El Salvador: realidades dibujadas con luz (Parte I)
Un grupo de jóvenes de la comunidad Tikal Norte, ubicada en la capital de El Salvador, recibió una capacitación en fotografía documental. La idea era que ellos pudieran plasmar historias de vida a través de las imágenes que recolectaran de la realidades que viven. Muy emocionados por el proyecto, el grupo acudió a las clases y aunque viven cerca, pocos habían conversado antes. Rápidamente crearon un ambiente de amistad y cercanía lo que facilitó el aprendizaje y permitió que se expresaran sobre los temas que querían retratar.
El reto para ellos fue innovador, pues las fotografías fueron tomadas con cámaras desechables, una tecnología que desconocían y con equipo del que tienen referencia solo por sus papás o abuelos.
Animados por el conocimiento adquirido, por la convivencia entre pares y por poner en marcha la cámara de rollo, se adentraron a su comunidad para visualizarla detrás de un lente y así congelar elementos y vivencias de su vida cotidiana, el resultado fueron fotografías que captaron sus sentimientos y emociones de los espacios comunitarios que les gusta, que quisieran cambiar así como de los sueños que tienen para su futuro.
Conoce los resultados de esta experiencia.
Mi comunidad: "Recuerdo muchos momentos felices cuando salía a jugar con mis amigos. También he vivido momentos tristes, porque ha sido una zona muy violenta durante los últimos 15 años. Esto ha cambiado. Ahora las personas pueden salir libremente."</h2>
Una nueva esperanza: "Jael es parte de la nueva generación de esta comunidad. Ojalá que cuando sea grande pueda hacer la diferencia para mejorar su comunidad. Su madre sueña verla convertida en una profesional." </h2>
Mascota abandonada: "Los dueños de este perro lo abandonaro. Hoy es un perro vagabundo al que muchas personas maltratan."
Sana juventud: "Óscar y Anda se levantan temprano para ir a estudiar. Disfrutan sus tardes libres "elevando piscuchas" y jugando fútbol. Sueñan con terminar sus estudios y encontrar un buen trabajo para ayudar a sus familias." </h2>
Para ganarse el "pan de cada día": "Teresa se dedica a la costura. Así logró sacar a sus hijos adelante. Su sueño es tener más máquinas de coser y poder darle oportunidades a las mujeres."
Hermanos trabajadores: "Eduardo y Jefferson ayudan a su abuela a repartir las tortillas antes de irse a estudiar. A pesar de vivir en una comunidad que muchos consideran peligrosa, existen niños con deseos de superarse y ser personas de bien."</h2>
Trabajador: Gabino trabaja haciendo un enrejado en un jardín. En el tiempo que se ha mantenido trabajando no le ha sucedido nada y quisiera que en el futuro las personas, al entrar a la comunidad, se sintieran tranquilas."</h2>
Una vida, demasiadas tragedias: María tiene 35 años viviendo en la urbanización. “Hace 30 años la colonia era alegre, todos podíamos disfrutar de la comunidad, aunque las casas eran champitas”.</h2>