití: Personas desplazadas, entre la violencia, la precariedad y la incertidumbre

Rose-Marie, déplacée, elle décrit les conditions de vie éprouvantes
Jean Féguens / CICR

Desde 2021, Haití se encuentra sumida en una espiral de violencia armada, que empuja cada día a miles de personas —entre ellas, muchas mujeres, niños y niñas— hacia el camino del éxodo. En su mayoría carecen de todo; los más afortunados abandonan la capital, Puerto Príncipe, mientras que otros miles quedan atrapados en los recurrentes enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y grupos armados. Libradas a su suerte y con frecuencia en condiciones inhumanas, estas personas se ven obligadas a soportar otras formas de violencia.

Actualmente, los grupos armados controlan más del 85 % de Puerto Príncipe, y la violencia armada también se extiende a los departamentos del Centro y de Artibonito, lo que obliga a miles de personas a huir, casi siempre, sin recursos. Los dramas son habituales: casas incendiadas, saqueos y pérdida de seres queridos. Estas familias, en busca de seguridad, encuentran refugio en edificios públicos o privados, escuelas, iglesias o en cualquier estructura que pueda brindarles abrigo.

L’École Nationale Argentine Bellegarde, à Lalue (Port-au-Prince), autrefois lieu d’apprentissage pour des centaines d’enfants, abrite aujourd’hui près de 695 familles déplacées
Jean Féguens / CICR

La Escuela Nacional Argentina Bellegarde de Lalue (Puerto Príncipe), anteriormente lugar de aprendizaje para cientos de niños, alberga ahora a casi 695 familias desplazadas que huyeron de la violencia armada.

Familias enteras, obligadas a huir

En el corazón de la capital, el patio de la Escuela Nacional Argentine Bellegarde se transformó en un campamento improvisado que alberga, como mínimo, a 695 familias desplazadas. Hoy este establecimiento educativo hace las veces de refugio para muchas personas procedentes de zonas que, actualmente, están afectadas por la violencia armada.

“Desde que estoy aquí, la miseria es total”, cuenta Rose-Marie, una mujer quincuagenaria que ya perdió la cuenta de la cantidad de veces que debió cambiar de refugio, asediada por el caos de la violencia.

“Mire el estado de las paredes. Nos pasamos todas las noches matando chinches. Mire en la miseria en la que vive una mujer de mi edad”, agrega. Rose-Marie vive hace tres meses en este campamento con sus cinco hijos.

Como consecuencia de los desplazamientos, de las largas caminatas y de las noches que pasó durmiendo en el suelo, desarrolló dolores en las piernas. Al estar privada del acceso a la asistencia de salud, su situación se deterioró y ya no puede caminar, ni solventar las necesidades de sus hijos.

“Estoy enferma, quedé paralizada. Antes, podía caminar por las calles, mendigar puerta por puerta y encontrar algo para alimentar a mis hijos.

Pero, así, ya no puedo hacer nada. Si se acerca la violencia, ya ni siquiera podría desplazarme. Quizá muramos aquí, con mis hijos”, relata llorando. 

Según la ONU, existen al menos 246 campamentos de personas desplazadas en Puerto Príncipe. Actualmente, la mayoría de ellos se encuentran desbordados por la llegada incesante de las poblaciones y cada uno alberga a unas 2.000 personas en promedio. Allí, las condiciones de vida son extremadamente precarias, con un acceso limitado, incluso nulo, al agua, a los alimentos y a la asistencia de salud. La higiene y la intimidad son dos conceptos prácticamente inexistentes.

“Las condiciones de vida y de higiene en los campamentos de personas desplazadas internas que visitamos son cada vez más difíciles. Hay familias enteras apiñadas en pequeñas salas o cobertizos. Hay mujeres con hijos muy pequeños que duermen directamente en el suelo, en ocasiones, a la intemperie y expuestos a todo tipo de violencia. Si no se hace nada, esta situación podría empeorar”, explica Mamoudou Diallo, responsable del programa de Agua y Hábitat del CICR en Haití.

En casi todos los campamentos de desplazados, todo es una urgencia. Sin embargo, pese a todo, las familias intentan sobrevivir como pueden.
“Lo que es aún más grave es que no tenemos baños. Todos los retretes están tapados. Nuestros pedidos de ayuda quedan sin respuesta”, cuenta la señora Rodríguez, otra madre desplazada.

