Quiénes somos
El periodo entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial estuvo caracterizado por una gran incertidumbre.
La Fundación para el CICR se presentó como una forma de preservar la acción humanitaria imparcial, neutral e independiente en el futuro. Noventa años después, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) continúa siendo guardián del derecho internacional humanitario (DIH), prestando asistencia a las personas afectadas por conflictos armados y actuando como intermediario humanitario neutral. Al mismo tiempo, la organización enfrenta otros desafíos, como los nuevos métodos y medios de guerra, y los efectos combinados y cada vez más graves del conflicto armado y del cambio climático. A fin de satisfacer las necesidades humanas en todo el mundo, el CICR debe adaptarse a estas nuevas realidades y, rápidamente, innovar y aprovechar el poder de la tecnología.
La Fundación administra un fondo de dotación que complementa otras fuentes de financiación. Este fondo genera una fuente sostenida de ingresos que el CICR invierte para llevar a cabo su misión humanitaria junto con sus socios, particularmente dentro del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
En 2020, la Fundación fue reestructurada para poder abarcar un espectro más amplio y ha incorporado otros fondos específicos, como los fondos Paul Reuter y Clare Benedict.
Un Comité de Inversiones es responsable de establecer la estrategia de asignación de activos de la Fundación, cuyo objetivo es lograr un equilibrio óptimo entre minimizar el riesgo y maximizar la rentabilidad. La Fundación cumple con todos los principios y directrices del Movimiento, y mantiene estándares estrictos de inversión ética.