Filipinas: apoyo a familias desplazadas en Surigao del Sur
- El equipo del CICR visitó la zona para realizar evaluaciones independientes a fin de entender la situación de las familias que regresaron. Los resultados mostraron que existe una necesidad de asistencia alimentaria, ya que las familias están restableciendo sus medios de subsistencia luego de un largo período de desplazamiento. Para la mayoría de ellas, la agricultura y la ganadería es la principal fuente de ingreso, pero tras un año de falta de cuidados, los campos necesitan volver a acondicionarse y rehabilitarse.
- Una de las mayores preocupaciones para la distribución de la ayuda era el acceso a las comunidades ubicadas en zonas montañosas, donde las rutas son prácticamente intransitables y de muy difícil acceso para los vehículos.
- Para llegar hasta los beneficiarios, el CICR alquiló camiones pesados cargados con insumos y provisiones para las comunidades que regresaron.
- Luego de un largo período de desplazamiento, algunas familias perdieron sus viviendas. El CICR entregó material para la reparación de refugios (como lonas impermeables, martillo y pico) a una familia de Sitio Bogbog, Barangay Bolhoon.
- El CICR comenzó a utilizar recientemente un sistema de inscripción electrónica para garantizar que las familias afectadas por el conflicto habilitadas para ello reciban ayuda. Voluntarios de la Cruz Roja de Filipinas, filial Surigao del Sur, brindaron mano de obra adicional, lo que permitió que el equipo llegara hasta 940 familias afectadas en 25 comunidades de los municipios de Tago, Marihatag, San Miguel, Lianga y San Agustín.
- Debido al estado de las carreteras, algunos claros de bosque lo suficientemente anchos como para alojar vehículos cumplieron la función de centros de distribución para algunas comunidades, como la de los residentes de Uranyom, Sitio Magkahunaw en el municipio de San Agustin.
- Familias de un poblado pequeño de Uranyom tuvieron que cruzar el río Hubo mientras cargaban las raciones de comida y los artículos de higiene personal provistos por el CICR.
- sPara volver a casa, tuvieron que cruzar las fuertes corrientes del río, luego subir una colina empinada y caminar durante más de 40 minutos para llegar a su poblado.
- Antes de la distribución de los materiales, un miembro del personal del CICR le explicó a la comunidad la misión del CICR, que consiste en proteger y ayudar a las víctimas de conflictos armados y otras situaciones de violencia. La ayuda humanitaria neutra e imparcial tenía por objeto brindar apoyo a las personas internamente desplazadas que volvieron a sus lugares de origen recientemente, luego de un largo período de desplazamiento en el complejo deportivo en la ciudad de Tandag.
- Los residentes de Sitio Lagangan, Barangay Caras-an, en el municipio de Tago, caminaron hacia un rellano para esperar la balsa improvisada que se conoce localmente como “gakit”. El puente de cemento que la comunidad utilizaba se derrumbó hace más de dos años y, desde entonces, la balsa se volvió el medio de transporte principal de la comunidad.
- Residentes de Sitio Lagangan, Barangay Caras-an, en el municipio de Tago, a bordo de una “gakit”.
- En una sala comunal polivalente en el municipio de Lianga construida en el marco de un proyecto del Gobierno, un miembro del personal del CICR respondió las preguntas que realizaron las familias afectadas por el conflicto de las ciudades de Decoy and Manluy-a, en Barangay Diatagon.
- Para ayudar a las comunidades que regresaron a empezar de nuevo, cada familia recibió raciones para quince días que consistían en 25 kilos de arroz, 12 latas de sardinas, dos litros de aceite de cocina, un litro de salsa de soja, un kilo de azúcar, medio kilo de sal y artículos de higiene. Cada familia recibió también, para su consumo, semillas de frijol, berenjena, calabacín, col china (pechay) y pepino (ampalaya) para que puedan cultivar en sus terrenos.
- El líder de esta comunidad pasó sus 82 años en el poblado acondicionando sus campos. Se sintió muy aliviado cuando por fin pudieron volver a casa, a su barangay, y empezar de nuevo. "Fue muy difícil quedarse en el Óvalo (el complejo deportivo). Muchas veces me sentí descompuesto por el calor extremo", afirmó.
Alrededor de 4.700 personas que fueron desplazadas durante un año debido a la violencia armada en Surigao del Sur recibieron recientemente un apoyo sustancial de la Cruz Roja para reconstruir sus vidas.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), con el apoyo de la Cruz Roja de Filipinas-Surigao del Sur, distribuyó ayuda del 13 al 20 de octubre principalmente entre las familias indígenas que volvieron a sus pueblos natales en los municipios de Tago, Marihatag, San Miguel, Lianga y San Agustín a principios de septiembre.