“Cuando comenzó la violencia, vine al predio de la Cruz Roja con mi hijita. Aún no podemos regresar a casa. Necesitamos seguridad. Se puede sobrevivir incluso sin alimentos, pero lo más importante es la seguridad”.
“Soy sastre y normalmente trabajo en el mercado. Ahora está cerrado y no puedo trabajar. Hay muchas personas aquí. A veces me preocupa que no tengamos capacidad suficiente para poder ayudar a todos”.
“Mi casa se quemó. Perdí todo lo que tenía. Algunos de mis vecinos y amigos huyeron de la ciudad y no sé nada de ellos. La única forma de no pensar en eso es seguir trabajando”.
“No he tenido noticias de mis familiares desde que huyeron de los enfrentamientos. No saber qué les sucedió me quita el sueño. Sólo me siento mejor cuando hablo con otras personas que están en la misma situación. Tratamos de alentarnos unos a otros”.
Unas 5.000 personas desplazadas ingresaron al recinto de la Cruz Roja de Sudán del Sur tras el estallido de los enfrentamientos armados. A poco de arribar, recibieron alimentos y diversos artículos de primera necesidad.
Mujeres esperando ser atendidas en la clínica ubicada en el recinto de la Cruz Roja de Sudán del Sur.
Mujeres aguardan la distribución de alimentos del CICR, en el centro de personas desplazadas de Biringi, a unos 25 km de Wau. En el término de una semana tras el estallido de los enfrentamientos, el CICR distribuyó raciones alimentarias a unas 70.000 personas.
Madre e hijo en el recinto de la Cruz Roja de Sudán del Sur, donde buscaron refugio unas 5.000 personas tras el estallido de los enfrentamientos armados. A poco de arribar, recibieron alimentos y diversos artículos de primera necesidad.
Madre e hija en el recinto de la Cruz Roja de Sudán del Sur, donde buscaron refugio unas 5.000 personas tras el estallido de los enfrentamientos armados. A poco de arribar, recibieron alimentos y diversos artículos de primera necesidad.
Mujeres aguardan la distribución de alimentos del CICR, en el centro de personas desplazadas de Biringi, a unos 25 km de Wau. En el término de una semana tras el estallido de los enfrentamientos, el CICR distribuyó raciones alimentarias a unas 70.000 personas.
Miles de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares a finales de junio, cuando estallaron las hostilidades en Wau, Sudán del Sur. Muchos de los que escaparon eran voluntarios de la Cruz Roja de Sudán del Sur, pero eso no les impidió seguir trabajando sin descanso para ayudar a quienes lo necesitan.
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