“Quisiera ser como un pájaro para buscar a mi muchacho”: Mary Martínez

“Quisiera ser como un pájaro para buscar a mi muchacho”: Mary Martínez

Este marzo se cumplen once años de la desaparición del joven hondureño Marco Antonio Amador Martínez, quien es buscado amorosamente por su madre, María Elizabeth Martínez. El documental Toshkua, que se exhibe actualmente en México, retrata su incansable búsqueda.
Artículo 09 marzo 2024 México Honduras

"Yo quisiera ser como un pájaro para buscar a mi muchacho".

Las aves no tienen que reportarse en las fronteras, ni tienen que viajar en un bus o en avión: ellas cruzan sin impedimentos, ellas miran al mundo desde arriba. Ellas lo miran todo.

Si María Elizabeth Martínez pudiera, escogería tener alas para volar de ciudad en ciudad, de un lugar a otro, por cerros, carreteras, mares y montañas, sin cansancio, hasta encontrar a su hijo Marco Antonio Amador. Lo haría para volver a ver su sonrisa y sentir su alegría que le faltan desde que él desapareció mientras recorría la ruta migratoria.

Pero Mary no puede volar, así que cada vez que viene a México repasa en autobús o en taxi los pasos que dio su hijo, y pega su mirada en la ventana por si un día, a la distancia, llega a mirarlo y entonces pueda decirle al conductor "¡Pare! ¡Aquí está él!"

Marco Antonio salió de Tegucigalpa, Honduras el 22 de febrero de 2013, y logró llegar hasta Tamaulipas, un estado al norte de México. Eran las tres treinta de la tarde del 11 de marzo cuando llamó a su mamá desde una parroquia para contarle que se dirigía a Reynosa. Estaba bien contento, bien alegre –recuerda Mary–, pues se iría a trabajar antes de retomar su trayecto migratorio. "Pero los planes del diablo son otros", y esa fue la última vez que la señora habló con su hijo.

Desde entonces, Mary se ha hecho muchas preguntas que hasta el día de hoy no tienen respuestas: "¿Dónde está?, ¿está sano?, ¿tiene una cama?, ¿está comiendo?, ¿está vivo?, ¿está muerto?, ¿me lo enterraron?, ¿está en una cárcel?". La pregunta, dice, rebota y rebota: "¿Dónde está?".

Es en su fe donde encuentra el impulso para seguir buscando por ella y por todas las madres centroamericanas que no saben dónde están sus seres queridos desaparecidos: "Yo sigo en la lucha y voy a seguir en la lucha. Yo le agradezco a dios porque a mí me da fuerza, me da energía para seguir en esta lucha".

Mary ha recorrido América Central y México, junto con otras mujeres que en algún momento han formado parte de la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos, organizada cada año por el Movimiento Migrante Mesoamericano, con la esperanza de encontrar a sus seres amados desaparecidos.

Con el retrato de sus hijos e hijas colocados en sus pechos, ellas recorren en autobús y a pie leguas, kilómetros y cuidades. Tocan puertas, se reúnen en plazas y lugares públicos, marchan y preguntan persona a persona si los han visto. "Nosotros con nuestra voz llamamos a la gente" para reunir pistas que puedan conducirlas de vuelta con sus familias, dice Mary.

La historia de Mary es narrada en el documental Toshkua, del cineasta Ludovic Bonleux; una palabra en lengua pesh que hablan comunidades indígenas de Honduras y que significa desaparecer. El documento visual narra la lucha de esta madre, y en paralelo, la de Francisco, decano de la etnia pesh, quien hace frente a la destrucción de la selva de la Mosquitia en Honduras y a la desaparición de su idioma.

El documental, que retrata la necesidad que tienen las familias centroamericanas de saber qué pasó con sus seres queridos desaparecidos en la ruta migratoria, será exhibida en diferentes salas de cine de México hasta el 24 de marzo.

 Sanar un poquito

"Nunca imaginé verme en una pantalla grande", cuenta Mary soltando una sonrisa alimentada por el recuerdo del ánimo, los abrazos y las palabras de aliento que se dan entre las integrantes del Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos Amor y Fe (COFAMIDEAF), al que ella pertenece, así como del acompañamiento que le han ofrecido Bonleux, la productora de campañas Impacta Cine y organizaciones, como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Solo una vez había ido al cine. Era una película de jugadores y en una escena una pelota fue directo a la cámara, "pensé que me daría en la cara", relata. Estaba más acostumbrada a ver películas en la pantalla chica de un televisor, por eso cuando vio su rostro en grande durante las presentaciones de la edición 2023 de Ambulante Gira de Documentales se miraba y quedaba asombrada.

Pero también lloró. Lo hizo cuando se vio a sí misma en el documental llegando a un albergue en San Luis Potosí, donde le mostraron una foto de Marco Antonio, lo que confirma su paso por aquel lugar y reafirma su esperanza de encontrarlo. Entonces, el semblante de su hijo era diferente a como ella lo recordaba: visiblemente más delgado y quemado por el sol.

Para Mary Toshkua es una vía que ayuda a difundir las necesidades de las familias que buscan a una persona amada: ser reconocidas y saber qué pasó y dónde están. "Para nosotras las madres sí es muy importante porque nos damos a conocer, damos a conocer que somos madres en la búsqueda de nuestros hijos y que queremos una respuesta".

También es una forma de fortalecer a personas que, como ella, han desplegado esfuerzos de búsqueda. "Ya María va para el viaje, ya María va para allá a buscar a su hijo y eso nos anima a nosotros a seguir buscando más", han dicho compañeras suyas sobre el documental.

A través del arte ella ha encontrado una forma "de sanar un poquito". Hace tiempo escribió un poema a Marco Antonio que lleva el título "Hijo, si yo fuera pájaro". Lo redactó en el marco de un taller donde le pidieron que escribiera lo que sentía, y forma parte de la publicación "Nuestros caminos", que reúne las letras de varias mujeres que buscan a sus seres queridos. "Esas son palabras que salieron de mi corazón y yo las escribí (...) Sufrimos siempre, pero esto es un poco de consuelo", explica.

La delegación regional del CICR para México y América Central, que acompaña a COFAMIDEAF y otros comités de familiares de personas desaparecidas, subraya la necesidad y el derecho de los familiares a saber dónde están sus seres queridos, a obtener el reconocimiento de la desaparición y a llevar a cabo actos de memoria.

En el marco de nuestra labor humanitaria, colaboramos estrechamente con organizaciones de la sociedad civil y proporcionamos asesoría técnica a las autoridades pertinentes con el objetivo de mitigar las graves consecuencias humanitarias de esta cruda realidad. Además, respaldamos a las asociaciones de familiares, guiándolas en el proceso de búsqueda implementado por el Estado y fortaleciendo sus capacidades.

Nuestra acción humanitaria es neutral e imparcial y busca contribuir a mitigar el sufrimiento que causa la violencia en personas y comunidades. Es en este contexto en que queremos transmitir a las familias que no están solas, que recordamos a sus seres queridos y que continuaremos acompañándolas, al mismo tiempo que trabajamos en conjunto con los Estados para que hagan todo lo posible por ofrecerles respuestas.

El CICR no se hace responsable del contenido del documental ni ha participado en él.