Los Convenios de Ginebra nacieron de las cenizas de las guerras y el genocidio, así como de la voluntad colectiva de impedir que semejantes horrores se repitieran jamás. Sus principios no eran ideales abstractos, sino una necesaria salvaguarda en contra de los instintos más bajos del ser humano.
Sin embargo, la historia nos demuestra que la memoria declina y, con ella, nuestra vigilancia. Si olvidamos por qué existen estas protecciones, si no las respetamos como es debido, nos exponemos a repetir los errores del pasado. A menudo, esta violencia comienza con la deshumanización: cuando se despoja a las personas de su humanidad, es más fácil justificar la crueldad y cometer atrocidades.
Hoy, mientras arrecian los conflictos armados y la población civil sigue siendo objetivo de ataques, las lecciones del Holocausto exigen más que ser recordadas: exigen que pasemos a la acción, que nos mantengamos firmes en contra del odio, que defendamos la dignidad de cada persona y que respetemos las leyes que buscan proteger la vida en tiempo de guerra.
Acerca del CICR
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) es una organización neutral, imparcial e independiente con un cometido exclusivamente humanitario establecido en los Convenios de Ginebra de 1949. Ayuda a personas afectadas por conflictos armados y por otras situaciones de violencia en todo el mundo, haciendo lo posible por proteger su vida y su dignidad, y por aliviar su sufrimiento, a menudo junto con sus socios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
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