Lo que nos preocupa
Si pudiésemos tomar una radiografía de Colombia, el resultado sería un mapa de regiones oscurecidas por el conflicto armado y la violencia. Aún falta mucho para hablar de la superación de tantos años de dolor.
En medio del reordenamiento de grupos armados, se han fortalecido las dinámicas de violencia que el país soñaba con dejar atrás después de la firma del Acuerdo de Paz de 2016 con las FARC-EP.
Dos hechos son el triste recordatorio de esta tendencia: en 2018, la Unidad de Víctimas registró un significativo aumento de 90% de personas afectadas por desplazamientos masivos y el número de víctimas de minas antipersonal y de artefactos explosivos se triplicó.
Los temás más preocupantes para Colombia en 2019
80.000 preguntas
Desde la firma del Acuerdo de Paz, en noviembre de 2016, hemos documentado un nuevo caso de desaparición relacionado con el conflicto y con la violencia armada cada cuatro días. Así, pudimos constatar que todos los actores armados presentes en el país aún utilizan la desaparición en el marco de sus acciones.
En 2018, hicimos seguimiento a más de 2.500 casos de desaparición y obtuvimos información sobre la suerte de 216 de estas personas. Sin embargo, estos esfuerzos son apenas una gota en el océano: según cifras del Centro de Nacional de Memoria Histórica estima que hay más de 80.000 personas desaparecidas en el marco del conflicto armado.
El desafío de migrar dignamente
Los migrantes que entran a Colombia se suman a la población vulnerable ante el conflicto y la violencia. En la ruta, se ven expuestos a múltiples riesgos, como la extorsión, la explotación laboral o sexual, los abusos y las amenazas.
Más razones para estar a tu lado
En 2018, nuestra labor humanitaria tuvo impacto sobre la vida de 186.000 personas. Estos son algunos de los resultados de un año de trabajo que, en muchas ocasiones, realizamos en conjunto con la Cruz Roja Colombiana.
124.000 migrantes
y habitantes de comunidades receptoras recibieron ayuda humanitaria, así como un mejor acceso a la salud, el agua, la higiene y la educación.
28.000 personas
afectadas por el conflicto y la violencia disfrutan de mejores condiciones sanitarias, del acceso al agua y a la infraestructura.
6.200 personas
que viven en zonas afectadas por artefactos explosivos aprendieron a mitigar el riesgo de accidentes y a definir planes de contingencia.
6.880 víctimas
recibieron alimentos, dinero o insumos agrícolas para superar la emergencia.
2.500 familiares de desaparecidos
continuaron con la búsqueda tras recibir apoyo económico y orientación
216 casos
de personas desaparecidas obtuvieron información sobre su paradero gracias a nuestro apoyo. De ellas, 49 fueron localizadas con vida.
4.100 detenidos
se beneficiaron del trabajo del CICR en las prisiones, como seguimiento y mejoras en infraestructura, agua y salud.
1.700 personas
entre ellas migrantes, familiares de desaparecidos y sobrevivientes de violencia sexual recibieron atención psicológica y social.
840 personas con discapacidad
mejoraron sus condiciones gracias a nuestros programas de rehabilitación física.