“Por la falta de sanitarios, nos vemos obligados a hacer nuestras necesidades en bolsas, y muchas personas usan pequeños cubos. Sufrimos muchísimo”, agrega.

Rose-Marie, mère de cinq enfants, a fui à plusieurs reprises les violences armées
Jean Féguens / CICR

Rose-Marie, madre de cinco hijos, ha huido varias veces de la violencia armada. Ahora vive en un aula sin ventanas de la Escuela Nacional Argentina de Bellegarde, convertida en refugio improvisado para desplazados internos. Las condiciones de vida son duras en este centro de desplazados: pasa las noches en una fina esterilla en el suelo, invadida de chinches, bajo un frío cortante.

Prestar apoyo a las personas desplazadas frente a las condiciones de vida precarias y a la falta de acceso al agua potable

Según la ONU, el 11 % de la población haitiana se halla actualmente desplazada hacia el interior del país. Mientras la crisis se agrava y las necesidades humanitarias se disparan, el CICR brinda una respuesta multidimensional, centrada en el acceso a los servicios esenciales, en el apoyo institucional y la protección de las personas afectadas por la violencia armada.

A través de su programa Agua y Hábitat, el CICR apoya la distribución de kits de higiene, lonas, mantas y lámparas solares familiares, para mejorar las condiciones habitacionales de las personas desplazadas. Asimismo, se instalaron farolas solares para mejorar la seguridad nocturna de los campamentos.

En cuanto al aspecto sanitario, el CICR, en colaboración con la Cruz Roja de Haití, los servicios técnicos del Estado y organizaciones locales, presta apoyo a la instalación de sistemas de almacenamiento y distribución de agua y al mantenimiento de los baños y de la limpieza en los campamentos. Esta iniciativa procura reducir los riesgos a los que se exponen las personas al buscar agua o por la falta de sanitarios, así como también prevenir las enfermedades. Además, el CICR presta apoyo a los servicios técnicos para fortalecer sus capacidades en la prevención de enfermedades en los diferentes campamentos.

Paralelamente, el CICR mantiene un diálogo constante con los portadores de armas, a fin de promover el respeto de los principios de humanidad y garantizar el acceso seguro al agua potable y a la asistencia de salud para las personas más afectadas por la violencia.

Madame Rodriguez, déplacée, fait sa lessive sous une tente de fortune
Jean Féguens / CICR

La Sra. Rodríguez, desplazada, hace la colada en una tienda improvisada en el patio de la escuela nacional argentina Bellegarde, mientras su hijo descansa en una lona a su lado. Lamenta la falta de alojamiento decente, mantas e instalaciones sanitarias funcionales.

Nuestra labor en favor del acceso a los servicios esenciales desde comienzos de 2025:

  • Distribución de 840.000 litros de agua potable a más de 11.000 personas desplazadas internas (PDI) en Cité Soleil, Delmas y Tabarre.
  • Apoyo a la DINEPA (Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento): distribución de más de 1.270.000 litros de agua potable y 2.268.000 litros de agua de servicio a más de 50.000 personas en Cité Soleil para limitar los riesgos de cólera.
  • Instalación de 8 tanques (capacidad total de más de 200.000 litros) y de dispositivos de lavado de manos en varios campamentos de personas desplazadas.
  • Distribución de 835 kg de cloro a centros de salud (Hospital Universitario de La Paix —HUP—, Centro Hospitalario Fontaine) y a la Dirección Sanitaria del Oeste (DSO) para combatir el rebrote del cólera. Suministro de 11.000 litros de combustible al hospital Saint Camille para garantizar la continuidad de sus servicios de atención de salud.
  • Distribución de 1.000 kits de higiene, 1.000 lámparas solares y 125 lonas, para mejorar las condiciones de alojamiento y de higiene de más de 5.000 personas.
  • Instalación de decenas de farolas solares para mejorar la seguridad nocturna en los campamentos.
  • Realización de actividades de sensibilización y de diálogo humanitario con las autoridades y los grupos armados sobre los principios de protección de la población y el derecho humanitario.