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Colombia: cuidado emocional y prevención del riesgo junto a las comunidades

Habitantes de una zona rural participan en una actividad colectiva, en la que sostienen una cuerda entrelazada que forma una red simbólica. El ejercicio se realiza en compañía de integrantes del CICR.

En la inspección José María, en Puerto Guzmán (Putumayo), las comunidades de tres veredas participaron en actividades de apoyo psicosocial y procesos de mitigación de riesgos, por la presencia de artefactos explosivos. Además, recibieron material de construcción para reparar los daños ocasionados tras enfrentamientos entre actores armados.

Para estas comunidades, el bienestar se define como dar prioridad a las personas afectadas, buscar apoyo y socializar lo que ocurre en la vereda. Los recursos que emplean para mantener su estabilidad emocional tras el impacto de los conflictos armados incluyen actividades lúdicas como escuchar música, hacer deporte y participar en reuniones sociales. Pero, sobre todo, destacan la importancia de ser prudentes ante cualquier situación de riesgo.

En una comunidad rural, un integrante del CICR se dirige a un grupo de personas reunidas, en un espacio de diálogo y encuentro comunitario.

Estas son reflexiones que surgieron durante una serie de jornadas realizadas a inicios de mayo, impulsadas por el CICR, en las que las comunidades elaboraron planes de contingencia comunitarios y recibieron orientación sobre el cuidado de la salud mental en contextos de conflicto armado.

Estos espacios de diálogo fueron impulsados por las oficinas del CICR en Florencia (Caquetá) y Puerto Asís (Putumayo) para apoyar a las veredas El Peñol, Esperaza de Yurilla y Brisas de Yurilla (Putumayo), que resultaron afectadas por enfrentamientos entre actores armados. El apoyo brindado por el CICR se inició con la distribución de alimentos y kits de aseo y continuó con la entrega de material para reparar algunas construcciones afectadas tras esos enfrentamientos. Asimismo, se facilitaron espacios para hablar sobre cómo prevenir el riesgo por la presencia de artefactos explosivos y la mejor forma de cuidar la salud mental. 

“La culebra brava es un riesgo”, dicen las comunidades. Pero también lo es la amenaza por la presencia de artefactos explosivos.

Identificar los riesgos para los habitantes en las zonas rurales más afectadas por conflictos armados no se trata solo de  conocer la fauna local o prever las condiciones climáticas adversas, como las fuertes lluvias que acompañaron el diálogo entre las comunidades de estas veredas y el equipo del CICR. También persiste el temor de que se repitan los enfrentamientos entre actores armados y por la presencia de artefactos explosivos.

Personas de la comunidad colaboran en la elaboración de una cartelera colectiva, mientras una delegada del CICR acompaña y orienta el desarrollo de la actividad.

Por ello, es clave establecer planes comunitarios de contingencia que permitan identificar las capacidades de los habitantes de la zona ante la posibilidad de que ocurran nuevos eventos.  De esta manera, podrán identificar señales de riesgo por artefactos explosivos que hayan sido abandonados y cómo reaccionar ante un accidente o el fuego cruzado. Algo muy importante que destacaron las comunidades fue identificar quién es el vecino más cercano a quien pedir ayuda, cuál es el que sabe primeros auxilios o quién tiene el contacto de los servicios de emergencia que atienden este tipo de situaciones. 

arias personas forman un círculo mientras sostienen una red en el centro. Al fondo, se distingue a una persona del CICR, mientras otras observa atentamente la dinámica.
En un salón comunitario, varias personas están reunidas. En primer plano, tres observan atentamente lo dispuesto sobre una mesa, mientras al fondo, una persona del CICR conversa con otro grupo.
Una persona del CICR comparte un material con otra, mientras ambos lo observan con atención. Sentados en unos escalones, la imagen en plano diagonal capta su concentración en el documento.
nmarcada entre dos palos en primer plano, se observa al fondo a una persona del CICR facilitando un taller o dirigiéndose a un grupo. La imagen crea un efecto natural de encuadre que centra la atención en la escena.
Una persona del CICR, de espaldas, llena una cartelera, mientras una persona de la comunidad, también de espaldas, observa con atención el contenido que se va construyendo
Dos personas de la comunidad leen con atención materiales del CICR, cada una sosteniéndolo en sus manos mientras se concentran en la lectura

Además, entre las secuelas en las comunidades afectadas por los enfrentamientos entre actores armados está el temor ante la posibilidad de que esto vuelva a ocurrir y la dificultad de retornar a las dinámicas normales. Por esta razón, líderes y actores clave de estas veredas participaron en actividades para el fortalecimiento de elementos de acompañamiento y apoyo psicosocial básico.  Así podrán tejer una red de apoyo social que les permitirá responder, desde sus propios saberes y capacidades, a situaciones de emergencia mientras reciben la ayuda institucional necesaria.

Más agua disponible y mejores materiales para las casas.

Tras los enfrentamientos en la zona, algunas viviendas quedaron afectadas, especialmente en los techos y tanques de almacenamiento de agua. Por ello, el CICR llevó a estas veredas material de construcción (3.000 ladrillos, 459 tejas, 220 bultos de cemento y 140 varillas). 

Un camión transporta grandes baldes de agua tipo filtro, mientras personal del CICR trabaja en su descarga con cuidado.

Asimismo, las comunidades recibieron seis tanques de agua con capacidad de 2.000 litros. Con estos tanques podrán reemplazar los que tenían, cuya capacidad era de 250 litros y así garantizar un acceso adecuado al agua y un mayor abastecimiento. 

Para esta respuesta en el departamento de Putumayo, el CICR evaluó junto con las comunidades afectadas sus necesidades y escuchó sus sugerencias para garantizar que la ayuda fuera eficaz, a fin de superar, además, las barreras geográficas y climáticas.

 

El proceso no terminó con la entrega de los materiales: desde el inicio, las comunidades se organizaron para identificar las prioridades y, una vez recibida la ayuda, demostraron un admirable compromiso en las labores de carga, descarga y uso del material de construcción.

Así se reafirma que lo más importante es la voz de las comunidades en sus propios procesos de organización y autocuidado. A su voz sumamos la nuestra, para pedir a todos los actores armados que respeten a la población civil y que recuerden que incluso las guerras tienen límites. 

En primer plano, una persona carga un bulto con materiales, mientras al fondo se distingue un vehículo del CICR y varias personas en el entorno.
Una persona se encuentra sobre un camión, junto a una bandera del CICR, marcando la presencia humanitaria en el lugar.
Dos personas del CICR se encuentran junto a un camión; una sostiene una teja, mientras la otra toma notas en un libro, en lo que parece una actividad de entrega o verificación de materiales.