“Un conflicto me obligó a huir de mi hogar en busca de seguridad. Esperaba tener la oportunidad de viajar al extranjero a través de Yemen, pero fue en vano. Con el tiempo me acostumbré a mi vida en Yemen, tras casarme y tener la experiencia de estar seguro. Lamentablemente, ahora todo ha cambiado, y me preocupa perder a mis cinco hijos. Me gustaría poder regresar a casa.”
“Fue un viaje muy duro. Hace diez años, tuve que abandonar mi país con mi esposo y mis dos hijos,” recordó. Durante el viaje, Brana quedó separada de su marido y uno de sus hijos. “Aún hoy no sé nada de ellos.”
Waqed llegó a Yemen con su padre en 1994, procedente de Siria. Ahora la vida en Yemen se ha vuelto “muy complicada”, afirma. El conflicto en Siria hace más difícil su estancia en Yemen, “porque no [hay] embajada”. “Es difícil satisfacer las necesidades básicas a diario, especialmente para nosotros los migrantes”, añadió.
Tras la muerte de su hermano en Etiopía, Muna y sus dos hijos decidieron irse. Ella recordó su largo viaje hasta Yemen, en el que se fracturó una pierna. “Pasé tres horas en la playa con un dolor en la pierna. Desde entonces nunca he podido volver a caminar”, señaló. Durante el viaje, uno de sus hijos desapareció. “No tengo noticias de él. Ahora, no puedo hacer nada más que esperar y desear que mi nieto viva en paz, y que tenga una vida mejor.”
“Antes era actor y trabajaba en los medios de comunicación, y ahora soy barbero. Antes vivía bien en Yemen, pero los últimos veinte meses han sido los peores de mi vida. Tanto mi hermano como mi esposa murieron en Irak y ni siquiera pude ir a sus entierros.”
“Mi sueño es tener un billete de vuelta a mi país. Estoy desempleado, desamparado y sin hogar. Tengo que vivir en una habitación de seis metros por cinco, y a veces la comparto con más de 30 personas que han huido de sus países para buscar mejores oportunidades. Pero la realidad ha destruido nuestros sueños.”
“Mi sueño de tener una vida segura se ha evaporado. Durante nuestro largo viaje, mi esposa, mis dos hijos y yo pensábamos que nos íbamos para tener una vida mejor. La realidad nos conmocionó. Mi esposa murió en el conflicto, y ahora estamos atrapados aquí. Lo único que podemos hacer es esperar que haya cambios. Todos los días están cargados de tristeza. A todos nos gustaría poder regresar a casa.”
“A pesar de todas las dificultades que he tenido, todavía tengo un sueño. Quiero terminar la universidad y desarrollarme. Nunca voy a rendirme.”
“La situación en Yemen es cada vez más difícil, pero las personas de la comunidad eritrea tratan de ayudarse unas a otras. Hay muchos eritreos aquí, debido al conflicto interminable en nuestro país. Aunque Yemen nos ha recibido bien, me gustaría que fuera un país más seguro en el que pudiera vivir el resto de mis días.”
“Mis padres, mi hermano y yo llegamos aquí hace veinte meses. Mi madre murió durante el conflicto en Yemen. La echo muchísimo de menos. Me gustaría poder estudiar y ser piloto. Lamentablemente, mi padre no tiene dinero suficiente.”
Llegaron a Yemen procedentes de todas partes, en busca de una vida mejor. Sin embargo, esas esperanzas se han visto truncadas por el conflicto que ha devastado el país desde marzo de 2015. Hablamos con diez inmigrantes en Saná para hacernos una idea de los desafíos que afrontan.
El CICR trata de aliviar el sufrimiento de los migrantes vulnerables al ayudarlos a restablecer el contacto con sus familiares y recoger miles de mensajes de Cruz Roja y entregárselos a sus familias en sus lugares de origen.