Declaración

Refugiados, repatriados y desplazados: declaración del CICR ante las Naciones Unidas, 2014

Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, cuestiones relacionadas con los refugiados, los repatriados y los desplazados y cuestiones humanitarias. Naciones Unidas, Asamblea General, 69° período de sesiones, Tercera Comisión, tema 61 del programa, declaración del CICR, Nueva York, 7 de noviembre de 2014.

El número de desplazados internos en todo el mundo ha alcanzado un nivel sin precedentes. Para detener esta tendencia, la comunidad internacional deberá abordar dos retos de distinta naturaleza.

El primero de ellos consiste en lograr una mejor prevención y resolución de los conflictos, tarea que incumbe principalmente a los Estados.

... las personas afectadas están en mejor posición de evaluar cuándo y dónde se sienten seguras. Debería permitírseles decidir si se desplazan, a menos que su seguridad o razones militares imperativas así lo exijan.

El segundo reto consiste en lograr una mayor protección de los civiles afectados por conflictos armados. Muy a menudo, los civiles no sólo se encuentran en peligro durante las operaciones militares, sino que además son víctimas de ataques deliberados o de actos graves de violencia por parte de actores armados, en infracción de las normas y los principios establecidos. Un mejor cumplimiento de las normas existentes reduciría significativamente la necesidad de los civiles de huir de sus hogares, a la vez que les permitiría regresar apenas cesen las hostilidades. La responsabilidad principal recae en las partes en conflicto, pero todos los Estados tienen la obligación de respetar y hacer respetar el derecho internacional humanitario, en virtud del artículo 1 común de los Convenios de Ginebra. Para ello, los Estados deben adoptar medidas en tiempo de paz (a nivel nacional) y cuando estalla un conflicto. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reitera su disposición a apoyar a los Estados en sus iniciativas para propiciar el respeto del derecho humanitario.

Los desplazados internos forman parte de la población civil y, por ello, prestarles protección y asistencia es un aspecto central del cometido del CICR. Si bien no concentra sus actividades únicamente en categorías específicas de víctimas, el CICR tiene plena conciencia de las necesidades de protección y asistencia, a menudo urgentes, de las personas desplazadas, en particular en zonas de combate, áreas sitiadas, lugares remotos o de algún modo inaccesibles para otros organismos humanitarios. De los cinco millones de beneficiarios de la asistencia alimentaria del CICR en 2014, más del 88 %, es decir 4,4 millones de personas, eran desplazados internos. Asimismo, este grupo representa el 77 % de quienes han recibido artículos domésticos de primera necesidad durante el presente año. Otra actividad esencial del CICR es restablecer el contacto entre familiares, en especial reunir a los niños con sus seres queridos.

En los últimos años, se ha puesto mayor énfasis en prevenir los desplazamientos. Sin embargo, muy a menudo, se ha considerado que de ese modo se trata de impedir el desplazamiento de personas que temen por su seguridad a un lugar más seguro. En este sentido, el CICR desea destacae que las personas afectadas son las que están en mejor posición para determinar cuándo y dónde se sienten seguras. Debería permitírseles decidir si se desplazan o no, a menos que su seguridad o razones militares imperiosas así lo exijan. Si deciden marcharse, tienen derecho a retornar voluntariamente y de manera segura a sus hogares o a sus lugares habituales de residencia apenas deje de existir la razón del desplazamiento.

Al mantenerse cerca de las comunidades afectadas por desplazamientos, el CICR procura comprender con claridad las causas del desplazamiento y los principales problemas que afrontan en el lugar donde se instalan. Además de asistir a las comunidades afectadas, el CICR se esfuerza por establecer y mantener un diálogo confidencial con todas las partes interesadas, incluidos los grupos armados no estatales, a fin de prevenir nuevos desplazamientos y mejorar la protección de las personas desplazadas. Por medio de este diálogo, el CICR plantea sus preocupaciones humanitarias, recuerda a las partes sus obligaciones en virtud del derecho humanitario y las insta a tomar las medidas necesarias para prevenir o corregir determinada situación.

Para lograr aceptación por las partes en un conflicto, el CICR debe ser percibido como una organización humanitaria estrictamente neutral, independiente e imparcial. Este aspecto es crucial para la seguridad de su personal, su acceso a las víctimas y el diálogo constructivo sobre la protección con las partes que corresponda.

Las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja también desempeñan un papel importante. Se rigen por los mismos Principios Fundamentales y son los socios primordiales del CICR. Su conocimiento profundo de las condiciones prevalecientes, así como su sólida red de voluntarios las convierten en socios requeridos también por otros actores humanitarios, en particular cuando la presencia de estos últimos se ve limitada por cuestiones de seguridad. Para preservar la capacidad de acción de las Sociedades Nacionales, se ha de evitar exigir en exceso sus capacidades y garantizar que su percepción como organizaciones humanitarias neutrales no resulte socavada por las autoridades o los organismos de que se trate.

Si bien la mayoría de los desplazados internos residen en zonas urbanas relativamente seguras, sus necesidades esenciales suelen quedar desatendidas año tras año. Estas personas tienen dificultades para acceder a condiciones adecuadas de vivienda, medios de sustento, educación y otros servicios públicos, con frecuencia ya limitados y saturados. Las organizaciones de desarrollo y los organismos gubernamentales a menudo se encuentran en mejores condiciones para responder en tales circunstancias y deberían actuar sin demora, en lugar de esperar a que finalice el conflicto. Si se toman medidas para propiciar el funcionamiento adecuado de la infraestructura y los servicios esenciales, como la distribución de agua y los sistemas de saneamiento, las instalaciones de asistencia de salud, los establecimientos educativos y los programas de protección social, se contribuye no sólo a prevenir serios obstáculos para el desarrollo, sino también a sentar las bases para la recuperación.