Seguridad económica: proteger la vida y preservar los medios de subsistencia

Además del costo humano, la guerra provoca dificultades económicas que afectan a las poblaciones más vulnerables. Los conflictos debilitan la capacidad de las personas de brindar a sus familias alimentos, vestimenta, refugio y protección ante el peligro.

Despite the severe drought, a woman saves up her food to feed a lamb milk from a bottle in an internally displaced persons camp in Somalia.
¿Qué se entiende por seguridad económica?

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) define la seguridad económica como la capacidad de las personas, los hogares o las comunidades de satisfacer sus necesidades fundamentales de manera digna y sostenible. Puede variar según las necesidades fisiológicas de cada persona, el medio ambiente y las pautas culturales propias de cada lugar.

¿Cómo definimos seguridad alimentaria?

La seguridad alimentaria implica que todas las personas de una región, en todo momento, tienen acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas y sus preferencias alimentarias para crecer y desarrollarse con normalidad y llevar una vida activa y sana.

Seguridad económica

En ningún lugar, las consecuencias de la pobreza y la crisis mundial de alimentos se sienten con más intensidad que en los países que afrontan crisis humanitarias, en especial aquellos golpeados por décadas de inestabilidad o guerras. Los conflictos armados y las crisis se caracterizan por la destrucción de la infraestructura, el desplazamiento poblacional y, casi inevitablemente, la inestabilidad económica. Con frecuencia, la vida y los medios de subsistencia —es decir la manera de generar ingresos— sufren una perturbación profunda.

La inseguridad alimentaria tiene efectos devastadores para las poblaciones civiles ya afectadas por un conflicto o una guerra, muchas de las cuales están lejos de sus hogares y comunidades. El hambre exacerba el padecimiento físico y emocional producto del conflicto. En este mismo instante, en diferentes partes del mundo, millones de personas se esfuerzan por alimentar a sus familias en medio de los obstáculos que presentan los conflictos armados, el cambio climático o los cambios bruscos en los sistemas alimentarios, energéticos y financieros.

Afrontar el desafío de la inseguridad económica

En el CICR, nos consta que las dificultades que padecen las personas civiles durante un conflicto armado las llevan al límite de sus mecanismos de afrontamiento. Trabajamos para combatir la inseguridad alimentaria y ofrecer ayuda de emergencia y medios de subsistencia de más largo plazo a personas que necesitan nuestra asistencia, en especial si se hallan en medio de un conflicto armado u otro tipo de crisis. Nuestras iniciativas humanitarias para ayudar a las comunidades que se encuentran en esas condiciones abarcan distintos aspectos y tienen en cuenta los numerosos factores que contribuyen a la inestabilidad económica, el hambre y la malnutrición de cada situación de crisis particular. Procuramos establecer si las personas afectadas por distintos tipos de conflictos pueden satisfacer sus necesidades esenciales mediante el seguimiento de diversos criterios de valoración en materia de medios de subsistencia. ¿Alcanza su dieta a satisfacer las necesidades nutricionales? ¿Tienen alimentos a su disposición? ¿Pueden obtener ingresos que cubran sus gastos? ¿Tienen un techo para proteger a su familia de la intemperie? Si la respuesta a esas preguntas es “no”, intervenimos para ayudar. 

Prevención del daño y reducción de riesgos

Nuestros programas de seguridad económica están diseñados para reducir los riesgos y proteger a las personas afectadas por conflictos armados y otras situaciones de violencia. El fortalecimiento de la seguridad económica mantiene a flote sus medios de subsistencia, reduce los motivos de desplazamiento, sostiene los sistemas de apoyo social y mitiga los factores de riesgo vinculados a la violencia sexual, el acceso de la educación y la separación familiar.

Asistencia humanitaria

Trabajamos para ofrecer alivio inmediato a las personas afectas por conflictos armados y procurar que tengan acceso seguro a alimentos, refugio, asistencia de salud y otras necesidades esenciales. Así, es posible evitar que se suman aún más en la pobreza y reducir la gravedad de las circunstancias en el corto plazo.

Acceso a alimentos en medio de una crisis

Ayudamos a que las personas afectadas por la inseguridad alimentaria tengan disponibilidad de alimentos nutritivos, en especial quienes hayan sido desplazados de sus hogares o vivan en zonas de difícil acceso. La acción puede consistir en la distribución de paquetes alimentarios, la entrega de comidas calientes o el apoyo a comedores comunitarios o bien la prestación de ayuda económica para facilitar la compra de alimentos en el mercado local.

Prevención y tratamiento de la malnutrición

Intentamos prevenir la malnutrición trabajando con las comunidades para mejorar la disponibilidad de alimentos nutritivos y el acceso a ellos, y optimizando las prácticas de nutrición, en particular en el caso de niños, niñas, embarazadas, mujeres lactantes y personas privadas de libertad, que son más vulnerables. Cuando las causas de la malnutrición superan los límites del consumo de alimentos, la prevención incluye una estrecha colaboración con otros servicios esenciales, entre ellos, acceso a agua, saneamiento, asistencia de salud y educación. Cuando los niveles de malnutrición son altos, trabajamos para tratar la malnutrición aguda (también denominada "emaciación") mediante servicios especializados que se brindan en hospitales o centros de salud.

Actividades de apoyo a los medios de subsistencia

Brindamos apoyo material y económico e impartimos formación en zonas urbanas y rurales para agricultores, pequeños comerciantes y empleados, entre otros. De esa manera, ayudamos a que las comunidades se pongan de pie después de una crisis, adquieran más autosuficiencia y reduzcan su dependencia de la ayuda humanitaria.

Apoyo a la agricultura

Trabajamos en la producción agrícola con las comunidades locales para mejorar las cadenas de suministro de alimentos y las fuentes de ingresos de las familias. Nuestra asistencia abarca la entrega de semillas y equipamiento (o la ayuda económica para adquirirlas) y la formación de agricultores en cuanto a métodos que contemplan los factores climáticos para elevar el rendimiento y mejorar la calidad de las cosechas, el apoyo a bancos de semillas y cooperativas, así como la colaboración con los ministerios de agricultura en la mejora de la calidad de las semillas y los sistemas de semillas de manera más general.

Apoyo a la ganadería

Ofrecemos apoyo a ganaderos mediante asistencia veterinaria, como servicios de cría, vacunación y tratamiento de ganado, forraje y otros recursos para ayudarlos a mantener sus rebaños y un suministro estable de alimento. Trabajamos estrechamente con trabajadores comunitarios de salud animal y ministerios para facilitar el acceso a los servicios veterinarios en zonas afectadas por conflictos armados.

En favor de mejores servicios

Conocemos el importante trabajo que debe continuar realizándose cuando nos retiramos, así que fortalecemos las capacidades de las instituciones locales pertinentes, de modo que puedan invertir en la infraestructura que sostiene los empleos y medios de subsistencia de las personas, como mercados y servicios financieros en funcionamiento. El esfuerzo también incluye el acceso a otros servicios esenciales, como el suministro de agua, la asistencia de salud y la educación. Combinamos estas actividades con programas de apoyo a los medios de subsistencia para maximizar el impacto.

Agua y saneamiento

Nos esforzamos por lograr que la población tenga acceso a agua potable y a instalaciones de saneamiento adecuadas, que son esenciales para prevenir la malnutrición y otros problemas de salud.