En estas tres semanas de cese de hostilidades, se han salvado innumerables vidas. Este período de calma ha tenido un efecto tangible en la vida de las personas, en particular para quienes estaban cautivos y fueron liberados, para quienes pudieron reunirse con sus familiares y para quienes no tuvieron que sufrir las consecuencias de nuevas hostilidades. Cualquier retroceso supondría el riesgo de que la población vuelva a caer en la desdicha y la desesperación que caracterizaron los últimos 16 meses.
Todos los rehenes que permanecen cautivos deben ser liberados. La población de Gaza necesita un respiro de la violencia y acceso a asistencia humanitaria vital. Todo esto depende de que se sostenga el acuerdo de cese de hostilidades.
Instamos a las partes a mantenerlo para que estos esfuerzos cruciales puedan continuar. Cientos de miles de vidas dependen de ello. Seguimos firmes en nuestro compromiso de oficiar de intermediario humanitario, a pedido de las partes, para contribuir a la implementación del acuerdo y facilitar la liberación en condiciones dignas de rehenes y detenidos, así como para ingresar apoyo esencial en Gaza.
Instamos una vez más, como venimos haciendo desde hace tiempo, a que todos los rehenes sean liberados de manera digna y segura, a que ingrese más asistencia en Gaza y a que el Comité Internacional de la Cruz Roja tenga acceso a todos los rehenes y las personas detenidas.