Donetsk está en el territorio controlado por la oposición. Ha sido escenario de algunos de los peores bombardeos y registra el mayor número de víctimas civiles. Las hostilidades se intensificaron en enero de 2015. Según las Naciones Unidas, en un período de tres semanas murieron más de 220 personas y 545 quedaron heridas. En marzo de 2014, la población de la ciudad ascendía a 1 millón de habitantes.
Donetsk es la ciudad más poblada del este de Ucrania. En enero de 2015, Donetsk se encontró en la línea de frente, y los incesantes bombardeos han dañado hospitales, jardines de infantes, escuelas, hogares y otros componentes de la infraestructura civil. El CICR ha recordado a ambas partes, en reiteradas ocasiones, que los ataques indiscriminados causan consecuencias graves y prolongadas para la población y que están prohibidos por el derecho internacional humanitario.
En varios casos, se han atacado hospitales y otros centros médicos. El personal médico trabaja en condiciones muy difíciles. Todas las partes deben abstenerse de atacar, dañar o hacer uso indebido de las instalaciones de salud.
Donetsk, Ucrania, enero de 2015. Un sótano en el que se han refugiado algunas personas, en los suburbios de la ciudad. Este lugar se halla a unos 5 kilómetros del aeropuerto, que ha sido destruido por los constantes bombardeos en la zona. Las personas que viven en este lugar llevan dos semanas sin electricidad ni agua corriente.</h2>A medida que la situación en la zona de conflicto se agrava, muchas personas se esconden en sótanos y permanecen allí día tras día. Los que salen a buscar ayuda corren peligro de morir o quedar heridos. El CICR ha distribuido alimentos y otros socorros en 40 aldeas, pueblos y ciudades que, por estar situados peligrosamente cerca de la línea de frente, han sufrido más que otros.
Muchas personas necesitan con urgencia reparar las ventanas rotas por los enfrentamientos, ya que los inviernos aquí son muy fríos. El CICR distribuye materiales de construcción con regularidad.
Mientras continúan los intensos enfrentamientos entre el gobierno y la oposición en el este de Ucrania, la situación de los civiles atrapados en el fuego cruzado se agrava sin cesar. A principios de febrero, habían muerto en la región más de 5.300 personas, según informes de las Naciones Unidas. Para los que sobreviven, los bombardeos han pasado a formar parte de la vida cotidiana. Las personas huyen o se esconden en los sótanos. Necesitan con urgencia seguridad, alimentos, agua, medicamentos, electricidad y refugio. El CICR hace todo lo que puede para ayudar a la población y hace llegar socorros de emergencia a las zonas más afectadas por los enfrentamientos.