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Gaza: mientras las reservas de alimentos disminuyen, los comedores comunitarios alimentan a miles de personas

Una mirada a los comedores y las instalaciones de horneado comunitarios en Gaza, desde la perspectiva de un hombre que se rehúsa a mirar hacia otro lado.
Workers in white overalls stir large vats of food in the community kitchen, people and buildings in the background
Zurab Burduli

Al salir el sol sobre Deir Al Balah, en Gaza, Mamdouh Abu Dahrooj ya está trabajando en el comedor comunitario para brindar un plato de comida caliente a miles de personas para quienes ese es quizás su único alimento del día. Se mueve con destreza entre las cacerolas humeantes y las pilas de contenedores de comida mientras saluda a sus colegas; varios de ellos no han dormido mucho en las últimas noches por los estruendos de las explosiones en sus barrios.

“A pesar del miedo y la inseguridad, la gente sigue viniendo”, dice Mamdouh, responsable de distribución del comedor comunitario. “Dicen que la necesidad supera al miedo, y no hay nada más aterrador que ver a tus hijos morir de hambre. No es cuestión de elección; esto es supervivencia”. 

Mamdouh es uno de los tantos trabajadores que mantienen en funcionamiento los comedores comunitarios que reciben apoyo del CICR en Deir Al Balah, una zona que se ha convertido en el refugio y, a su vez, en el último recurso de miles de familias desplazadas por el conflicto armado. 

En un día normal, los seis comedores que reciben apoyo del CICR en Deir Al Balah y Jan Yunis sirven comida caliente a más de 19.200 personas; se trata de más de 3.800 hogares que dependen de esta iniciativa para acceder a su única fuente de alimento.

Además de los comedores, el CICR brinda asistencia a instalaciones de horneado comunitarias en 15 refugios en toda Gaza. Allí se producen 70.000 hogazas de pan fresco todos los días, un sustento esencial para 12.500 personas desplazadas. 

ICRC staff stands behind large vats of food steaming
Thomas Glass, ICRC

¿Qué es un comedor comunitario?

En Gaza, la comida escasea. Los precios están por las nubes. Es casi imposible encontrar gas para cocinar, y hasta la leña se ha vuelto inaccesible. Muchas familias han perdido no solo el acceso a los alimentos, sino también los medios para prepararlos. 

Esa es la función de los comedores comunitarios: además de ser una fuente de alimento, son un espacio vital para la población. 

A través de la distribución de alimentos a granel y los programas de dinero por trabajo, el CICR ayuda a mantener estos comedores al procurar que tengan los recursos materiales y el personal suficientes para continuar con su labor indispensable.

Este es un trabajo complejo: cacerolas enormes, quemadores industriales, largas líneas de voluntarios que trabajan codo a codo y filas de residentes que se aferran a un plato vacío con la esperanza de que hoy no sea el día en que se acabe la comida. 

“A veces la fila crece y crece, y se nos acaba la comida antes de haber podido servirles a todos”, dice Mamdouh. “Las familias se van en silencio, los niños se llevan su plato vacío, y algunos hasta se pelean por lo que queda. Ese momento en el que ya no queda nada más para dar es la peor parte de mi día. Es una sensación que no se va”. 

Steaming pots of food in the common kitchen
Thomas Glass, ICRC
Women sitting in front of ovens baking bread
Sarah Davies

No es tiempo de mirar hacia otro lado

Mamdouh no hace como si fuera un trabajo fácil. 

“No estoy aquí porque sea una persona fuerte”, dice. “Estoy aquí porque no puedo mirar hacia otro lado; no puedo sentarme a ver a la gente sufrir. Quiero hacer algo, por más pequeño que sea”. 

Lo que lo motiva a seguir son las caras que ve día a día: 

“Los cuatro huérfanos en la tienda junto a la nuestra, que no tienen nada. 
 Los niños que llevan ollas más grandes que ellos. 
 La gente que me dice: ‘esta es nuestra única comida del día’”. 

Al igual que las comunidades a las que sirven, muchos de los que trabajan en los comedores comunitarios y en las instalaciones de horneado en Gaza son personas desplazadas, que también se esfuerzan por llevar sustento a su familia. 

A pesar de todo, allí están, no solo para trabajar, sino para apoyar a otros y sobrevivir... 

Incluso cuando les pesa el cansancio. 
Incluso cuando tienen miedo. 
Incluso cuando las filas son largas y se acaba la comida. 

A man stirs a large vat of food in the community kitchen
Zurab Burduli

Ayudar a la gente de Gaza

El impacto de este conflicto es grave y tendrá consecuencias a largo plazo. Para atender las necesidades urgentes, trabajamos arduamente para proporcionar alimentos, ayuda vital, incluyendo medicamentos y alimentos, y apoyo para servicios esenciales como atención médica, agua, saneamiento y electricidad. A pesar de los crecientes desafíos relacionados con la seguridad del personal de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, y las múltiples restricciones para llevar ayuda dentro de la Franja de Gaza, nos comprometemos a continuar realizando actividades vitales donde y cuando sea posible, incluso en Cisjordania.

Su generosidad es crucial para que podamos llegar a las personas afectadas por esta devastadora crisis. Done ahora para que podamos llegar a las personas afectadas por esta devastadora crisis y defender nuestra humanidad compartida.

Pessoas estão diante de edifícios destruídos.