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Buenas Noticias: Hijas y Nietas de Ayacucho

A través de un canto de esperanza y resiliencia, las nuevas generaciones comunican las buenas noticias a sus seres queridos desaparecidos, hombres y mujeres a quienes continúan buscando.
Una fila de jóvenes mujeres trenzadas.

Este 10 de diciembre, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, se presentó en la Plaza Mayor de Huamanga, Buenas Noticias: Hijas y Nietas de Ayacucho, la cuarta edición de esta iniciativa que une el arte con el sentir de las familias de las personas desaparecidas en el periodo 1980-2000 en el Perú y que reconoce su incansable búsqueda. En esta oportunidad, la presentación incluyó el estreno de una canción que lleva el mismo nombre del proyecto y su videoclip oficial.

Las participantes de Buenas Noticias han logrado la realización de una canción que homenajea la búsqueda, acompaña y toma la posta del esfuerzo que por décadas han tenido sin descanso las familiares afectadas directamente por la violencia. Escrita en quechua y español, la canción es producida por Kayfex, ganador del Grammy 2023, e interpretada por la cantante ayacuchana Söfy, en la voz principal, con las jóvenes participantes del proyecto, en los coros.

En la presentación en Huamanga, se realizó un festival en el que confluyeron los ritmos de las nuevas generaciones de artistas como Kayfex, Söfy, Wari Willka, Dayyam González y Nazareth. La naturaleza de esta edición ha sido esa interacción entre jóvenes menores de 30 años y la fuerza y vitalidad que aportan a las generaciones de madres y abuelas.

El proyecto Buenas Noticias: Hijas y Nietas de Ayacucho, organizado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en alianza con el Teatro La Plaza y Sala de Parto, está integrado por 13 jóvenes mujeres familiares de las víctimas de la violencia ocurrida en el Perú entre 1980 y 2000, así como activistas de organizaciones de derechos humanos como la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP), Constructores de Paz del Centro Loyola y Ñuqanchik.

El proceso abarcó la realización de talleres creativos con múltiples dinámicas grupales e individuales que tuvieron como resultado final la creación de la canción, la grabación y producción de la pieza musical y un videoclip. Las participantes presentaron por primera vez el tema en el Santuario de La Hoyada, en el marco de un evento organizado por ANFASEP en el marco del Día de los Muertos. 

Participante mira un mural con post it de un ejercicio grupal.
Participante cantando.
Madre de Anfasep lleva una cruz.
Fotos de personas desaparecidas.
Foto grupal frente a una cruz.
Participantes bailan en una pampa.
Participantes tomadas de las manos
Escenario y público viendo Buenas Noticias.
Participante baila con ojos cerrados.
Participantes bailan.
Fotos: Axel Aquino, Jesús Moya Choy, Johana Cabañas, Valentín Pérez / CICR / Sala de Parto

La participación de las integrantes fue voluntaria y nació de un diálogo con juventudes de Ayacucho que organizó el CICR para acercar la situación de las personas desaparecidas a las nuevas generaciones. A través de una retroalimentación, nació de ellas mismas expresar su compromiso con la búsqueda y con temas relacionados que también apoyan desde su propio activismo.

La letra de la canción incluye una parte en la que reza la frase en quechua “ñuqanchik qanwan kachkanchik” (nosotras estamos contigo). En esa pequeña, pero importante línea, se encierran varios sentimientos: el quechua es la lengua originaria de la zona y se transmite de manera oral de generación en generación y a la vez, Ayacucho es la región más afectada por la violencia en el periodo 1980-2000, siendo las personas quechua-hablantes las que peor sufrieron.

Con este canto, no sólo se transmiten buenas noticias a los seres queridos que no están físicamente, sino que toman de la mano las distintas generaciones en su camino hacia adelante, pese a las adversidades, dentro de un ambiente adornado por los arreglos musicales que incluyen instrumentos de la música autóctona de Ayacucho, la cual transportan a lugares emblemáticos como la Pampa de la Quinua, donde está el monumento a la batalla que selló la independencia del Perú y del continente, de la cual se cumplen precisamente 200 años.

En contextos de pérdida ambigua, donde la desaparición de un ser querido deja un vacío sin respuestas claras para sus familias y las comunidades, las actividades artísticas pueden ser un vehículo poderoso de resiliencia y reconstrucción emocional. Mediante el canto y la expresión corporal, las participantes pueden honrar a quienes ya no están y hacer visible tanto su ausencia como todo lo positivo que les ha pasado a ellas y a sus familias en este tiempo, transformando el dolor en un acto de resiliencia colectiva.

Buenas Noticias: Hijas y Nietas de Ayacucho

Producción General: Comité Internacional de La Cruz Roja (CICR)

Producción Artística: Teatro La Plaza y Sala de Parto