Cerca de 6,5 millones de somalíes sufren una grave crisis alimentaria, debido a la sequía que lleva ya tres años y a la intensificación de un conflicto armado prolongado. Agricultores y ganaderos han quedado despojados de sus medios de subsistencia a causa de los largos períodos de sequía. En un país que atraviesa su sexta estación consecutiva de precipitaciones inferiores a la media y en el que escasean las tierras fértiles disponibles, la pesca representa una fuente de ingresos alternativa para muchas personas.
Dado que Somalia posee el litoral más extenso de África continental (más de 3.000 km), un número creciente de habitantes recurren al mar para intentar construir un futuro mejor para ellos y sus hijos.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó embarcaciones de pesca, motores, refrigeradores solares y material de pesca a 250 familias en Mogadiscio, en Bosaso y en las regiones del Medio Shabelle y del Bajo Juba.
"Nuestro objetivo es fortalecer los pequeños emprendimientos, para protegerlos de los efectos negativos de la sequía y del aumento de los precios de los productos alimenticios y del combustible", explica Maslah Hassan, que participa en los programas de apoyo a los medios de subsistencia que el CICR despliega en el Bajo Juba.