Ginebra (CICR) – ¿Debería un sistema de armas ser capaz de tomar su propia "decisión" acerca de a quién matar?
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) cree que la respuesta es no e insta a que los Estados acepten límites firmes, prácticos y sostenibles en el futuro respecto de la autonomía en los sistemas de armas.
Durante la reunión anual de los Estados parte en la Convención sobre ciertas armas convencionales, que tiene lugar en Ginebra del 21 al 23 de noviembre, el CICR instará a que el nuevo mandato del Grupo de expertos gubernamentales se centre en determinar el tipo y el grado de control humano que sería necesario para respetar el derecho internacional humanitario y atender preocupaciones éticas. Varias preguntas necesitan respuesta.
_ ¿Cuál es el nivel de supervisión humana, incluida la capacidad de intervenir y desactivar, que se requeriría durante la operación de un arma capaz de seleccionar objetivos y dirigir ataques de forma autónoma?
_ ¿Cuál es el nivel de previsibilidad y de confiabilidad que se requeriría, teniendo en consideración también las tareas del arma y el entorno de uso?
_ ¿Qué otras restricciones operacionales se requerirían, en particular en las tareas del sistema de armas, sus objetivos, el entorno en el cual opera (por ejemplo, una zona poblada o sin población), la duración de su operación y el alcance de su movimiento?
“Hoy en día, existe una amplia aceptación respecto de que debe mantenerse el control humano sobre los sistemas de armas y el uso de la fuerza, lo que conlleva la necesidad de límites a la autonomía”, afirmó Peter Maurer, presidente del CICR. “Ahora es el momento para que los Estados determinen el nivel de control humano que se necesita para atender las consideraciones éticas y jurídicas”.
Solo los humanos pueden hacer juicios específicos según el contexto en materia de distinción, proporcionalidad y precauciones en el combate. Solo los humanos pueden comportarse de manera ética, defender la responsabilidad moral y mostrar piedad y compasión. Las máquinas no pueden aplicar los juicios complejos y únicamente humanos requeridos en los campos de batalla a fin de respetar el derecho internacional humanitario. Como objetos inanimados, nunca serán capaces de encarnar la conciencia humana o los valores éticos.
Dado el notable interés de los militares en las armas cada vez más autónomas, existe un riesgo creciente de que los seres humanos se alejen tanto de la elección de usar la fuerza que la adopción de decisiones de vida o muerte quedará efectivamente a cargo sensores y sistemas informáticos.
“Los seres humanos no pueden delegar en las máquinas la decisión de usar la fuerza y la violencia. Los seres humanos deben reservarse las decisiones de matar, herir y destruir. Son los seres humanos quienes aplican el derecho y están obligados a respetarlo”, dijo Kathleen Lawand, jefa de la Unidad de Armas del CICR.
Nota a los editores/periodistas: Kathleen Lawand y Neil Davison, expertos del CICR en asuntos relacionados con armas, pueden proporcionar más información sobre las armas autónomas.
Para más información:
Marie-Servane Desjonquères, tel.: +962 7 7843 7401 o mdesjonqueres@icrc.org