"Solo si hacemos caso de las recomendaciones de las autoridades de salud y todos contribuimos con medidas básicas de higiene y distancia, podremos disminuir los contagios. Todos tenemos un papel y debemos cumplir con él", destacó Jordi Raich.
Si bien esta pandemia ha mostrado que todos somos de cierta forma vulnerables, la delegación del CICR en México y América Central tiene una preocupación adicional por las personas beneficiarias de su acción humanitaria regular en la región: migrantes, privados de libertad, familiares de personas desaparecidas y comunidades afectadas por la violencia. Estos grupos, además de estar expuestos, como todos, al contagio, tienen menos herramientas para enfrentarlo: dificultades de acceso a la salud, imposibilidad de aplicar estrictamente las medidas de higiene y aislamiento, separación familiar y mecanismos de protección por el cierre de fronteras, entre otras vulnerabilidades adicionales.
Migrantes y COVID-19
Sobre el tema específico de migrantes, aparte de estar expuestos al contagio como cualquier otra persona, muchas veces tienen dificultades para acceder al sistema de salud gubernamental o asistencia humanitaria, y también pueden ser víctimas de la violencia, incluida la discriminación y, por lo tanto, ser excluidos de los servicios. "Es importante resaltar que la presencia de migrantes no genera mayor riesgo de contagio, ellos están expuestos al virus de igual manera que los nacionales de cualquier país", aseguró Raich.
Por esta razón, el CICR impulsa una campaña, que será difundida en plataformas digitales bajo el lema "Humanidad que alivia", en solidaridad con los desafíos que enfrentan miles de personas que se ven obligadas a dejar sus vidas atrás y emprender una ruta migratoria riesgosa.
Ante la emergencia por la COVID-2019, el CICR hace un llamado a los países para que asuman las responsabilidades y la protección de las personas en situación de movilidad en su territorio y sus connacionales que están retornando, garantizando el cumplimiento de todos los protocolos de protección y prevención estipulados para evitar la propagación del virus, incluyendo derivación a instancias especializadas así como medidas de cuarentena, aislamiento digno cuando sea necesario y acceso a la atención en salud.
El Comité Internacional de la Cruz Roja considera que, en este escenario, lo ideal es que la implementación de políticas migratorias que protejan a las personas migrantes, se complementen con los objetivos de salud pública de cada país para preservar la vida, dignidad y seguridad de todas las personas.
"Es necesario la coordinación entre las autoridades en ambos lados de las fronteras, en un espíritu de solidaridad más que de delegación de responsabilidades, con el fin de identificar opciones de alojamiento, capacidad de detección y prueba, y de confinamiento en caso de infección de un individuo o un grupo de migrantes por COVID-19, así como reforzando su capacidad de identificar a personas con necesidades de protección", aseguró por su parte Lorena Guzmán, coordinadora regional de migración del CICR.
La responsabilidad del CICR como organización humanitaria en tiempos de la pandemia es, ante todo, cuidar a su personal y contribuir con medidas responsables a evitar la propagación. También busca que sean atendidas las necesidades de las personas más vulnerables ante esta crisis, beneficiarios habituales de su trabajo, como los migrantes, las personas privadas de libertad y las comunidades afectadas por la violencia.
Para mayor información, contactar María Cristina Rivera, Coordinadora de Comunicación, CICR para México y América Central, a través del correo electrónico: mriveraochoa@icrc.org y vía WhatsApp al número: 52 5527551794