14.000 semillas de esperanza para comunidades desplazadas en Buenaventura

En las veredas La Trojita, La Estrella, San Isidro, La Esperanza, Guadual y Ceibito del Bajo Calima (Buenaventura, Valle del Cauca) entregamos 14.000 colinos de plátano para recuperar uno de los medios de sustento más importantes de la zona, perdido a causa de los desplazamientos que duraron cerca de dos años.
En junio de 2022, cinco comunidades del Bajo Calima, pertenecientes a Buenaventura, tuvieron que desplazarse, por tercera vez, hacia el casco urbano del distrito a causa de enfrentamientos entre grupos armados, y aunque una de estas comunidades resistió en el territorio, todas sufrieron la pérdida de una de sus más importantes fuentes de comida: la semilla de plátano. En trabajo conjunto con los miembros de la comunidad, quienes plantearon diferentes iniciativas para aliviar las consecuencias del desplazamiento, se priorizó la entrega de más de 14.000 colinos de plátano a las seis comunidades afectadas.
“Después de todas estas discusiones que tuvimos con las organizaciones sociales, con la institucionalidad colombiana, pues determinamos que la seguridad alimentaria no estaba cubierta. Esta pérdida no solo afectaba de manera física a las personas, sino de manera emocional, porque se hablaba de una pérdida de identidad cultural que representaba el plátano en esta región”, Natalia Llanas Escobedo, delegada del CICR para Buenaventura.
Además de la entrega, las comunidades y el CICR crearon una guía conjunta para preservar sus prácticas de cosecha y fortalecerlas con conocimientos técnicos por parte del equipo de Seguridad Económica de CICR y de la Secretaría de Agricultura de la Alcaldía de Buenaventura, que también acompañó la entrega y la verificación de buenas prácticas a la hora de sembrar las semillas. Para Enelia Angulo, una de las beneficiarias y lideresa de la comunidad La Trojita que se confinó, esta guía fue un gran reto y una oportunidad, dado que
“prácticamente nosotros acá (solo) rozábamos, sembrábamos y lo dejábamos crecer así. Ahora nos parece más interesante aprender otras prácticas”.
“Vamos a recuperar semillas y vamos a tener en el futuro algo para comer”.
Dijo Eladio Ballesteros, líder de la vereda Guadual, una de las cinco que se desplazó hacia la cabecera municipal. La primera entrega se hizo en septiembre de 2024 con 7.140 semillas, mientras que a inicios de 2025 se completó la segunda fase con otras 7.200 que le apuestan a la recuperación del territorio.
Por otro lado, en estas seis veredas, el CICR también fortaleció diferentes huertas comunitarias que ya existían, lo que promovió la creación de muchas más, lideradas por mujeres cabezas de hogar que, tras el desplazamiento, perdieron la capacidad de acceder a alimentos diarios. Tomate, cebolla cabezona, larga, pepino, lechuga, limón y hasta ají hacen parte de los productos que estas huertas producen y que han permitido el intercambio y la comercialización (impulsada de manera autónoma por la comunidad), lo cual fortalece las economías de las familias y su seguridad alimentaria.