“Nuestro papel como intermediario neutral nos permite facilitar este tipo de liberaciones por razones exclusivamente humanitarias. Lo que guía nuestro trabajo es aliviar el sufrimiento y proteger la vida y la dignidad de quienes se ven afectados por los conflictos armados y la violencia”, señaló Thais Rana, jefa de la oficina del CICR en Cúcuta.
Tras su liberación, el CICR verificó que la persona se encontrara en condiciones de salud adecuadas y la trasladó hasta un lugar seguro, donde pudo reencontrarse con sus seres queridos.
“Facilitar el regreso de una persona con su familia es un acto profundamente humanitario. Cada liberación representa una oportunidad para reestablecer el contacto familiar y contribuir a que las consecuencias de los conflictos armados sean menos dolorosas”, añadió Rana.
El CICR recuerda que su labor se desarrolla de forma neutral, independiente e imparcial, guiada por principios humanitarios y conforme al derecho internacional humanitario (DIH). La organización mantiene un diálogo confidencial con las partes de los conflictos armados, con el fin de promover el respeto del DIH, proteger a las personas afectadas por los conflictos armados y prevenir las consecuencias humanitarias.
El CICR hace un llamado a todas las partes en conflicto a proteger, en todo momento y lugar, a las personas que no participan o han dejado de participar en las hostilidades.
Lorena Hoyos, CICR, Bogotá
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