Uruguay: el CICR visitó detenidos en los años '70 y '80

25 agosto 2015

Penal Punta de Rieles, Uruguay. ©João Pina

Los golpes de Estado en Uruguay, Chile y Argentina causaron un incremento drástico de las consecuencias humanitarias en la región, con un alto número de víctimas, es decir, muertos, heridos, torturados, detenidos, desaparecidos, desplazados y refugiados, entre otros.

Estos acontecimientos llevaron al establecimiento y la presencia efectiva del CICR en la región, con la finalidad de visitar personas detenidas, recopilar información sobre las personas desaparecidas y también asistir a los familiares de los detenidos.

Penal Punta de Rieles, Uruguay. ©João Pina

Entre los años 1972 y 1985, el CICR realizó 114 visitas a los centros de detención de Uruguay. En ocasiones, los representantes del régimen militar (1973-1986) recibieron a los delegados de la Institución y permitieron que realicen su labor humanitaria, y en otras la respuesta fue negativa, lo que obligó al CICR a efectuar nuevas negociaciones para autorizar las visitas a los detenidos.

A pesar de esto, el CICR logró registrar a personas privadas de libertad en ese periodo. Este registro de cada persona visitada es una herramienta que puede ayudar a evitar desapariciones.

Así, en 1972 el CICR registró a 200 detenidos; en 1973 a 3.600; en 1975 a 2.530; en 1976 a 1.780; en 1980 a 1.500; en 1983 a 903; en 1984 a 753; y en 1985 a 364.

Penal Punta de Rieles, Uruguay. ©João Pina

Alicia Cadenas, detenida en Buenos Aires en 1976 y trasladada a Montevideo dos meses después, fue visitada por el CICR en Punta de Rieles, donde estuvo detenida por dos años. "Estar ahí y que te vean te garantiza la vida", contó.

Anahit Aharonian, detenida durante 11 años y 6 meses, recuerdó una visita en 1980. "Eso puede parecer una cosa secundaria, pero es muy importante: la llegada de libros. "En la década de los 70, nosotros teníamos prohibidos muchísimos libros de autores clásicos como Tolstoi, Dostoievski y Oscar Wilde. Tampoco teníamos acceso a literatura actualizada, entonces el CICR nos dio muchos libros que no conocíamos y que eran de autores de esa época", relata, al mismo tiempo que cuenta la importancia de informar a los delegados lo que ocurría.

En 1985, después de la promulgación de una nueva ley que liberó a los detenidos, el CICR concluyó sus visitas.

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