Tailandia: reconstruir la vida y la subsistencia en el Sur Profundo
La violencia ha devastado el Sur Profundo de Tailandia durante nueve años, dejando a miles de personas muertas o heridas. Para ayudar a las familias locales afectadas por estas difíciles circunstancias, el CICR las ayuda a reconstruir su vida.
Harrina tiene una preciosa hija de cuatro años llamada Nur. La niña tenía sólo dos meses cuando su padre fue encarcelado, lo que obligó a Harrina a transformarse en el sostén de familia. "No sabía qué hacer, con mi bebé, sin dinero y mi esposo preso", dice Harrina, ocultando sus lágrimas bajo su velo al recordar su vida en ese entonces. "Nunca antes había trabajado".
Muchas familias en el Sur Profundo cuentan historias personales, a menudo trágicas, acerca de cómo las afectaron los actos de violencia. Farida, otra mujer de la región, sigue recordando el día en que pasaba frente a una casa de té cuando, de pronto, cuatro hombres bajaron de un auto junto a ella y comenzaron a disparar. De un momento a otro, su vida cambió. "Todo sucedió muy rápido; hubo una explosión, la gente empezó a correr y gritar, y sentí un insoportable ardor en el brazo".
En el ataque, murieron cuatro personas y nueve quedaron heridas, entre ellas Farida. Su herida nunca sanó del todo y no pudo seguir produciendo dulces para vender en el mercado. Esta actividad era la principal fuente de ingresos de su familia.
"Lamentablemente, a menudo son las mujeres y los niños quienes pagan el precio de la violencia", explica Mark Kessler, encargado de las actividades del CICR en la zona de Pattani. "Ayudamos a las personas que han perdido sus medios de subsistencia a mejorar su economía".
Harrina y Farida son beneficiarias de proyectos de generación de ingresos que el CICR lleva adelante en la región de Pattani. "Estos proyectos benefician a familias cuyos sostenes están detenidos o resultaron heridos o muertos en la violencia", explica el Sr. Kessler. "También se dirigen a ayudar a algunos ex detenidos que necesitan reconstruir sus vidas". El objetivo de los proyectos es ayudar a las familias a desarrollar una fuente de ingresos sostenible, tomando en cuenta sus intereses y antecedentes.
El CICR ayudó a Farida y a su esposo a establecer una plantación de frutales, mientras que Harrina recibió formación en costura y bordado y ahora posee su propia tienda. Gracias a la tenacidad y la capacidad de estas mujeres, ambos proyectos han prosperado.
El CICR lleva adelante 65 proyectos de este tipo en el Sur Profundo de Tailandia; la mayoría de los beneficiarios son mujeres. Los proyectos abarcan desde talleres de costura hasta panaderías y construcción de viviendas. "Los proyectos se centran en reforzar la capacidad de adaptación y las aptitudes de las personas y, en última instancia, sus ingresos, no en la mera distribución de socorros. Con determinación y trabajo, personas como Harinna y Farida han logrado reconstruir su vida", dice el Sr. Kessler.
Harrina está orgullosa de lo que ha logrado hasta hoy, aunque sigue recordando la difícil situación que atravesó. "Ahora, visito a mi esposo en la cárcel una vez por semana y puedo ocuparme de mi hija yo sola. Estamos bien", dice.