República Democrática del Congo: 152 niños desmovilizados se reencuentran con sus familiares

08 enero 2015
República Democrática del Congo: 152 niños desmovilizados se reencuentran con sus familiares
República Democrática del Congo. Un grupo de ex niños soldados aborda un avión del CICR en la base militar de Kamina. El avión los llevará a sus hogares en el nordeste del país.

Varias familias que viven en las provincias de Kivu Norte, Kivu Sur y Provincia Oriental (este de la República Democrática del Congo) se preparan para reencontrarse hoy con sus niños, tras meses, incluso años, de separación. Todos estos niños (147 varones y 5 niñas) fueron desmovilizados recientemente, luego de haber servido durante un período más o menos largo en las fuerzas o grupos armados.

"El enrolamiento voluntario o forzoso es una realidad que todavía sigue afectando a numerosos niños en República Democrática del Congo", explica Tanja Cisse, coordinadora de las actividades de protección de los civiles, del CICR. "Sin embargo, el reclutamiento de niños está prohibido por la legislación nacional e internacional. Es un mensaje que transmitimos en forma permanente."

Estos niños, menores de 18 años de edad, a veces son reclutados por la fuerza. Pero, en la mayoría de los casos, se suman voluntariamente a los grupos armados, así sea para encontrar allí un medio de sustento, por venganza o con la intención de defender a sus comunidades. Son utilizados como combatientes, aunque no exclusivamente. Algunos ofician de cocineros, mensajeros, cargadores, batidores, amuletos, espías o esclavos sexuales (en general, las niñas, que a veces son obligadas a contraer matrimonio).

Esa vida de violencia y vagabundeo tiene consecuencias múltiples: heridas (que a veces causan severas discapacidades), embarazos precoces, falta de acceso a la educación o a la salud, angustia psicológica, arrestos, detenciones y, en ocasiones, rechazo por parte de la comunidad. "El retorno a la vida de niño o de adolescente puede ser muy difícil. Nosotros tomamos medidas para preparar y facilitar el retorno a la familia y evitar que vuelvan a enrolarse", añade la señora Cisse.

En la localidad de Kamina, provincia de Katanga, la más meridional del país, los niños fueron agrupados en el Centro APEDE (Amigos de las personas desamparadas, una ONG nacional), donde los equipos del CICR recogieron información que les permitió dar con los familiares. En ese centro de tránsito y orientación, se preparó a los niños para un retorno progresivo a sus comunidades de origen.

En las sesiones de sensibilización, los educadores procuran inculcarles reflejos para evitar que vuelvan a enrolarse. Es una etapa importante del proceso de reinserción social. "Con representantes de la Agencia de Protección de la Infancia, que administra el centro, pasamos varios días conversando con los niños, en forma grupal e individual", explica Marie-Geneviève Nightingale, encargada de las actividades de protección de la infancia que lleva adelante el CICR en el este del país. "A través de juegos, danzas e intercambios, los incitamos a reflexionar sobre el papel importante que deberán cumplir para que el retorno a sus comunidades se realice sin dificultades y sobre los riesgos que corren de volver a enrolarse, ya sea en forma voluntaria o forzosa."

Para encontrar a los familiares de los niños, los equipos del CICR, acompañados a veces por voluntarios de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo, recorren distancias muy largas en coche, motocicleta, bicicleta o a pie, en las zonas más remotas del país. En julio y agosto de 2014, el CICR ya había logrado reunir con sus parientes a 99 niños salidos de las fuerzas o grupos armados y cuyos datos se habían registrado en la base militar de Kamina en el marco del programa de desmovilización que puso en marcha el Gobierno congoleño. Fue necesario organizar varios vuelos para que los niños pudieran regresar a sus hogares en el nordeste del país.

"De vez en cuando sucede que los familiares se niegan a recibir a un niño que ha estado asociado con un grupo armado", señala la señora Nightingale. "Temen que no haya cambiado y se comporte como lo hacía antes, o que sea rechazado y estigmatizado por la comunidad por los abusos que habría podido cometer en el pasado."

Para luchar contra la estigmatización, los equipos del CICR organizan charlas en los poblados para que todos participen y acompañen a los niños durante el largo proceso de retorno a la vida civil. Además, se organizan juegos y capacitaciones con los voluntarios de la sección de Juventud de la Cruz Roja local acerca de los riesgos de reclutamiento. Tres meses después del retorno junto con la familia, el CICR visita al niño y sus familiares para cerciorarse de que todo siga bien. Con el consentimiento previo de la familia, los niños que regresan a sus hogares reciben, según la edad, artículos escolares u otro material para ayudarles a integrarse con mayor facilidad en su comunidad.

En 2014, el CICR:

  • reunió con sus familiares a más de 799 niños (283 de los cuales habían estado enrolados en las fuerzas o grupos armados);
  • procedió a la repatriación de 30 niños para reunirlos luego con sus familiares;
  • visitó (con el apoyo de voluntarios de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo) a 413 niños desmovilizados que regresaron a sus hogares, para cerciorarse de su integración en su familia y su comunidad;
  • recogió 46.261 mensajes de Cruz Roja y distribuyó otros 41.934 en República Democrática del Congo.

A finales del año, 576 niños, cuyos casos trata el CICR, seguían esperando reencontrarse con sus familiares. Viven en centros de tránsito o junto a familias de acogida en diversas partes del territorio.

Para más información:
Patrick Megevand, CICR, Kinshasa, tel.: +243 81 700 85 36
Elodie Schindler, CICR, Goma, tel.: +243 81 700 77 86
Sylvie Pellet, CICR, Bukavu, tel.: +243 81 711 55 60
Jean-Yves Clémenzo, CICR, Ginebra, tel.: +41 22 730 3149 o +41 79 244 64 05